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Cómo reconocer las diferencias entre un infarto, un paro cardíaco y un ictus

6 minutos
Mientras que con el infarto y el accidente cerebrovascular no se pierde la conciencia en ningún momento, el paro cardiaco implica una parada respiratoria y una pérdida del conocimiento.
Cómo reconocer las diferencias entre un infarto, un paro cardíaco y un ictus
Última actualización: 06 julio, 2023

Seguramente, has oído todas las palabras presentes en el título muy a menudo. Sin embargo, quizá no tengas claro qué significan. Por este motivo, te invitamos a descubrir las diferencias entre infarto y paro cardíaco, y estas enfermedades y un ictus.

A continuación, te explicaremos con detalle en qué consisten estos problemas de salud. También conocerás los factores de riesgo que influyen en todos ellos. Al fin y al cabo, ¡la información es poder!

¿Qué es un infarto?

En el caso del infarto de miocardio, conocido coloquialmente como ataque al corazón, existe un problema en la arteria coronaria. La Biblioteca Nacional de Medicina de los Estados Unidos explica que el mismo se produce cuando se bloquea el flujo sanguíneo que lleva oxígeno al corazón.

Esta situación suele relacionarse con la presencia de un coágulo, formado frecuentemente por el desprendimiento de una placa de ateroma. El bloqueo de sangre hacia el corazón provoca irregularidades en los latidos (arritmias). También, aparece una dificultad respiratoria y un dolor en el pecho que puede irradiarse a la parte izquieda del cuerpo, entre otros síntomas.

¿Qué es un paro cardíaco?

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La parada cardiorrespiratoria es el desenlace de una afección de salud grave. Debe recibirse atención médica inmediata.

En este caso, según datos de la Enciclopedia Médica mencionada anteriormente, el corazón deja de latir súbitamente. Quien sufre un paro cardíaco, sufre un desmayo y una parada respiratoria.

Por ello, el tratamiento debe ser inmediato ya que si no, conlleva la muerte. Requerirá una resucitación cardiopulmonar inmediata, hasta que sea posible aplicar una desfibrilación. Este tratamiento envía un choque eléctrico para reestablecer el ritmo cardíaco normal.

Quienes ya han sufrido un paro cardíaco pueden colocarse un desfibrilador mediante cirugía. Esto disminuiría el riesgo de muerte en caso de sufrir otra parada.

Descubre: Dieta saludable para el corazón: 7 consejos para tener en cuenta

Diferencias entre infarto y paro cardíaco

Ahora que ha quedado claro a qué enfermedad hace referencia cada nombre, llegó el momento de conocer las principales diferencias entre infarto y paro cardíaco.

En ambos casos, la persona requiere de una atención urgente. Sin embargo, el paro cardíaco reviste mayor gravedad ya que la persona pierde el conocimiento de manera inmediata, no tiene pulso ni respira; es decir que está en riesgo inminente de muerte.

El ataque al corazón, por su parte, debe ser tratado lo antes posible ya que, de no ser así, en pocas horas puede provocar la muerte del órgano afectado. Es interesante destacar que la persona que sufre un infarto no pierde la conciencia en ningún momento y, por el contrario, sufre dolores agudos.

Merece la pena señalar que la mayoría de personas que padecen un paro cardíaco no evidencian síntomas hasta el momento de perder la consciencia. No obstante, en algunos casos pueden sentir mareo, falta de aire, náuseas o vómitos, dolor de pecho y aceleración de los latidos del corazón.

¿Qué es un accidente cerebrovascular?

El accidente cerebrovascular, también conocido como ataque cerebral, derrame cerebral, ictus o infarto cerebral, es una emergencia médica ya que el cerebro puede dejar de oxigenarse y, por ende, perder funciones e, incluso, conducir a la muerte. Hay dos tipos de accidente cerebrovascular:

  • Isquémico: es el más frecuente. Representa el 85% del total de accidentes cerebrovasculares. Es un infarto cerebral causado por un trombo que impide la correcta irrigación del cerebro. Tras unos minutos, algunas partes del cerebro pueden comenzar a morir debido a la falta de oxígeno y nutrientes, como bien se señala en la página web médica MedlinePlus.
  • Hemorrágico: es menos frecuente y la tasa de mortalidad es bastante mayor. El Manual MSD en su artículo Introducción a los accidentes cerebrovasculares hemorrágicos (derrames cerebrales o ictus hemorrágicos) aborda que la hemorragia es causada por la rotura de un vaso sanguíneo debido a la presencia de vasos sanguíneos anormales o débiles, o a una inusual presión sobre los mismos.

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Diferencias entre infarto y paro cardíaco e ictus

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Los ictus se deben a la interrupción súbita del flujo sanguíneo a una zona del cerebro. Es una afección grave que requiere atención rápida.

La principal diferencia entre estas tres enfermedades es que el ictus se produce en el cerebro, mientras que el infarto y el paro cardíaco atacan al corazón.

En el caso del infarto y el ictus isquémico, la mayor similitud se encuentra en la causa: en ambos casos un trombo dificulta o impide el paso de la sangre y al producirse una falta de oxígeno en el órgano, este comienza a morir.

Factores de riesgo relacionados con la dieta

Existen unos factores de riesgo comunes a las tres afecciones que es importante conocer para prevenir las distintas enfermedades vasculares, sobre todo en el caso de tener antecedentes familiares:

  • Hipertensión arterial: es indispensable controlarla regularmente. El médico deberá determinar el tratamiento adecuado según los valores de la presión.
  • Consumo excesivo de grasas perjudiciales: la grasa es un nutriente indispensable para la salud pero debe ser de buena calidad. Se recomienda el consumo habitual de grasas de origen vegetal. Por ejemplo: aceite de oliva, aceite de lino, aceite de coco, aguacate, frutos secos, etc.
  • Colesterol y triglicéridos elevados: las analíticas informan sobre estos niveles que se pueden mejorar con una buena alimentación. El exceso de estas grasas se deposita en las paredes de las arterias y podría forman placas de ateroma. Diferentes estudios sugieren que estas son susceptibles de desprenderse y formar trombos.
  • Diabetes: es uno de los factores de riesgo de ictus isquémico señalado por una investigación publicada en The American Journal of the Medical Sciences.
  • Obesidad: los expertos recomiendan llevar una alimentación saludable para mantener un peso adecuado ya que el sobrepeso multiplicaría el riesgo de sufrir problemas cardiovasculares.

Otros factores de riesgo

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  • Sedentarismo: hoy en día, se sabe que es fundamental realizar ejercicio. Puedes realizar un poco cada día. Por ejemplo, subir y bajar escaleras, caminar o realizar un deporte dos o tres veces a la semana.
  • Tabaquismo: es indispensable reducir este mal hábito, no sólo para proteger la salud coronaria sino también para evitar otros problemas de salud.
  • Estrés: el estrés influye en la salud y está directamente relacionado, por ejemplo, con los niveles de colesterol, según los datos publicados en la Revista Medicine.

Mejor prevenir, que curar

Ahora que ya conoces cuáles son las afecciones cardiovasculares más importantes y cómo diferenciarlas puedes estar atento ante cualquier síntoma sospechoso que pueda asociarse con algunas de las patologías señaladas.

Por supuesto, no hay mejor remedio que una buena prevención. Por lo tanto, visita al médico regularmente, realiza análisis periódicos y lleva una vida saludable basada en buenos hábitos alimenticios y en ejercicio regular.


Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.


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