Beneficios de tomar una ducha fría
Revisado y aprobado por la médico Maricela Jiménez López
Sabemos que hay personas que cada mañana toman una ducha fría, pero ¿lo hacen porque saben si es realmente beneficioso, o solo por gusto o hábito?.
La mayoría de nosotros estamos acostumbrados a hacerlo con agua caliente o tibia, según la temperatura exterior, y es un hábito difícil de cambiar si no conocemos, o asumimos, las propiedades que aporta a nuestro organismo esta ducha caliente o tibia.
Descubre cómo puede mejorar tu salud si empiezas a ducharte con agua fría, y cómo debes hacerlo para que no sea un sufrimiento.
¡Comencemos!.
¿Ducha fría o caliente?
En realidad, el agua fría y el agua caliente tienen diferentes propiedades para la salud si las sabemos usar de manera adecuada.
Sin embargo, esto obedece a los conocimientos de a sabiduría popular, ya que depende de varios factores el que se use una temperatura o la otra durante un tiempo determinado y en áreas determinadas también.
El problema es que, en general, usamos solamente el agua caliente, a una temperatura excesiva y durante demasiado tiempo. Para nuestro cuerpo es más agradable el calor, porque dilata los vasos sanguíneos y favorece la relajación.
No obstante, se cree que si abusamos de ello, pues podría producirse un efecto contrario, entonces nos podría debilitar y restar la energía, además, podría empeorar nuestra circulación. Debe insistirse en el tema del balance. Todo en exceso es dañino, incluso el agua caliente.
Por este motivo es más beneficioso combinar ambas temperaturas. De hecho, muchos balnearios y centros de hidroterapia proponen baños a temperatura alterna para sumar ambos beneficios.
Incluso puede ser una manera muy efectiva para ir aplicándonos el agua fría de manera gradual, combinándola a intervalos con el agua caliente.
¿Quieres conocer más? Lee: Cómo hacer que tu ducha diaria sea también terapéutica
Beneficios del agua fría
- Podría ayudar a reducir algunas inflamaciones.
- Se cree que ayuda con de la circulación sanguínea, ya que contrae los vasos sanguíneos y evita las varices.
- Colabora en evitar la flacidez de los tejidos.
- Ayuda a tonificar la piel y podría mejorar su apariencia.
- Se cree también que podría ayudar a prevenir la celulitis.
- Nos aporta vitalidad y energía y, a continuación, nos produce efectos relajantes.
¿Cómo son las duchas frías?
- Se recomienda que las duchas a baja temperatura no tienen que ser muy largas. Se sugiere que con 5 minutos es suficiente.
- Se recomienda evitar siempre la zona de la cabeza. Como mucho podemos llegar, por unos instantes, hasta la nuca.
- Es importante que el baño o la estancia esté a una temperatura cálida o bien que nosotros no tengamos frío antes de ducharnos, para que haya un contraste.
- Se sugiere empezar por la parte baja y lateral del cuerpo e ir ascendiendo para terminar en la zona del pecho.
- Las personas con trastornos cardíacos deben tener una precaución especial. Pueden usar el agua más tibia o hacerlo siempre de manera mucho más gradual, según reaccione su cuerpo.
- Podemos realizar baños alternos con agua caliente, siguiendo los mismos intervalos. Por ejemplo, 1 minutos de agua fría y 1 minutos de agua caliente, 2 minutos de agua fría y 2 minutos de agua caliente, etc.
- Por lo general, se recomienda terminar siempre con el agua fría.
- Al salir de la ducha fría es imprescindible ayudar al cuerpo a recuperar su calor natural. Podemos hacerlo con ejercicio, con un masaje mientras nos aplicamos una loción o bien frotándonos de manera enérgica con la toalla.
Si lo hacemos antes de acostarnos será ideal, ya que nos podemos meter a la cama justo después.
Baños al aire libre
A medida que nuestro cuerpo se acostumbre al agua fría cada vez sentiremos más la necesidad de estas duchas. En ese momento podremos contemplar otras opciones, como bañarnos en la playa, en ríos o lagos de agua fría.
En verano mucha gente suele hacerlo, pero lo interesante es hacerlo en días soleados de otoño y primavera. Podemos hacer un poco de ejercicio antes y darnos un breve baño, para después de nuevo hacer ejercicio o secarnos y abrigarnos bien.
El hecho de realizarlo en plena naturaleza multiplica los efectos beneficiosos, en especial para el sistema nervioso y la salud en general.
Debemos hacerlo siempre en zonas seguras y con la debida precaución.
No olvides leer: Los beneficios de ducharse con agua fría
Baños locales o localizados
Si sufrimos problemas en las extremidades como, por ejemplo, artritis o artrosis en las articulaciones, podemos realizar baños alternos solamente en esa parte del cuerpo.
Se sugiere tener 2 recipientes los suficientemente grandes como para meter esa parte del cuerpo. Pondremos agua muy fría en uno y agua bastante caliente en el otro, que sea soportable. Del mismo modo que con la ducha, iremos alternando entre los dos, el mismo tiempo en cada uno.
Se cree que si lo hacemos cada día es una terapia excelente que reduce la inflamación y el dolor, incluso en casos de personas que lo sufren desde hace mucho tiempo de manera crónica. Pese a que esto no tiene alguna prueba científica que lo respalde de todo, es muy común verlo en terapias de rehabilitación, por mencionar un ejemplo.
Finalmente, te invitamos a probar esta técnica para que descubras por ti mismo los beneficios que puede traer a la salud tomar una ducha fría.
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