Mi bebé se mueve mucho en el vientre: ¿es preocupante?

La percepción de los movimientos del bebé en el vientre siempre ocupa la mente de las madres. Sea mucho o poco, siempre querremos saber el porqué.
Mi bebé se mueve mucho en el vientre: ¿es preocupante?
Leidy Mora Molina

Revisado y aprobado por la enfermera Leidy Mora Molina.

Escrito por Ana Núñez

Última actualización: 06 julio, 2023

Desde que conocemos la noticia del embarazo nada nos hace más ilusión que sentir al bebé. Queremos desde el primer momento saber cuándo llegará ese día en que se hará notar y la espera se nos hace larga. Una vez que comienza a hacerlo de manera vigorosa la inquietud es al revés: ¿si el bebé se mueve mucho en el vientre, debemos preocuparnos?

Resulta importante conocer las etapas de su desarrollo durante la gestación para estar tranquilas. Un artículo, publicado en la Revista de Especialidades Médico Quirúrgicas, sobre la importancia del perfil biofísico para hacer seguimiento al bienestar fetal, expone que los primeros movimientos se producen en la semana seis.

En ese momento, el tamaño del bebé es muy pequeño y a pesar de que crece de manera rápida y vertiginosa, sería imposible apreciarlo.

En esas semanas iniciales lo que sí puede hacerse presente en la mujer son síntomas como el cansancio o las náuseas que a veces suelen confundirse con malestares propios de procesos virales o estomacales. Esto se debe a que en los dos primeros meses el bebé está en pleno proceso de formación de sus órganos principales.

¿Por qué se mueve el bebé en el vientre?

El apoyo familiar durante el embarazo incluye varios aspectos.
Los movimientos del bebé en el vientre suelen apreciarse a partir del cuarto mes de embarazo, aunque empiecen antes.

El bebé se mueve porque es parte de su neurodesarrollo y de la interacción permanente que tiene con el entorno uterino, tal como podemos leerlo en una investigación publicada en la Revista Pediatría Atención Primaria titulada El comportamiento fetal: una ventana al neurodesarrollo y al diagnóstico temprano.

El estudio presenta una tabla que detalla el orden de aparición de los movimientos durante el primer trimestre. Al principio, entre la semana siete y ocho lo que ocurre son reflejos automáticos que al cabo de un mes se convierten en movimientos producto de estímulos. Algunas mamás que cursan un segundo embarazo pueden distinguirlos.

Brazos y piernas, que aparecieron en torno a la sexta semana, comienzan a tener movimientos aproximadamente en la semana diez. Estos se irán haciendo más complejos a medida que el bebé madure y se harán más evidentes entre las semanas dieciocho y veinte, a medida que crecen los huesos y se forman los músculos del bebé. Por lo que es normal si no sientes a tu bebé antes, sobre todo si eres primeriza.

El movimiento indica que todo marcha bien y una vez lo sentimos nos causará, sin dudas, una gran emoción que estrechará el vínculo afectivo madre-bebé.

¿Puede ser peligroso?

Que el bebé sea inquieto y nos haga de vez en cuando brincar del susto no es nada peligroso. Al contrario, es sinónimo de que está activo y está creciendo y, por lo tanto, se encuentra sano. Para que tengas una idea, un bebé se puede llegar a mover hasta 10 veces por hora, aunque esto puede variar en cada embarazo.

Por otro lado, un estudio reciente publicado en la revista BMC Pregnancy and Childbirth asoció los movimientos fetales aumentados con diversos parámetros al nacer. De hecho, el estudio citado demostró que los niños que se mueven más tienen mayor posibilidad de ser grandes para la edad gestacional.

Son muchos los motivos por los cuales los podemos apreciar. Uno muy común suele ser el hipo; sí, a los bebés les da hipo y podemos percibirlo. En corto tiempo sabremos distinguirlo porque es repetitivo, sobre todo cerca de la semana veinticinco del embarazo, y también lo sentiremos moverse cuando cambie de posición dando vueltas o haciendo giros.

¿Qué significa la disminución de la actividad en el vientre?

En el segundo trimestre, el bebé se mueve mucho en el vientre: ya tiene suficiente fuerza para mover sus extremidades, esas que veremos sobresalir en nuestra barriga cuando se trate de un pie, la rodilla, un codo o una mano. Al crecer, el espacio en el útero se hace más estrecho y sus movimientos disminuirán.

Esto es común que ocurra sobre todo en el último mes. Y esa disminución no siempre tiene por qué ser una señal negativa, puede deberse a los períodos de descanso del bebé. Sin embargo, si los cambios son muy evidentes, atendamos con celeridad la situación.

Si está demasiado quieto, provoquemos estímulos prenatales con música que no esté a un volumen muy alto. Masajeemos suavemente la barriga o encendamos una linterna y desplacémosla desde varias direcciones.

También recomiendan un monitoreo que podemos realizar en casa para saber si los movimientos se enmarcan en los límites normales. Se trata de hacer un conteo de las patadas por un tiempo estimado de 10 a 15 minutos, o hasta media hora.

Para que el método sea efectivo es bueno hacerlo varios días a la misma hora, así tendremos un patrón personal que nos servirá como referencia. Esto le será de gran utilidad al médico que nos viene haciendo seguimiento. Recordemos que los embarazos no son iguales y que cada bebé marca su propio ritmo.

Si después de realizar esta evaluación sugerida, notamos que la variación de la intensidad de sus movimientos es considerable, debemos llamar a nuestro doctor en lo inmediato o ir a urgencias. Necesitarán hacer un control, quizá ecográfico, para asegurarse de que el bebé está sano.

El apoyo familiar durante el embarazo es importante.
Los movimientos del bebé indican que se encuentra saludable. Es más importante estar atentas a la ausencia de estos.

¿Cuándo puede significar un problema?

A partir del cuarto mes es natural que vayamos poco a poco familiarizándonos con las horas en que el bebé tiene mayor o menor actividad.

Asimismo aprendemos a asociar ciertas posiciones que adoptamos como estímulos para sus movimientos o algunas comidas azucaradas que funcionan como detonantes para que comience la fiesta en el vientre.

Todo ello agudiza de manera paulatina nuestro instinto materno, ese que sabrá alertarnos de que algo no anda bien. Un estudio reciente establece que una disminución en los movimientos fetales puede significar un deterioro o riesgo de la salud del bebé. En este sentido, la evaluación adicional está recomendada ante estas situaciones.

Por lo que, si sus movimientos se detienen de manera intempestiva o se van reduciendo sin aparente explicación, es necesario acudir al especialista para descartar lo siguiente:

  • Disminución del líquido amniótico. Esta condición se conoce como oligohidramnios. Si comienza a escaparse o baja del nivel adecuado, los movimientos del bebé se reducen.
  • Falta de oxígeno o de nutrientes producida por un problema con la placenta, situación que requiere atención urgente.
  • Movimientos inexistentes debido a la muerte fetal. De ser así, las causas pueden ser muy variadas y tendrán que hacer estudios específicos para determinar el motivo.

¿Cómo relajarse durante estos momentos?

Si los movimientos fetales se mantienen más o menos constantes durante el tiempo o inclusive aumentan, ya sabemos que se considera algo normal. Sin embargo, es fácil decirlo. Por eso, te dejamos algunos consejos para evitar pensar en ello en los momentos de mayor angustia:

  • Mantén un estilo de vida saludable. Los autocuidados no deben interrumpirse en ningún momento del embarazo, así falten pocos días para el nacimiento. Hacer ejercicio de bajo impacto, comer saludable y consumir todos los suplementos y medicamentos indicados por tu médico es muy importante.
  • Infórmate más. Así como tuviste la iniciativa para leer este artículo, vale la pena contrastar información y discutirla con tu médico o matrona. Llenarte de datos confiables ayudará a que dejes de pensar constantemente en ello.
  • Distráete. Mientras menos tiempo pases sola pensando, menos probabilidades habrá de angustiarte. Sal con tu familia y amigos, dedícate a arreglar la habitación del nuevo bebé, sal a caminar… ¡Hay cientos de posibilidades!

Si el bebé se mueve mucho en el vientre, ¡disfrutemos!

Ahora que sabemos que la intensidad de los movimientos del bebé en el vientre habla de salud y bienestar en su neurodesarrollo, no nos queda sino disfrutar el momento. Sea a solas, con nuestra pareja o sus hermanitos, en caso de que no sea nuestro primer hijo o hija, será un instante mágico que recordaremos con mucho afecto.

No nos olvidemos de tomar nuestro propio patrón de pataditas del bebé desde el segundo trimestre; esto nos ayudará a mantenernos vigilantes lo que reste de embarazo. Podemos destinarle un tiempo específico del día o la noche para ello.

Hagamos además las anotaciones ante situaciones similares. Por ejemplo, al tumbarnos en la cama después de comer, caminar un rato antes de acostarnos o después de tomar la merienda de la tarde. Y sumémosle a ese diario, los tiempos en que suele estar más tranquilo. Todo en función de registrar en detalle nuestra singular experiencia.


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