Logo image

Cómo saber si eres demasiado complaciente y 4 tips para empezar a poner límites

3 minutos
Cuando te cuesta decir que "no" estás poniendo en segundo plano tus necesidades. Te enseñamos algunos pasos sencillos para poner límites a tu complacencia.
Cómo saber si eres demasiado complaciente y 4 tips para empezar a poner límites
Escrito por Estefanía Filardi
Última actualización: 26 septiembre, 2025

¿Cuando debes decir “no” te sientes culpable? ¿Has sacrificado tu tiempo para agradar a otros? Si te identificas con alguna de estas situaciones, puede que tengas un patrón de complacencia. Ser amable es una gran cualidad, pero no es una actitud positiva cuando sacrificas tu propio bienestar.

Aunque esas acciones sean bien intencionadas, con el tiempo pueden provocar agotamiento y resentimiento. Por ello, te invitamos a reflexionar sobre posibles señales de que eres demasiado complaciente y cómo comenzar a poner límites saludables.

Señales para saber si eres muy complaciente

Existen algunos comportamientos bastante comunes que revelan una tendencia a complacer sin darnos cuenta. A continuación, te hablamos de ellos:

  • Tu autoestima depende de lo que piensen los demás: tu propio valor varía según la aprobación de otros, por ello, un mal comentario te sienta fatal.
  • Te callas para evitar conflictos: no expresas tu punto de vista cuando es diferente a lo que opina la mayoría. No estás de acuerdo, pero prefieres no decirlo para no romper con la armonía.
  • Sacrificas tu energía y tiempo: aceptas ir a compromisos para no decepcionar a otros y por eso tus días terminan llenos de actividades que no te apetecen, y con poco tiempo de calidad para ti.
  • Sientes culpa o ansiedad al decir “no”: esto te genera mucho malestar, sobre todo si dices que sí cuando sabes que podría afectar tu día. Por ejemplo, aceptas hacer horas extras o asumir trabajo que no te corresponde, solo para no decirle “no” a tu jefe o colega.
  • Te disculpas cuando tienes que pedir o decir algo: quizás piensas que dar tu opinión o comunicar tus necesidades es malo, como si con eso molestaras a otros o impusieras tu punto de vista. Hablar con claridad y ser firme en ciertas situaciones no es egoísmo. Siempre hay una manera de comunicarse con respeto.

Consejos para poner límites saludables

Con paciencia y disposición puedes diferenciar entre tu amabilidad y complacencia. Empieza con pequeños pasos que te permitan ganar confianza, por ejemplo:

  1. Utiliza frases que te den tiempo de pensar: “Revisaré mi agenda y luego te confirmo” o “déjame pensarlo”.
  2. Ofrece una alternativa para evitar un “no” rotundo: en caso de querer dejar la posibilidad abierta, prueba decir “hoy no puedo, pero la semana que viene sí”.
  3. Entiende que no necesitas justificarte: si no quieres hacer algo, a veces, solo decir “no” es suficiente. Practica con frases como: “Gracias, pero en esta ocasión no podré”.
  4. Comienza por situaciones poco riesgosas: especialmente aquellas que no tengan mayores consecuencias. Así, poco a poco, sentirás más comodidad al responder negativamente.

También, podrías considerar buscar la ayuda de un terapeuta que te dé herramientas para poner límites y, al mismo tiempo, fortalecer tu confianza.

Ten presente que dejar de ser complaciente es una manera de cuidar de ti y cultivar relaciones equilibradas. La amabilidad y la generosidad son cualidades que no deben originarse en el miedo o la ansiedad.

Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.