Artritis psoriásica: diagnóstico y tratamiento

La artritis psoriásica puede causar dolor e incapacidad de movimiento en las articulaciones.
Artritis psoriásica: diagnóstico y tratamiento
Alejandro Duarte

Revisado y aprobado por el biotecnólogo Alejandro Duarte.

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 25 mayo, 2023

La artritis psoriásica es una inflamación de las articulaciones que se presenta en algunas personas que padecen psoriasis. Ocurre aproximadamente en el 10%. Puede suceder tanto en pacientes leves como graves. En algunos casos, aparece antes que las lesiones cutáneas. Incluso, puede no afectarse la piel.

La artritis psoriásica puede afectar a cualquier articulación. De hecho, puede conducir a daño articular. Por ello, es importante saber en qué consiste y cómo tratarla. En este artículo te lo explicamos, ¡sigue leyendo!

¿Qué es la psoriasis?

La psoriasis es una enfermedad inflamatoria crónica autoinmune. El sistema inmunológico acelera el crecimiento de los queratinocitos de la piel. Por ello, se acumulan formando placas engrosadas y enrojecidas en la piel. No es una enfermedad contagiosa. Sin embargo, parece tener cierto componente genético heredable.

Puede aparecer a cualquier edad. Aún así, tiene dos picos de incidencia: entre los 2o y 30 años, y entre los 50 y 60. Suele manifestarse con síntomas cutáneos. Sin embargo, las personas con psoriasis tienen más riesgo de padecer artritis, diabetes y otros trastornos de salud.

Causas y síntomas de artritis psoriásica

Características de la artritis psoriásica
Las personas que desarrollan artritis psoriásica tienen presentaciones con diversas características articulares y dermatológicas; así como variados cursos y resultados de la enfermedad.

No se conoce la causa de la enfermedad. Como hemos mencionado, parece que los factores genéticos juegan un papel importante. El sistema inmunológico se altera, y ataca por error al recubrimiento de las articulaciones. Por ello, causa dolor e inflamación.

Es una enfermedad que tiene un ciclo irregular a lo largo de la vida. Presenta épocas de actividad y otras de inactividad. La artritis psoriásica tiene un comienzo insidioso. Los síntomas principales son:

  • Dolor en las articulaciones. Suele darse principalmente en muñecas y tobillos.
  • Dolencias donde los tendones y los ligamentos se unen a los huesos.
  • Hinchazón, especialmente en los dedos de manos y pies.
  • Calor.
  • Dificultad de movimiento.

Existen diferentes formas de aparición, que se clasifican en:

  • Artritis oligoarticular asimétrica. Afecta a pocas articulaciones de las extremidades. Es la forma más frecuente.
  • Artritis que afecta principalmente a las interfalángicas distales de las manos.
  • Mutilante, que deforma las articulaciones. Es rara.
  • Artritis simétrica similar a otra enfermedad articular llamada artritis reumatoide.
  • Artritis que afecta a la columna y articulaciones de la pelvis. Se asemeja a la espondilitis anquilosante.

En ocasiones, la artritis psoriásica puede afectar a otras partes del cuerpo. Por ejemplo, a tendones y ligamentos. De hecho es frecuente en el tendón de Aquiles.



Diferencias con el resto de artritis

En primer lugar, la artritis psoriásica suele afectar asimétricamente. Además, tiende a lesionar las articulaciones interfalángicas distales. También produce dactilitis, cosa que no suele ocurrir en el resto de artritis.

Diagnóstico de la artritis psoriásica

Diagnóstico de la artritis psoriásica
El patrón oligoarticular asimétrico es la forma de presentación más común de la artritis psoriásica. Pese a ello, la presentación de la enfermedad es muy variada.

Primero, es necesario averiguar si hay psoriasis en el paciente o en sus familiares. Del mismo modo, hay que realizar un reconocimiento físico y una correcta historia clínica. Hay que comprobar si hay sensibilidad, inflamación o dolor en alguna articulación. También valorar la capacidad de movimiento. Además, se pueden utilizar técnicas de diagnóstico como:

  • Rayos X, imágenes de resonancia magnética o ultrasonidos. Así se podrá observar si hay cambios en los huesos, tendones y cartílagos.
  • Exámenes de sangre para descartar otras enfermedades. En la artritis psoriásica suele haber alteraciones inespecíficas de la inflamación. El anticuerpo reumatoide a menudo está presente en la sangre de las personas con artritis reumatoide. Sin embargo, está ausente en la artritis psoriásica. Por ello ayuda a diferenciar ambas.
  • Pruebas del líquido de las articulaciones. Los cristales de ácido úrico son indicadores de gota. Así permiten distinguirla de la artritis psoriásica.

Sin embargo, no existe una única prueba para llegar al diagnóstico. Se llega a el mediante las características especiales de la artritis psoriásicas.

Tratamiento

No existe la cura para la artritis psoriásica. Por eso, el tratamiento se centra en paliar el dolor y la discapacidad. Los medicamentos más usados son:

  • Medicamentos antiinflamatorios no esteroides (AINE). Alivian el dolor y la inflamación.
  • Medicamentos antirreumáticos modificadores de la enfermedad. Pueden enlentecer el avance de la artritis psoriásica. Los más usados son el metrotrezato y la leflunomida.
  • Inmunosupresores. Se utilizan para inactivar el sistema inmunitario. Se utilizan la azatioprina y la ciclosporina.
  • Inhibidores del factor de necrosis tumoral alfa. Es una sustancia inflamatoria. Por ello, estos medicamentos pueden ayudar a disminuir el dolor, la rigidez matinal o la inflamación de las articulaciones. Algunos ejemplos son el etanercept y el infliximab.

Además, existen procedimientos quirúrgicos. Se utilizan en casos graves en los que la articulación está muy dañada. Como conclusión es importante detectar los síntomas de la artritis psoriásica precozmente. Así, se podrá establecer un tratamiento adecuado. Para ello, es necesario acudir al médico ante cualquier duda.


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