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Cómo evitar que los guantes de lana resequen tus manos: 5 consejos

3 minutos
Los guantes de lana protegen del frío, pero pueden resecar la piel si no se usan correctamente. Descubre consejos prácticos para evitarlo.
Cómo evitar que los guantes de lana resequen tus manos: 5 consejos
Escrito por Valentina Vallejo
Publicado: 15 diciembre, 2025 12:00

El invierno trae consigo bajas temperaturas que obligan a proteger nuestras manos. Los guantes de lana suelen ser una opción clásica y cálida, pero no siempre resultan los más amables con la piel. En personas con manos sensibles o propensas a la resequedad, la lana puede generar irritación y favorecer la aparición de grietas.

Esto ocurre sobre todo cuando se usan sin forro, con las manos húmedas o si los guantes están mojados o mal lavados. La combinación de lana y humedad es un terreno fértil para el agrietamiento. A continuación, te contamos cómo prevenirlo con medidas simples y prácticas.

1. Hidratar tus manos antes de salir de casa

La hidratación previa es clave para crear una barrera protectora contra el frío y la fricción de la lana. Opta por cremas con glicerina, manteca de karité o urea, que ayudan a retener la humedad en la piel. Aplica una capa ligera y espera unos minutos antes de colocarte los guantes para que el producto se absorba bien.

2. Secar bien tus manos antes de usar guantes

Ponerse guantes con las manos húmedas es uno de los errores más comunes. La humedad atrapada dentro favorece la resequedad y el agrietamiento. Asegúrate de secarlas completamente, incluso entre los dedos, antes de cubrirlas. Si vienes de lavar platos o de salir de la ducha, dedica unos segundos extra a este paso.

3. Usar forros de algodón o seda bajo la lana

Los liners o guantes finos de algodón o seda funcionan como una capa intermedia que protege la piel del contacto directo con la lana. Además, ayudan a absorber la humedad y mantienen un microclima más agradable dentro del guante. Es una solución sencilla que marca una gran diferencia en la comodidad y salud de tus manos.

4. Mantener los guantes secos y limpios

La lana tiende a retener humedad y suciedad, lo que puede irritar la piel. Lava tus guantes siguiendo las instrucciones de la etiqueta y procura que estén completamente secos antes de volver a usarlos. Evita guardarlos húmedos en bolsos o bolsillos, ya que esto favorece la proliferación de bacterias y el mal olor.

5. Reparar la piel por la noche con guantes de algodón

Si tus manos ya presentan resequedad o pequeñas grietas, aprovecha la noche para repararlas. Aplica una crema nutritiva más espesa y cúbrete con guantes de algodón mientras duermes. Esta técnica de oclusión potencia la absorción del producto y ayuda a que la piel se regenere más rápido.

Tips extras

  • Evita el uso de jabones muy agresivos al lavar tus manos; opta por fórmulas suaves.
  • Usa agua tibia en lugar de muy caliente, ya que el calor excesivo elimina los aceites naturales de la piel.
  • Incluye en tu dieta alimentos ricos en ácidos grasos y vitaminas, como frutos secos y pescado, que favorecen la salud cutánea desde dentro.
  • No ignores las primeras señales de resequedad. Cuanto antes actúes, más fácil será prevenir grietas dolorosas.

El frío no tiene por qué traducirse en manos resecas. Con algunos hábitos puedes disfrutar del invierno con comodidad y suavidad.

Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.