¿Cómo limpiar la campana extractora de la cocina? Pasos y consejos
La campana extractora, diseñada para eliminar humo y grasa, es imprescindible para mantener tu cocina fresca y libre de contaminantes. Sin embargo, si no se limpia de forma adecuada y constante, se puede convertir en un foco de problemas.
La falta de higiene puede obstruir los filtros, por lo que su función principal pierde eficacia. Además, aumenta el riesgo de olores y grasa en la casa. Por si fuera poco, el exceso de suciedad puede terminar por romper el artefacto y hasta convertirse en riesgo de un incendio.
La buena noticia es que limpiar el extractor de la cocina de forma integral no es un trabajo difícil. Solo necesitas bicarbonato de sodio, vinagre, unos paños y jabón para asear los filtros, el interior y el exterior. A continuación, te presentamos el paso a paso.
1. Reúne los materiales necesarios
Antes de comenzar, asegúrate de tener a mano todos los instrumentos y productos que necesitarás para una limpieza efectiva. Aquí tienes una lista de los elementos imprescindibles:
- Agua caliente: es fundamental para disolver la grasa.
- Guantes: protegen tus manos de posibles irritaciones.
- Desengrasante: es útil cuando la suciedad es difícil de remover.
- Vinagre blanco: es un excelente desengrasante y desinfectante.
- Paño de microfibra y esponja: limpian las superficies sin rayarlas.
- Jabón líquido o detergente: ayuda a eliminar la suciedad acumulada.
- Cepillo de dientes: puede ayudarte a alcanzar los rincones más difíciles.
- Bicarbonato de sodio: es ideal para eliminar manchas difíciles y remover la grasa.
2. Desconecta la campana extractora
La seguridad es lo primero. Por eso, antes de comenzar con el lavado, asegúrate de desconectar el artefacto de la corriente eléctrica. Esto te permitirá trabajar con mayor tranquilidad, sin riesgos.
3. Retira los filtros
La mayoría de los extractores tienen filtros que se pueden quitar y se deben lavar de forma regular. Estos componentes capturan las partículas de grasa y evitan que se acumulen de manera excesiva en el interior. Por eso, para asearlos en profundidad, se sugiere removerlos antes. Sujétalos por debajo y aprieta la traba para extraerlos.
4. Limpia los filtros
Para limpiar los filtros del extractor de cocina existen dos métodos que puedes elegir, ya sea con bicarbonato de sodio y vinagre o con jabón. En caso de que no sean extraíbles, puedes usar estas mismas preparaciones caseras y frotarlas con mucho cuidado.
Método con vinagre y bicarbonato
- Colócate los guantes.
- Haz una mezcla con agua caliente, un chorro de vinagre y 2 cucharadas de bicarbonato de sodio.
- Luego, coloca el filtro en remojo. Cada cierto tiempo, voltéalo para que se vaya desprendiendo la grasa por la otra cara.
- Una vez haya descendido la temperatura del agua, frota con la esponja y el cepillo de dientes de forma suave hasta eliminar la grasa pegada.
- Enjuaga con abundante agua, seca con el paño de microfibra y colócalo al aire libre para que termine de secar.
Método con agua caliente y jabón
- Ponte los guantes.
- Llena un recipiente grande con agua caliente y añade un poco de jabón líquido.
- Luego, sumerge los filtros en la mezcla.
- Déjalos reposar el tiempo necesario hasta que veas que se afloja la grasa.
- Con ayuda de la esponja, frota la superficie con delicadeza. Puedes usar el cepillo de dientes para las zonas difíciles de alcanzar.
- Por último, enjuaga con agua limpia y deja que se sequen al aire libre.
5. Higieniza el interior
Por lo general, los filtros no alcanzan a atrapar toda la suciedad que pasa a través de ellos. Por ese motivo, la zona donde se encuentra el motor del extractor puede juntar grasa que debe retirarse para su correcto funcionamiento. Sigue este paso a paso:
- Enchufa el aparato.
- Después, en una olla, calienta abundante agua junto con media taza de vinagre blanco.
- Mantén el fuego encendido mientras hierve y suelta el vapor.
- Cuando empiece a salir vapor, enciende el extractor, para que pase por su interior y la suciedad ceda.
- Deja que actúe durante 10 a 20 minutos. Puedes colocar papel de cocina sobre la mesada para evitar que la grasa caiga en ella.
- A continuación, apaga el fuego y la campana.
- Desenchufa de nuevo el aparato para evitar accidentes.
- Humedece un paño con desengrasante y limpia las superficies internas sin tocar la zona de los cables.
- Para finalizar, enjuaga y escurre la bayeta. Luego, vuelve a repasar las zonas que has lavado para secarlas.
6. Asea la superficie externa
Para que no queden rastros de grasa, no puedes pasar por alto asear la parte superior de la campana. No importa si es de acero inoxidable o de vidrio. El método que explicaremos, a continuación, es efectivo para ambas:
- En un balde, haz una mezcla con agua tibia, jabón y un poco de bicarbonato.
- Con la ayuda del paño o bayeta, talla el área de la superficie. Ten cuidado de no mojar la zona de los botones.
- Quita los restos con agua tibia limpia.
- Luego, coloca un poco de vinagre en un paño y frótalo por el exterior. Esto hará que quede reluciente.
- Deja que se seque con el aire.
7. Vuelve a colocar los filtros
Una vez que estén secos por completo, colócalos de nuevo en su lugar, siempre y cuando hayas podido extraerlos. Asegúrate de que encajen de forma correcta y verifica que estén seguros para evitar que se caigan o que el vapor ingrese por otro lugar.
8. Conecta la campana
Después de haber limpiado por completo tanto el interior como el exterior y colocar los filtros, vuelve a conectar el extractor a la corriente eléctrica. Enciéndelo y verifica que funcione bien. Si se escuchan ruidos o notas un funcionamiento inadecuado, puedes revisar si los filtros están bien colocados.
¿Cada cuánto tiempo hay que limpiar la campana extractora?
Mantener este electrodoméstico en buen estado requiere un poco de atención y planificación. Se recomienda que, al menos una vez por semana, pases un paño con vinagre por la superficie. De este modo, evitarás que la grasa se acumule y sea más difícil arrancarla después de un tiempo.
Por otro lado, es aconsejable quitar la suciedad de los filtros cada mes o cada dos meses como máximo. Así, garantizarás su durabilidad y eficacia. Mientras tanto, el interior debe revisarse cada seis meses.
Esta frecuencia puede variar según el uso. Si notas que hay un deterioro en el rendimiento o un aumento de los olores, considera realizar una limpieza antes.
Consejos adicionales para el mantenimiento
Más allá de seguir las instrucciones dadas, te recomendamos consultar el manual del usuario de tu campana, ya que puede ofrecerte sugerencias específicas. Además, es necesario seguir algunos consejos:
- Revisión del sistema de ventilación: asegúrate de que la salida del vapor esté en buen estado y libre de obstrucciones.
- Prevención de la grasa: al cocinar, es importante usar tapas en las ollas y cacerolas para minimizar la cantidad de suciedad que llega al extractor.
- Limpieza regular: aunque lleve su tiempo, higienizar periódicamente ayudará a mantener la eficiencia del aparato y a prevenir la acumulación excesiva de grasa.
- Reemplazo de los filtros: algunas campanas de cocina llevan filtros desechables. En ese caso, deben cambiarse de forma periódica para garantizar su efectividad.
- Uso de productos específicos: existen algunos productos de limpieza y desengrasantes que están preparados para este tipo de electrodomésticos. Puedes usarlos en reemplazo de las soluciones caseras.
La limpieza periódica es fundamental
Asear los artefactos de la cocina es un proceso sencillo que puede prolongar su vida útil y mejorar su eficacia. Además, contribuye a un ambiente más saludable y evita posibles incendios.
Si nunca limpiaste la campana extractora antes, es probable que te resulte un poco tedioso. Sin embargo, el tiempo dedicado se traduce en una mejor experiencia al cocinar y puede ahorrarte costos a largo plazo, al evitar reparaciones. Por eso, no subestimes la importancia de cuidar a este valioso aliado de tus comidas.
Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.