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Cómo tratar la diástasis abdominal después del parto, según un experto

6 minutos
Tras el nacimiento de un bebé, algunas mujeres notan que en su abdomen hay una separación de los músculos. Esa situación se conoce como diástasis y puede generar problemas de salud. ¿Qué se puede hacer?
Cómo tratar la diástasis abdominal después del parto, según un experto
Leonardo Biolatto

Escrito y verificado por el médico Leonardo Biolatto

Última actualización: 09 octubre, 2024

Hasta 4 de cada 10 mujeres sufren diástasis abdominal a los 6 meses después del parto. Al observarse en un espejo, pueden notar cómo se marca una zona de separación entre los músculos de su abdomen. A veces, la situación se acompaña de dolor y de molestias al realizar ciertas posturas.

Si bien es una condición que tiene tratamiento, no todas las mujeres saben que existen procedimientos para su abordaje médico. Por eso consultamos al doctor César Padilla, especialista en diástasis abdominal, cirujano plástico y reconstructivo.

El experto, que desarrolló su carrera en Colombia, Alemania y España, nos comenta que en esta condición «los músculos rectos del abdomen, que se extienden verticalmente a lo largo de la pared abdominal, se separan». Según su explicación, la separación sucede porque hay una debilidad de la línea alba, ese tejido en el centro de la barriga de las embarazadas que suele verse pigmentado durante la gestación.

Pero la diástasis no es un problema sin solución. Junto al doctor Padilla profundizamos en sus síntomas, complicaciones y abordajes.

¿Por qué es tan común la diástasis abdominal entre las mujeres?

En general, para que aparezca el problema, tiene que haber un estiramiento o una expansión del abdomen. Es lo que sucede con el embarazo o cuando una persona aumenta demasiado de peso.

Las mujeres embarazadas, debido al mismo proceso de gestación, tienen más riesgo. «El útero en expansión empuja hacia afuera los músculos abdominales, lo que provoca su separación», detalla Padilla. Y complementa: «Además, los niveles hormonales de relaxina y progesterona debilitan el tejido conectivo». Esto quiere decir que la línea alba, compuesta de tejido conectivo, pierde su tensión y su elasticidad.

Ahora bien, ¿todas las mujeres tienen el mismo riesgo? Lo cierto es que no. El cirujano plástico nos hace saber que los siguientes grupos son los más expuestos:

  • Mayores de 35 años. Los tejidos son más débiles y más propensos a separarse.
  • Mujeres con embarazos múltiples (gemelos, trillizos). En estos casos, la presión desde dentro del abdomen es mayor.
  • Personas con antecedentes familiares o predisposición genética. Los factores genéticos o hereditarios juegan un papel, aunque no está del todo claro cómo lo hacen.
  • Haber tenido varios hijos. Los músculos abdominales pueden acumular debilitamiento progresivo, por lo que un nuevo embarazo forzará un tejido que ya se encuentra estirado.
  • Embarazadas con un aumento de peso superior al considerado normal para sus semanas de gestación. Si a la expansión del abdomen por el bebé le sumamos kilos extras de la madre, la presión es mayor para los músculos abdominales.

¿Cuáles son las consecuencias?

«Tras el parto, los músculos no siempre vuelven a su posición original», plantea el especialista en cirugía plástica. Por lo tanto, es posible que aparezcan complicaciones de la diástasis abdominal, las cuales empeorarán sin un tratamiento.

Uno de los primeros síntomas, más allá de lo estético, es el dolor. Las mujeres refieren «dolor crónico en la espalda baja —aclara Padilla—, debido a la falta de soporte muscular adecuado». Si persiste el problema, las molestias afectarán la postura y ello contribuirá a la aparición de trastornos en la columna vertebral.

En lo cotidiano, la diástasis abdominal suele volver más difícil las tareas de agacharse o levantar objetos pesados, nos hace saber el experto. Y, si estamos ante un caso severo de separación de los músculos, podrían presentarse hernias que requieran cirugía para su corrección.

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«Si una mujer no trata la diástasis abdominal después del parto, puede experimentar varios problemas de salud a largo plazo», confirma el doctor César Padilla (foto).

¿Cuál es el tratamiento para la diástasis abdominal?

Lo primero es certificar el diagnóstico, según relata el doctor Padilla. Se realiza un examen físico para palpar la separación de los músculos y, «ante situaciones complejas, se solicitarán métodos de imagen, como la ecografía o la tomografía computarizada», postula el especialista.

Una vez confirmada la severidad, es posible planificar un tratamiento adecuado. Las opciones dependen de la gravedad y, de acuerdo con lo que nos comenta el cirujano, hay dos caminos:

  1. Los casos leves pueden abordarse con ejercicios de fortalecimiento del core y fisioterapia. En muchas mujeres, estos planes sin intervención quirúrgica pueden ser suficientes para reducir la separación y mejorar la función muscular.
  2. En casos más graves, con separación significativa y afectación de la calidad de vida de la paciente, se preferirá una cirugía, como la abdominoplastia. Así, se repara la zona separada y se reducen las complicaciones a largo plazo.

El experto nos recuerda que «es recomendable esperar al menos 6 meses después del parto, antes de considerar una intervención quirúrgica». De esta manera, se deja un tiempo prudencial para que los músculos abdominales puedan mejorar de forma natural y, en caso de requerir cirugía, que respondan mejor al proceso de recuperación.

¿Se necesita rehabilitación luego de la operación?

«La rehabilitación es crucial después del tratamiento, ya sea quirúrgico o no quirúrgico», sentencia el doctor Padilla. En general, los planes de recuperación se programan por un mínimo de 6 semanas y es posible que se extiendan por varios meses. Dependerá de la gravedad del problema antes del abordaje y de la técnica elegida para corregirlo.

El experto recomienda fisioterapia especializada en el fortalecimiento del core para restaurar la función muscular y prevenir futuras complicaciones. Los estudios científicos han demostrado que este enfoque mejora la calidad de vida de las pacientes.

También es partidario de indicar ejercicios de bajo impacto a sus pacientes, como el pilates o el yoga. Son disciplinas que tonifican los músculos sin poner una tensión excesiva en ellos.

¿Se puede prevenir la diástasis abdominal por el parto?

La alta frecuencia del problema entre las mujeres revela que no siempre es posible prevenir su aparición. Sin embargo, el doctor César Padilla nos deja algunas recomendaciones a tener en cuenta para minimizar el riesgo:

  • Evitar el levantamiento de objetos pesados.
  • Controlar el aumento de peso durante las semanas de gestación.
  • Aprender posturas, poses y formas de hacer las tareas cotidianas sin cargar demasiada presión sobre el abdomen.
  • Tener una buena condición física antes de la gestación, a través de una vida activa y con un entrenamiento regular.
  • Realizar ejercicios permitidos durante el embarazo, sobre todo, de fortalecimiento del core. Siempre bajo la guía de un profesional de la salud.

Pero, si a pesar de tomar las medidas adecuadas, una mujer sospecha que tiene diástasis abdominal, «lo primero que debe hacer es consultar a un cirujano plástico o un fisioterapeuta especializado en rehabilitación posparto», nos indica el cirujano. Los profesionales realizarán una evaluación física para confirmar el diagnóstico y recomendar el mejor tratamiento.

«Sin dudas —afirma el especialista—, un diagnóstico temprano y un plan de abordaje son fundamentales para evitar complicaciones a largo plazo». La diástasis abdominal no tiene por qué ser una situación sin solución ni una preocupación estética después del parto.


Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.


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  • Thabet, A. A., & Alshehri, M. A. (2019). Efficacy of deep core stability exercise program in postpartum women with diastasis recti abdominis: a randomised controlled trial. Journal of musculoskeletal & neuronal interactions19(1), 62. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC6454249/

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