Anthony Storr, psiquiatra: "Lo esencial es aprender a estar solo sin sentirse solo"

La soledad, en la mayoría de los casos, se relaciona con tristeza, aislamiento o fracaso social. Sin embargo, hay que distinguir entre soledad impuesta y elegida. La primera es un sentimiento doloroso de aislamiento, falta de conexión y deseo de compañía. En cambio, en la segunda tú eliges retirarte del mundo para conectar contigo mismo, reflexionar sobre las experiencias y fomentar tu vida interior.
El psiquiatra Anthony Storr invita a reflexionar sobre aprender a estar solos en su libro Soledad: El retorno a uno mismo, en el cual explica por qué la soledad es una forma de construir madurez emocional que ayuda a vivir con plenitud. Conoce tres beneficios de disfrutar tu propia compañía de forma consciente.
1. Creatividad
Storr explica que cuando la mente se libera de distracciones y demandas sociales, puede hacer tareas complejas con más facilidad. Además, estar solo te permite generar nuevas ideas y combinarlas. De hecho, muchos logros en el arte y la ciencia surgieron después de un largo tiempo de aislamiento voluntario.
2. Calma y autoconocimiento
Cuando estás solo hay menos ruido y sobreestimulación externa, lo que te permite procesar información, entender tus emociones y escuchar tu propia voz sin interrupciones. Esta práctica también ayuda a desarrollar un “centro de equilibrio” interno, da paz y favorece un sentido del yo no dependiente de validación externa.
3. Forjar criterio propio
A veces la presión social te lleva a adoptar creencias que no son en realidad tuyas. Cuando tomas distancia por un tiempo, puedes analizar la información con más objetividad y crear valores coherentes. La soledad te da un espacio para decidir quién eres y qué crees, lejos de la influencia que intenta moldearte.
El equilibrio es la clave
El psiquiatra también aclara que no se trata de vivir como ermitaño. Propone encontrar un equilibrio saludable, ya que tanto la conexión con otros como la conexión contigo mismo son necesarias para el bienestar emocional. La idea es cultivar tu mundo interior para que cuando estés solo, te sientas en paz y en buena compañía. Si la soledad te causa malestar significativo o continuo, conviene no forzar el aislamiento y buscar apoyo de un psicólogo.
Para aprender a estar solo, empieza por reservar dos o tres espacios de 20 minutos a la semana para estar solo contigo mismo, incluso sin tecnología. Da un paseo, escribe o piensa en silencio. Da el primer paso y, si al principio te parece incómodo, recuerda que es parte del proceso de reconectar contigo mismo.
Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.