¿Cuáles son las causas más comunes de obesidad infantil?
Escrito y verificado por la nutricionista Anna Vilarrasa
Hace años que los expertos intentan establecer las causas más comunes de obesidad infantil, pues la propia enfermedad y las consecuencias que comporta han emergido como un gran problema de salud pública en el siglo XXI. No hay tantas zonas geográficas del mundo que se encuentren exentas de la epidemia.
Algunas causas tienen que ver con el comportamiento personal y familiar frente a la actividad física y la alimentación. Pero en los últimos años se habla, también, de posibles factores ambientales y genéticos que pueden tener su influencia. En el siguiente artículo explicamos todo lo que se sabe al respecto.
Incidencia y evolución de la obesidad infantil
Los problemas de peso en la infancia han adquirido niveles de pandemia en todo el mundo, por lo que los expertos la han llegado a calificar como uno de los mayores retos en salud pública del siglo XXI. Es necesario atender la cuestión, pues es una situación que tiene consecuencias en la salud física, social y emocional de los niños.
Según datos publicados por la Organización Mundial de la Salud, en el año 2019 eran 38 millones los menores de 5 años que padecían sobrepeso u obesidad en todo el plantea. Y el mismo problema afectaba a más de 340 millones de niños entre los 5 y los 19 años en el 2016.
Un inconveniente añadido es que esta creciente incidencia va acompañada de una mayor prevalencia de otras enfermedades, como la diabetes tipo 2, la hipertensión arterial o las alteraciones de los lípidos en la sangre. Problemas más propios de la edad adulta que se empiezan a observar en menores de edad.
Descubre: 8 enfermedades relacionadas con la obesidad infantil
Las causas más comunes de obesidad infantil
En términos genéricos, se acepta que el problema aparece como un desequilibrio energético entre las calorías que se consumen y las que se gastan. En las últimas décadas, se han dado una serie de cambios en el estilo de vida y el tipo de alimentación que han desembocado en un saldo positivo a favor de las ingeridas.
Al abordar la cuestión, tenemos que pensarlo como un problema multifactorial y con distintas procedencias. El conocimiento actual establece que las causas más comunes de la obesidad infantil tienen su origen en factores genéticos, conductuales y ambientales.
La influencia de la genética
Los factores relacionados con los genes son unos de los más estudiados en relación a la obesidad pediátrica. No en vano, algunas investigaciones muestran que el IMC o índice de masa corporal (un indicador que sirve para diferenciar el peso normal del sobrepeso y la obesidad) es por herencia entre un 25 y un 40%.
Sin embargo, esta influencia genética tiene que ir acompañada de factores ambientales y comportamentales para que un niño desarrolle la enfermedad. Se calcula que la tasa de obesidad infantil de origen hereditario es del 5 %.
Además, expertos han señalado que todas las variables que afectan la cantidad de grasa del cuerpo, así como la ingesta y gasto energético, también están marcados por factores genéticos. Y no solo esto, sino que se incluye la capacidad de respuesta al tratamiento. Por lo tanto, se puede decir que la genética tiene su importancia, pero no explica por sí sola el incremento tan grande de casos en las últimas décadas.
El papel del estilo de vida
Existen algunos factores relacionados con el comportamiento de los menores que tienen un rol importante en el desarrollo de la obesidad infantil. La mayoría de ellos acaban conduciendo a una situación en la que la energía consumida es mayor a la que se gasta. Dentro de estos aspectos que tienen que ver con el estilo de vida, te comentamos algunos.
1. Ingesta de bebidas energéticas
Las bebidas energéticas y los refrescos son productos que aportan una gran cantidad de calorías sin ningún nutriente. En un análisis de estudios existentes sobre el tema se encontró evidencia suficiente para afirmar que su consumo está relacionado con la prevalencia de obesidad.
Según estadísticas, puede seguir aumentando la obesidad vinculada a los refrescos. Se espera que el consumo aumente en los próximos 5 años alrededor de un 9,5 %.
2. Consumo de alimentos ultraprocesados
Este tipo de comida ya preparada e industrializada, se caracteriza por contener importantes cantidades de grasas saturadas e hidrogenadas, una elevada densidad calórica y un índice glucémico alto. Además, son productos que se presentan en porciones cada vez más grandes.
Todos estos rasgos de los ultraprocesados son factores dietéticos adversos y con una influencia negativa en la obesidad infantil. Existe una asociación entre la ingesta de este tipo de productos y un aumento de la energía total y la ganancia de peso, tanto en niños como en adultos.
3. Ejercicio físico y sedentarismo
Los niños de 8 a 18 años pasan de media unas 7,5 horas usando tecnología diversa (consolas, teléfonos móviles, ordenadores) y no participan en actividades físicas o juegos activos. Esta falta de ejercicio físico y una vida sedentaria contribuyen también a la obesidad.
Los factores ambientales
Este grupo heterogéneo de circunstancias son lo que hoy en día se conoce como ambiente obesogénico. Se puede definir como la suma de influencias que el entorno, las oportunidades o las condiciones de vida tienen sobre la promoción de la obesidad en los individuos o poblaciones.
En una revisión sistemática sobre el tema se han definido tres grandes determinantes ambientales:
- Facilidades para practicar ejercicio físico: como por ejemplo, la existencia de zonas verdes infantiles o clubes deportivos que promuevan el juego activo y los deportes.
- Uso del espacio y el transporte públicos: existencia de vías anchas y seguras para peatones, carriles de bicicletas, accesibilidad al transporte público.
- Disponibilidad de alimentos saludables: aquí entran en juego el precio de venta, la accesibilidad a restaurantes de comida rápida o la publicidad infantil de alimentos insanos.
Las causas más comunes de obesidad infantil son variadas
Si lo que se quiere es poner remedio a esta grave situación que afecta a millones de niños en el mundo, los cambios y las modificaciones en el estilo de vida son los primeros pasos a seguir. Pero si el entorno no deja de favorecer la alimentación poco saludable y la vida sedentaria, no se podrá avanzar hacia una solución definitiva.
No solo hay responsabilidad de los gobiernos para favorecer las políticas públicas al respecto, sino que los adultos tienen una injerencia directa en los menores que están a su alrededor. Es una tarea de padres y cuidadores que se debe desarrollar a largo plazo.
Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.
- Anderson P.M, Butcher K,E. Childhood obesity: trends and potential causes. The future of children. 2006;16(1):19-45
- Basu S, et al. Relationship of soft drink consumption to global overweight, obesity, and diabetes: a cross-national analysis of 75 countries. American Journal of Public Health. Noviembre 2013.103(11):2071-2077.
- Hobbs M, Radley D. Obesogenic environments and obesity: a comment on ‘Are environmental area characteristics at birth associated with overweight and obesity in school-aged children? Findings from the SLOPE (Studying Lifecourse Obesity PrEdictors) population-based cohort in the south of England’. BMC Medicine. Marzo 2020.. 18(59).
- Karnik S, Kanekar A. Childhood obesity: a global public health crisis. International Journal of Preventive Medicine. Enero 2012.3(1):1-7.
- Lake A, Townshend T. Obesogenic environments: exploring the built and food environments. The Journal of Royal Society for the promotion of health. Noviembre 2006.126(6):262-7.
- Leung MM, et al. Intervening to Reduce Sedentary Behaviors and Childhood Obesity among School-Age Youth: A Systematic Review of Randomized Trials. Journal of Obesity. 2012.2012:685430.
- Lipek T, et al. Obesogenic environments: environmental approaches to obesity prevention. Journal of Pediatric Endocrinology and Metabolism.Abril 2015. 28(5-6):
- Jiménez, Emilio González. "Genes y obesidad: una relación de causa-consecuencia." Endocrinología y nutrición 58.9 (2011): 492-496.
- Luger M, et al. Sugar-Sweetened Beverages and Weight Gain in Children and Adults: A Systematic Review from 2013 to 2015 and a Comparison with Previous Studies. Obesity Facts. Diciembre 2017. 10(6):674-693.
- Pandita A, et al. Childhood obesity: prevention is better than cure. Diabetes, Metabolic Syndrome and Obesity. Marzo 2016.9:83-89.
- Pérusse L, Bouchard C. Role of genetic factors in childhood obesity and in susceptibility to dietary variations. Annals of Medicine. Abril 1999.31(1):19-25
- Sahoo K, et al. Childhood obesity: causes and consequences. Journal of Family Medicine and Primary Care. Marzo 2015.4(2):187-192.
- Xu S, Xue Y. Pediatric obesity: Causes, symptoms, prevention and treatment. Experimental and Therapeutic Medicine. Enero 2016. 11(1):15-20.
- Azcona, Cristina, et al. "Obesidad infantil." Revista de Medicina de la Universidad de Navarra (2000): 29-44.
Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.