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Cáncer de hígado: todo lo que debes saber

4 minutos
El cáncer de hígado pone en riesgo el correcto funcionamiento de este órgano, lo que conlleva importantes perjuicios a nivel sistémico.
Cáncer de hígado: todo lo que debes saber
Nelton Abdon Ramos Rojas

Escrito y verificado por el médico Nelton Abdon Ramos Rojas

Última actualización: 24 mayo, 2023

El cáncer de hígado es una enfermedad grave en la que las células de este órgano comienzan a dividirse de forma descontrolada. Sin embargo, no todos los tumores que se desarrollan son malignos, en ocasiones el tumor es totalmente benigno.

Por norma general, el hígado cumple importantes funciones imprescindibles para el funcionamiento de nuestro organismo:

  • Sintetiza continuamente los factores de coagulación. Estas sustancias intervienen en la formación de coágulos, que evitan la pérdida de sangre en las heridas.
  • Descompone sustancias tóxicas (como los medicamentos o el alcohol) y elimina sus restos a través de la orina.
  • Segrega bilis al intestino delgado, una sustancia que digiere ciertos nutrientes, como las grasas. Asimismo, almacena glucógeno, una reserva natural de energía.

Síntomas del cáncer de hígado

Los signos o señales más frecuentes que podemos relacionar con esta enfermedad son los siguientes:

  • Edemas.
  • Náuseas y vómitos.
  • Debilidad, cansancio o fatiga.
  • Aumento de tamaño del hígado y del bazo.
  • Ictericia o tonalidad amarillenta generalizada.
  • Pérdida de apetito y de peso en un periodo corto de tiempo.
  • Alteraciones hormonales: altos niveles de colesterol, calcio o glóbulos rojos en sangre, así como hipoglucemia.
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Las náuseas y los vómitos constantes pueden ser una señal de alarma para buscar ayuda profesional inmediata.

Te interesa saber: Fisiología del hígado

Factores de riesgo

Actualmente, no conocemos las causas exactas que alteran el ADN de las células para modificar su reproducción. Sin embargo, se pueden nombrar varios factores de riesgo:

  • Hepatitis viral crónica. Se trata de una infección que puede propiciar el desarrollo de otras enfermedades hepáticas. Asimismo, incluimos tanto el subtipo B como el C.
  • Cirrosis. Por norma general, las células hepáticas han sido atacadas y se forma tejido fibroso en la zona. También se denomina cicatrización hepática.
  • Alcoholismo (consumo excesivo de alcohol). El hígado es el órgano encargado de procesar esta sustancia tóxica y cantidades anormales de ella pueden alterar el funcionamiento del mismo.
  • Obesidad (peso corporal elevado). Esta condición médica aumenta el riesgo de padecer ciertas enfermedades que pueden afectar al hígado (como la hepatitis o la cirrosis, por ejemplo).
  • Diabetes tipo 2. Esta enfermedad está relacionada con el alto sobrepeso.
  • Tabaquismo. El tabaco puede alterar el material genético de las células que forman nuestro cuerpo, produciendo mutaciones que pueden derivar en la presencia de cáncer.
  • Intoxicaciones por metales pesados, en especial, el arsénico.
  • Infecciones por ciertos parásitos, en especial los que provocan el desarrollo de esquistosomiasis.
  • Consumo de drogas o dopaje. Por ejemplo, los esteroides anabólicos son hormonas masculinas que son utilizados para aumentar la masa muscular de un individuo.
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Buscar atención médica es la única manera de encontrar el tratamiento más indicado según cada caso particular.

Tratamiento del cáncer de hígado

Por otra parte, se suelen aplicar alguno de los siguientes procedimientos para aliviar al paciente:

  • Cirugía (hepatectomía parcial o trasplante hepático). Por norma general, se extirpa parcial o totalmente este órgano. En el último caso sería necesario su reemplazamiento, es decir, un trasplante hepático.
  • Ablación del tumor. Por norma general, es utilizado para destruir las células que forman el tumor, que suele ser de poco tamaño.
  • Embolización del tumor. Se aplican sustancias químicas que reducen el flujo de sangre hasta los tumores, para intentar destruir a las células cancerosas.
  • Radioterapia. En esta técnica se le aplican al individuo una alta radiación orientada que destruye a las células causante del tumor en este órgano.
  • Terapia dirigida. Se utilizan medicamentos o fármacos diseñados para combatir exclusivamente esta patología intentando reparar el ADN que se ha alterado.
  • Inmunoterapia. Por otra parte, al sujeto se le puede administrar en un suero ciertos anticuerpos que viajarán hasta el hígado afectado a través de la sangre. Allí atacarán a las células anormales de forma progresiva.
  • Quimioterapia. Asimismo, el paciente puede ser recetado ciertos medicamentos o fármacos que retrasarán el crecimiento del tumor e intentarán neutralizarlo con el paso del tiempo.

A tener en cuenta

Es necesario señalar que, es posible que se produzcan ciertas reacciones adversas al poner en práctica estas técnicas. Algunas de las más comunes son: anemia o déficit de hierro en la sangre, alteraciones en el tránsito intestinal y, náuseas y vómitos.

Por supuesto, también cursan con otras afectaciones (comunes en otros tipos de cáncer), tales como: caída del cabello del pelo, cansancio o debilidad, infecciones y otras alteraciones en el resto de los aparatos y sistemas.


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