Berrinches o rabietas en adultos: causas y consejos

La baja tolerancia a la frustración y el estrés pueden ser causas de los berrinches o rabietas en adultos. Te damos estrategias para afrontar esta situación.
Berrinches o rabietas en adultos: causas y consejos
Maria Fatima Seppi Vinuales

Escrito y verificado por la psicóloga Maria Fatima Seppi Vinuales.

Última actualización: 10 julio, 2023

¿Qué es lo primero que se te viene a la cabeza cuando escuchas las palabras berrinche o rabieta? Seguro te imaginas que es algo de niños.

Lo es y tiene una explicación: sus berrinches se refieren a un colapso de su cerebro en desarrollo. Es decir, las estructuras que le permiten regularse aún no están consolidadas. Por lo que es esperable que tengan estos estallidos emocionales.

Sin embargo, las rabietas o berrinches en adultos también suceden, aunque por otras causas. Veamos de qué se trata.

¿Qué son los berrinches o las rabietas?

Si bien nos acostumbramos a la idea de los berrinches en el mundo infantil, estos también aparecen en la vida adulta. Aunque en este caso se trata de una carencia de habilidades sociales y emocionales.

El berrinche o la rabieta de los adultos habla de una incapacidad de gestionar las emociones de frustración, de rabia o de ira. De este modo, se reacciona de un modo que no es adecuado a la situación.

Es decir, no se trata de negar o evitar esa emoción que estamos sintiendo, sino de saber canalizarla y expresarla, de tal manera que la respuesta sea adaptativa y respetuosa de los derechos de los demás.

Sin embargo, más allá de lo desmesurado de un berrinche, hay que mirar un poco más allá. La pregunta sería cuál es el problema de fondo.

Ataque de bronca en un adulto.
Un acceso de bronca o ira en un adulto puede ocurrir, aunque también se espera que la persona cuente con los recursos para gestionar esta emoción y canalizarla.

¿Cómo es una rabieta en adultos?

El caso puede presentarse de diferentes maneras. Entre las más comunes encontramos las siguientes:

  • Silencio sepulcral: frente a un comentario, una mala cara o la negación a un pedido, la reacción del berrinche es un silencio absoluto. Se intenta hablar con esa persona, pero no contesta, mira hacia otro lado e ignora por completo.
  • Explosión: la persona parece salirse de control. Incluso se acompaña de cambios a nivel físico, como enrojecimiento del rostro. Quien observa la situación ve dramatismo y exageración, ya que el berrinche escala rápido. En los peores casos, la rabieta deriva en insultos, en violencia física hacia la otra persona o hacia objetos.
  • Agresividad pasiva: a veces, el estilo de la persona es menos confrontativo, pero igual de agresivo. De modo que elige hacer ciertos comentarios hirientes.

Causas de los berrinches o las rabietas en adultos

Las rabietas o berrinches en adultos pueden estar originados por diferentes motivos. Algunos son los siguientes:

  • Baja tolerancia a la frustración: no podemos soportar que las cosas no salgan o no se hagan como queremos.
  • No hay una correcta gestión de las emociones: las emociones existen, son innatas, pero reaccionar a ellas requiere de aprendizaje. Muchas veces, estos arrebatos o explosiones de ira provienen de haber reprimido durante mucho tiempo lo que sentías.
  • Problema del ánimo de mayor complejidad: por ejemplo, la ira y la frustración son síntomas comunes a la depresión.


Consejos para afrontar los berrinches o rabietas en adultos

Algunas de las estrategias que podemos practicar para evitar acabar en un berrinche son las que comentaremos ahora. Intenta aplicarlas si crees que te salen de control a veces.

Pon límites

Para evitar el conflicto, más de una vez somos capaces de guardarnos lo que nos pasa o lo que nos provoca determinada situación. Sin embargo, gota a gota se llena el vaso y llega el día en que rebalsa. Ese día, es el del berrinche.

Aprende a identificar tus detonantes

No todas las situaciones ni los comentarios nos afectan de la misma manera. Para ayudar a controlarnos, es importante descubrir qué es aquello que tanto nos fastidia.

Así podremos evitar esas circunstancias, prepararnos para afrontarlas o usar otras estrategias que nos ayuden a reaccionar de una mejor manera. ¿En qué otras ocasiones te ha ocurrido antes? Esta puede ser una pregunta orientadora.

En la misma línea, aprende a identificar cuáles son los síntomas físicos que acompañan al ataque de ira. ¿Tensión en el cuerpo, palpitaciones, dientes apretados? De esta manera podremos reconocerlos antes.

Encuentra espacios de ocio y relajación

Respecto a lo primero, es esencial poder desconectarse de las obligaciones y la rutina para estar tranquilos. Una mente estresada es mucho más propensa a tener explosiones de ira.

En cuanto a lo segundo, se trata de aprender a respirar para dar una respuesta más calma y menos impulsiva. El mindfulness y el yoga son algunas de las opciones que pueden servir.

Meditar en movimiento para prevenir berrinches en los adultos.
Busca espacios que sean placenteros para ti y practica actividades que te conecten con tu interior para evitar los berrinches.

Pide por ayuda profesional

En ocasiones, el manejo de la ira y de la frustración requiere de un trabajo y acompañamiento guiado, ya que ambas emociones están vinculadas a otras experiencias y recuerdos.

Las emociones son calidad de vida

Los berrinches suelen verse desde lo despectivo, a veces subestimando la causa o aquello que expresan de manera encubierta o inadecuada. Quizás el modo de dar a conocer lo que nos pasa no es el correcto y nos aleja de nuestros objetivos, pero a veces es el único que conocemos o el único posible acorde a nuestros recursos.

Sin dudas que una adecuada expresión de las emociones es un factor decisivo en nuestra calidad de vida. Y hacia allí debemos tender.


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