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¿Cambios en el color de los ojos? ¡Puede ser preocupante!

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Los cambios en el color de los ojos pueden tener consecuencias negativas derivadas, como el glaucoma o las cataratas, según cuál sea la causa de fondo. Te explicamos lo que debes saber sobre ello.
¿Cambios en el color de los ojos? ¡Puede ser preocupante!
Leonardo Biolatto

Escrito y verificado por el médico Leonardo Biolatto

Escrito por Leonardo Biolatto
Última actualización: 09 julio, 2023

Los cambios en el color de los ojos son un fenómeno poco frecuente que, además, resulta alarmante para cualquier persona. Los ojos son una de las partes más llamativas del rostro, en la que nos solemos fijar de manera constante.

Si bien es cierto que muchos tratan de modificar el color de sus iris mediante lentes de contacto y otros procedimientos, cuando esto sucede de manera brusca y sin ser buscado suele ser debido a una patología. En algunos casos también puede tratarse de algo benigno.

No obstante, de cualquier forma, es esencial que sean revisados siempre por un especialista. En este artículo te explicamos cuáles son las principales causas.

Enfermedades que producen cambios en el color de los ojos

Cuando nacemos, el color de los ojos suele ser de un azul grisáceo. Esto no significa que todas las personas que nacen con esa tonalidad vayan a tenerlos así por el resto de su vida. De hecho, suele suceder lo contrario.

Estos cambios en el color de los ojos son normales durante los primeros meses de existencia. Los bebés no tienen desarrollado el pigmento que le da color al iris. Por ello, a medida que van creciendo, los ojos adquieren su color definitivo.

Sin embargo, cuando los cambios en el color de los ojos se producen en la vida adulta, puede tratarse de una situación alarmante. En muchos casos es síntoma de una patología subyacente. En los siguientes apartados vamos a enumerar las causas más frecuentes.

Cambios en el color de los ojos por pecas

Antes de comenzar a hablar de los cambios en el color de los ojos, es importante explicar qué es la melanina. La melanina es un pigmento presente en nuestro cuerpo, tanto en la piel como en los globos oculares. Es la que determina el color del iris y la tonalidad de la piel.

Esta sustancia es producida por unas células llamadas melanocitos. El hecho de que estas células estén tanto en la piel como en los ojos explica que, en estos, también puedan aparecer pecas o lunares. Las pecas reciben el nombre de nevus oculares.

Son muy similares a los de la piel y consisten en proliferaciones benignas de dichas células que producen melanina. Cuando aparecen en torno a la retina reciben el nombre de nevus coroideo.

Al igual que sucede con las pecas o los lunares de la piel, los nevus oculares pueden surgir en cualquier momento de la vida. Por eso se consideran una de las causas más frecuentes de cambios en el color de los ojos.

El problema es que, aunque por regla general sean benignos, tienen riesgo de malignizarse. Es decir, pueden derivar en un melanoma. Se trata de un tumor mucho más agresivo que aumenta la probabilidad de que se afecte la visión.

Según un estudio publicado en Recent Results in Cancer Research, el melanoma ocular es poco frecuente. Aún así, se estima que afecta a casi 2000 personas cada año en Estados Unidos.

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Las pecas pueden aparecer en el ojo, bajo el nombre de nevus.

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Nódulos de Lisch

Los nódulos de Lisch son pequeños tumores benignos de entre 1 y 2 milímetros que se forman en el iris. Se muestran como protuberancias que, de manera general, no afectan a la visión.

Según un artículo publicado en la Revista Méxicana de Oftalmología, son la manifestación oftalmológica más frecuente de la neurofibromatosis. Esta es una enfermedad de origen genético que consiste en la formación de tumores a partir del tejido nervioso.

Pueden aparecer en cualquier parte, desde los nervios periféricos, la médula espinal o incluso en el cerebro. A pesar de que en la mayoría de los casos son benignos, provocan síntomas o entrañan riesgo de malignizarse.

Es una enfermedad que suele diagnosticarse en la infancia. Al igual que sucedía con los nevus intraoculares, los nódulos de Lisch dañan la visión, además de causar cambios en el color de los ojos.

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Iridociclitis heterocrómica de Fuchs

La iridociclitis heterocrómica de Fuchs es una enfermedad poco frecuente. Tanto es así que, según la plataforma Orphanet, su prevalencia es de 1 a 9 personas por cada millón de habitantes. Afecta a adultos jóvenes y provoca cambios en el color de los ojos. 

Lo que ocurre es que un ojo cambia de color volviéndose más claro que el otro. La causa es desconocida, aunque en la Revista de la Sociedad Colombiana de Oftalmología apuntan a que puede estar relacionada con el virus del herpes simple, la rubeola o el herpes zóster.

El problema es que esta patología suele provocar síntomas, como las miodesopsias. Son pequeñas manchas que aparecen en el campo visual y simulan moscas flotando. Además, puede derivar en cataratas y glaucoma.

Síndrome endotelial iridocorneal

Este es un síndrome ocular que provoca hinchazón en la córnea, glaucoma y modificaciones en el iris. Las últimas nombradas son las que dan lugar a cambios en el color de los ojos. Así, ciertas células de la córnea migran hacia el iris, haciendo que tanto este como la pupila se deformen.

Además, dicha migración de células altera la circulación normal del líquido que se encuentra dentro del ojo. Al acumularse, se incrementa la presión dentro del globo, lo que da lugar al glaucoma. Los síntomas más frecuentes son la visión borrosa, cambios de color de los ojos e incluso dolor.

Síndrome de dispersión del pigmento

De manera normal, el pigmento que da color a los iris se encuentra en la parte posterior del mismo. En algunas personas, el iris tiene una morfología diferente y fricciona con otras partes del ojo. Esto hace que poco a poco se vaya liberando la pigmentación, que se deposita en otras zonas en las que no debería estar.

Cuando esto ocurre, puede suceder algo parecido a lo que mencionábamos en el apartado anterior. El pigmento puede obstruir la circulación del líquido intraocular. Por lo tanto, es posible que se produzca un glaucoma. Además, también hay cambios en el color de los ojos.

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Un trauma ocular es capaz de modificar la coloración de los ojos al depositar sangre en zonas que no deberían tenerla.

Cambios en el color de los ojos por traumas

Los traumatismos son otra de las causas más comunes de cambios en el color de los ojos. Puede tratarse de una herida penetrante, un golpe contuso en el rostro o cualquier agente que dañe los vasos sanguíneos oculares.

Este tipo de lesiones suelen alterar la visión, provocando que se vuelva doble o que la calidad visual disminuya. Además, es frecuente que haya sensibilidad a la luz. La acumulación de sangre extravasada en partes del ojo donde no debería estar explica el fenómeno.

Los cambios en el color de los ojos son motivo de consulta

Todos los cambios en el color de los ojos deben ser examinados por un oftalmólogo, ya que, como hemos visto, pueden ser síntoma de una enfermedad. Además, se presenta el riesgo de daño permanente de la visión.

Por ello, ante cualquier duda sobre algo referente a este trastorno, es esencial consultar con el especialista. Los ojos son una parte muy delicada del cuerpo que requiere cuidados y consideraciones especiales.


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