¿Yoga después de los 45? Terapeuta experta enseña cómo adaptarlo a tu vida

Muchas personas mayores de 45 años ven posturas complejas y creen que el yoga no es para ellas. Pero la terapeuta Carol Krucoff lo aclara, “El único requisito para practicar yoga es poder respirar”. Esta idea desmonta el mito de que se necesita flexibilidad extrema.
A esta edad, el yoga no busca contorsiones, sino conservar la movilidad funcional (agacharse sin dolor, alcanzar objetos o mantener el equilibrio). Es una herramienta de mantenimiento físico y emocional. A continuación, te explicamos cómo una persona de más de 45 puede incorporar el yoga a su rutina y aprovechar sus beneficios.
1. Empezar con yoga en silla
Lejos de ser una versión “menor”, el yoga en silla es una excelente alternativa. Es ideal si pasas muchas horas sentado o si tienes molestias en las rodillas o la espalda. La silla brinda un soporte estable que permite movilizar la columna y estirar los hombros sin riesgo.
2. Usar accesorios para facilitar la práctica
Los accesorios no son para “tramposos”, sino para practicantes inteligentes. Un bloque de yoga, por ejemplo, “acerca el suelo a ti”. En una flexión hacia adelante, en lugar de forzar la espalda, puedes apoyar las manos en el bloque y mantener la columna alineada. El cinturón, por su parte, te ayuda a alcanzar los pies sin encorvarte durante un estiramiento.
3. Priorizar la estabilidad sobre el estiramiento profundo
Más que buscar estiramientos extremos, lo importante es construir estabilidad en las articulaciones (caderas, rodillas, hombros) y fortalecer el core, es decir, la musculatura del abdomen y la espalda que protege tu columna. Un core fuerte es la base de una buena postura.
4. Escuchar tu cuerpo
Una de las claves del yoga después de los 45 es practicar con atención plena. No se trata de exigirse más, sino de observar cómo se siente cada movimiento. Al escuchar al cuerpo, puedes ajustar la práctica según tus necesidades, evitar molestias y construir una relación más amable y consciente contigo mismo.
Beneficios que puedes empezar a notar
Al adaptar la práctica, los beneficios que obtienes son muy relevantes para tu bienestar diario.
- Alivio de dolores comunes: el yoga adaptado ayuda a liberar la tensión acumulada en la espalda baja y el cuello, zonas muy afectadas por el sedentarismo y el estrés. afectadas por el trabajo sedentario y el estrés.
- Mejora del equilibrio: muchas posturas, incluso las más sencillas, desafían y mejoran nuestro sentido del equilibrio. Esto se traduce en una inversión directa para prevenir caídas y conservar la independencia.
- Gestión del estrés y la ansiedad: una parte fundamental del yoga es la respiración consciente. Aprender a respirar de forma profunda y calmada es una herramienta poderosa para regular el sistema nervioso y recuperar la calma.
Para una práctica segura, muévete siempre sin sentir dolor agudo. Aprende a diferenciar la ligera incomodi-dad de un estiramiento de la señal de alerta de una lesión. Evita las flexiones de columna muy forzadas y escucha las señales que te envía tu cuerpo.
Nunca es tarde para empezar a cuidarte. El mensaje de expertas como Carol Krucoff es claro, el yoga no es un molde rígido. Es una caja de herramientas versátil que se adapta a tu cuerpo, a tu edad y a tus necesidades. Anímate a buscar clases para principiantes, de “yoga suave” o “yoga terapéutico” y empieza a disfrutar de sus beneficios.
Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.







