David Beckham revela su manía por la limpieza: "Todo debe estar ordenado en línea recta y las cosas siempre deben ser pares"

¿Alguna vez has sentido el impulso de alinear las decoraciones que tienes en la mesa o reorganizar una y otra vez las almohadas de tu cama? No eres el único. David Beckham ha confesado públicamente que vive con un trastorno obsesivo-compulsivo que gobierna gran parte de su día a día.
El exjugador profesional ha compartido que necesita que todo tenga un orden específico. No se trata simplemente de que le guste tener la casa en orden, sino de algo mucho más profundo. “Tengo un trastorno obsesivo-compulsivo. Todo debe estar ordenado en línea recta y las cosas siempre deben ser pares”, confesó.
No es solo una preferencia, es una compulsión que no puede ignorar y que condiciona muchos aspectos de su vida diaria.
El día a día con TOC
Victoria Beckham, su esposa, ha sido testigo de estos comportamientos durante años. Cuenta que David puede pasarse horas limpiando y organizando, especialmente cuando algo no está en su sitio.
Algunos ejemplos que ha dado a conocer son la necesidad de que las cosas se presenten en números pares, la organización de los productos en el refrigerador por color y tamaño. Incluso, puede levantarse a mitad de la noche si algo le perturba porque no está en su lugar correcto.
Imagina no poder relajarte hasta que todas las cosas estén guardadas de un modo muy preciso. Esto le ocurre a Beckham, y no es porque sea una persona meticulosa o detallista. Muchos de nosotros disfrutamos de tener la casa limpia y ordenada, pero podemos tolerar que no siempre lo esté. Para alguien con TOC, no hacerlo genera una ansiedad considerable.
Beckham mismo reconoce que le gustaría poder ignorar estos impulsos. “Intento dejarlo pasar, pero no puedo”, ha admitido. Es como un circuito en su cerebro que necesita cerrarse, y la única forma de hacerlo es ordenando, alineando, emparejando.
El valor de compartir su experiencia
Lo verdaderamente valioso de que una figura pública como Beckham hable abiertamente sobre esto es que normaliza la conversación sobre la salud mental. Si te sientes identificado, debes saber que vivir con TOC no te hace menos capaz ni menos exitoso. Beckham ha tenido una carrera brillante, una familia y proyectos empresariales prósperos.
Si somos más empáticos y superamos los estereotipos, miles de personas que experimentan comportamientos similares pueden sentirse comprendidas y menos solas. El TOC es mucho más que solo lavarse las manos constantemente o comprobar la puerta veinte veces.Tiene muchas caras y afecta las rutinas y la convivencia de diversas maneras.
Todos tenemos pequeñas manías. La diferencia radica en si estas conductas interfieren con tu vida diaria o te generan malestar significativo.
Beckham ha encontrado su manera de convivir con esto. No lo oculta, lo integra en su rutina y, lo más importante, lo reconoce. Su familia lo entiende y respeta.
Al final, lo que podemos llevarnos de su experiencia es que todos luchamos nuestras propias batallas, unas más visibles que otras. Además, está bien hablar de ellas, pedir ayuda cuando se necesita y ser comprensivos con nosotros mismos y con los demás.
¿Alguna vez has sentido el impulso de alinear las decoraciones que tienes en la mesa o reorganizar una y otra vez las almohadas de tu cama? No eres el único. David Beckham ha confesado públicamente que vive con un trastorno obsesivo-compulsivo que gobierna gran parte de su día a día.
El exjugador profesional ha compartido que necesita que todo tenga un orden específico. No se trata simplemente de que le guste tener la casa en orden, sino de algo mucho más profundo. “Tengo un trastorno obsesivo-compulsivo. Todo debe estar ordenado en línea recta y las cosas siempre deben ser pares”, confesó.
No es solo una preferencia, es una compulsión que no puede ignorar y que condiciona muchos aspectos de su vida diaria.
El día a día con TOC
Victoria Beckham, su esposa, ha sido testigo de estos comportamientos durante años. Cuenta que David puede pasarse horas limpiando y organizando, especialmente cuando algo no está en su sitio.
Algunos ejemplos que ha dado a conocer son la necesidad de que las cosas se presenten en números pares, la organización de los productos en el refrigerador por color y tamaño. Incluso, puede levantarse a mitad de la noche si algo le perturba porque no está en su lugar correcto.
Imagina no poder relajarte hasta que todas las cosas estén guardadas de un modo muy preciso. Esto le ocurre a Beckham, y no es porque sea una persona meticulosa o detallista. Muchos de nosotros disfrutamos de tener la casa limpia y ordenada, pero podemos tolerar que no siempre lo esté. Para alguien con TOC, no hacerlo genera una ansiedad considerable.
Beckham mismo reconoce que le gustaría poder ignorar estos impulsos. “Intento dejarlo pasar, pero no puedo”, ha admitido. Es como un circuito en su cerebro que necesita cerrarse, y la única forma de hacerlo es ordenando, alineando, emparejando.
El valor de compartir su experiencia
Lo verdaderamente valioso de que una figura pública como Beckham hable abiertamente sobre esto es que normaliza la conversación sobre la salud mental. Si te sientes identificado, debes saber que vivir con TOC no te hace menos capaz ni menos exitoso. Beckham ha tenido una carrera brillante, una familia y proyectos empresariales prósperos.
Si somos más empáticos y superamos los estereotipos, miles de personas que experimentan comportamientos similares pueden sentirse comprendidas y menos solas. El TOC es mucho más que solo lavarse las manos constantemente o comprobar la puerta veinte veces.Tiene muchas caras y afecta las rutinas y la convivencia de diversas maneras.
Todos tenemos pequeñas manías. La diferencia radica en si estas conductas interfieren con tu vida diaria o te generan malestar significativo.
Beckham ha encontrado su manera de convivir con esto. No lo oculta, lo integra en su rutina y, lo más importante, lo reconoce. Su familia lo entiende y respeta.
Al final, lo que podemos llevarnos de su experiencia es que todos luchamos nuestras propias batallas, unas más visibles que otras. Además, está bien hablar de ellas, pedir ayuda cuando se necesita y ser comprensivos con nosotros mismos y con los demás.
Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.







