Logo image
Logo image

El beso de Singapur: qué es y cómo se hace

5 minutos
Conocido como «pompoir» o «kabazza», el beso de Singapur enloquece de placer al hombre y a la mujer. Descubre cómo hacer esta práctica sexual milenaria, ejercicios para mejorarla y sus beneficios.
El beso de Singapur: qué es y cómo se hace
Leonardo Biolatto

Revisado y aprobado por el médico Leonardo Biolatto

Escrito por Yamila Papa Pintor
Última actualización: 01 agosto, 2024

Muy erótico y placentero. El beso de Singapur es una práctica sexual que tiene una larga historia y, según el folclore, esta acción erótica ha sido modificada por las geishas asiáticas para conseguir sensaciones aún más especiales. Su práctica no solo es gratificante, sino que tendría beneficios para la salud, como mejorar la incontinencia urinaria. A continuación, te contaremos más acerca de este beso, cómo hacerlo y ejercicios para mejorar en esta práctica. ¡No te lo pierdas!

Qué es el beso de Singapur y su historia

A pesar de su nombre, el beso de Singapur es una práctica sexual en la que se estimula el pene con los músculos internos de la vagina. Es uno de los besos más excitantes, pero que no se dan con la boca. Sus orígenes se remontan a China hace más de 6 000 años. En esa época, el taoísmo brindaba ejercicios para entrenar los músculos pélvicos, con el objetivo de estimular la circulación en los órganos y promover la satisfacción sexual.

Este conocimiento, también llamado kabazza o pompoir, ha traspasado los siglos y las fronteras hasta llegar a la India, hace 3 000 años. Allí se comenzó a coordinar la contracción y relajación de los músculos del canal vaginal con un orden rítmico.

Se dice que en Tailandia y Japón fueron dos de los países que, en poco tiempo, aumentaron la cantidad de «profesionales» de este beso. Incluso las geishas niponas lo llevaron más allá, al incluir los músculos abdominales al movimiento. Hoy en día, se sigue practicando con el fin de incrementar el placer.

¿Cómo se hace el beso de Singapur?

Some figure
Realizarlo puede ser más sencillo, si la mujer se coloca arriba del hombre, ya sea acostada o sentada.

Más allá de la historia, puede resultar interesante aprender cómo se hace este beso milenario y erótico. En esencia, como con el beso negro, se trata de alcanzar un orgasmo más intenso. En este caso, a través de ciertos ejercicios que involucran la vagina.

Si bien estos movimientos, tal vez sean fáciles o naturales para algunas mujeres, para otras es necesaria la práctica, ya sea durante el sexo o fuera de él.

Durante la penetración, la mujer debe contraer y relajar los músculos vaginales para simular una succión. La sensación que tiene el hombre es similar a la que experimenta durante el sexo oral y la fricción genera placer para ambos. Pon atención a los siguientes pasos:

  1. El hombre debe estar acostado y la mujer se sienta encima de él. Aunque no existe una postura específica para hacer el beso de Singapur, no hay que olvidar que ella es quien domina la situación.
  2. Una vez que el hombre tiene una erección y penetra a la mujer, ella debe mantener la cadera quieta algunos segundos.
  3. Tiene que concentrarse en mover solo el músculo pubocoxígeo (ubicado en el suelo de la pelvis). La cadencia debe ser lenta y rítmica, apretando y soltando el órgano sexual masculino varias veces.

Pero, ¿cómo identificar el músculo pubocoxígeo? Pues, la próxima vez que vayas al baño para orinar, trata de interrumpir el flujo de líquido apretando el pubis. Justo esos son los músculos que intervienen en el ejercicio del beso de Singapur.

A medida que lo vayas repitiendo durante el sexo, te será más fácil y aguantarás más. De hecho, estudios como el de Clinical Biomechanics sugieren que aquellas participantes más entrenadas son capaces de distribuir la presión a lo largo del canal de la vagina.

¿Qué ejercicio puede mejorar la técnica?

Some figure
El ejercicio de puente de glúteos es uno de los recomendados para fortalecer el suelo pélvico.

Si quieres mejorar tu marca, también puedes llevar a cabo los ejercicios de Kegel. Estos sirven, tanto para hombres como para mujeres y están pensados para fortalecer los músculos pélvicos. Puedes acostarte boca arriba, contraer los músculos 3 segundos, relajar y volver a hacerlo 10 o 15 veces. Acompaña este ejercicio para mejorar el suelo pélvico con respiraciones profundas. Repite, al menos, 3 veces al día, sentado, acostado y de pie.

Algunas mujeres utilizan las llamadas «bolas chinas», que se colocan igual que un tampón, durante el ejercicio de contracción y estimulación del suelo pélvico. De esta manera, se consigue aumentar la satisfacción sexual.

¿Qué beneficios aporta el beso de Singapur?

A diferencia de otras técnicas, brinda tanto al hombre como a la mujer la posibilidad de sentir un orgasmo más intenso. La satisfacción es, por tanto, femenina y masculina. Además, tiene otros beneficios:

  • El hombre experimenta nuevas sensaciones, al disfrutar del sexo de forma más duradera.
  • La mujer tiene el control de la situación. Así, estimula el clítoris y la vagina al mismo tiempo y hace trabajar a los músculos del suelo pélvico.
  • Al aumentar el tono muscular del suelo pélvico, puede incrementarse la lubricación en la mujer y, en consecuencia, mejorar las relaciones sexuales.
  • El entrenamiento de los músculos del suelo pélvico resulta, a su vez, efectivo para evitar la incontinencia urinaria leve, como explica Cochrane Database of Systematic Reviews.

Experimenta el placer con esta práctica

Si te animas a probarlo, recuerda las claves que hemos indicado en tus próximos encuentros, así como también los respectivos consejos de higiene después del sexo y de protección para que tu pareja y tú estén seguros. Si tienes preguntas sobre el beso de Singapur, o acerca de cómo realizar algún ejercicio de Kegel, no dudes en consultar con un médico o sexólogo.


Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.



Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.