¿Qué es la conciencia espacial y cómo podemos desarrollarla?
Escrito y verificado por la psicóloga Elena Sanz
Te despiertas por la mañana y sabes que estás acostado en tu cama. Te levantas y caminas por el pasillo, esquivando sin problemas el radiador de la pared derecha. Una escena sencilla y cotidiana como la anterior no sería posible si no contases con conciencia espacial.
Pero sigamos. Tras desayunar te vistes, escoges una mochila de tamaño pequeño en la que caben tus pertenencias y sales de casa. Pones rumbo a la panadería, cruzas la calle, giras a la izquierda y entras en el establecimiento. No todas las personas poseen una percepción espacial igualmente desarrollada.
Seguro conoces a alguien que es bueno con el dibujo técnico o que tiene un talento particular para colocar las maletas en el coche antes de un viaje. Sin embargo, a menos que exista una lesión o una enfermedad, todos disponemos de la suficiente capacidad para desenvolvernos en el medio que nos rodea.
¿Qué es la conciencia o percepción espacial?
La conciencia espacial es una habilidad cognitiva compleja que nos permite ser conscientes de nosotros mismos y de la posición relativa de los objetos en el espacio. Por tanto, tiene que ver con la forma en que percibimos, identificamos y procesamos la información del entorno.
A través de los datos que recibimos de los sentidos (en especial la vista), creamos una representación mental del ambiente que nos permite navegar por él. Entran en juego conceptos variados:
- Localización: cuál es la ubicación de los objetos.
- Distancia: cuál es su posición en relación a mi.
- Propiocepción: dónde estoy yo y cómo debo proceder para moverme por el entorno.
¿Por qué es importante desarrollar la percepción espacial?
La conciencia espacial es fundamental en la vida diaria, ya que nos permite relacionarnos e interactuar con otros objetos y personas del ambiente y llevar a cabo las actividades más básicas y necesarias.
Entre otras funciones, gracias a la percepción espacial podemos hacer lo siguiente:
- Identificar el tamaño y la forma de un objeto, verlo en tres dimensiones y reconocerlo desde diferentes ángulos. Sabemos su posición en el espacio, reconocemos si está estático o en movimiento y a cuánta distancia se encuentra.
- Leer y escribir, comprender la estructura y la gramática de los textos.
- Utilizar conceptos matemáticos y realizar operaciones numéricas.
- Mantener una distancia social adecuada al relacionarnos con otras personas.
- Tener conciencia del cuerpo y de cómo utilizarlo para movernos por el entorno.
- Diferenciar la izquierda y la derecha, seguir una ruta, practicar deportes, vestirnos, conducir.
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¿Cómo se desarrolla la conciencia espacial?
Esta conciencia espacial es una habilidad innata, pero que ha de desarrollarse a lo largo del crecimiento. Está relacionada con el hemisferio cerebral derecho y comienza a manifestarse a una edad muy temprana.
A medida que el bebé interactúa con su entorno comienza a construir y comprender conceptos básicos, como la forma, el tamaño, la profundidad o la localización. Así, su conciencia espacial se fortalece y desarrolla distintos sistemas:
- La adquisición del esquema corporal es fundamental. El niño comienza a ser consciente de sí mismo, de su cuerpo y de las partes que lo componen. El sentido propioceptivo le permite recibir información a través de receptores en la piel, los músculos y las articulaciones. Por ejemplo, al abrigarlo con una manta, darle un masaje o cuando trata de alcanzar y manipular sus juguetes.
- El sistema vestibular le aporta información sobre su posición (si está sentado o tumbado), así como si se encuentra en movimiento o desplazándose y a qué velocidad.
- Una vez que el niño conoce su cuerpo y las distintas posiciones y funciones del mismo, comienza a relacionarlo con su medio externo a través de los sentidos. Recibe información sobre los objetos y las personas a su alrededor. Ayudándose de la memoria comienza a planear sus movimientos por el entorno.
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Ejemplos de percepción espacial
Para comprender mejor la importancia de la percepción espacial te mostramos algunos ejemplos cotidianos en los que se pone de manifiesto su relevancia:
- Cuando visitas una nueva ciudad y quieres conocer los principales monumentos, la percepción espacial te permite interpretar el mapa para llegar al destino.
- Si deseas colocar una bolsa de viaje en el compartimento del avión y este está casi lleno, la conciencia espacial te ayuda a identificar la mejor posición para que quepa.
- También te permite calcular los ángulos y el espacio a la hora de aparcar o encontrar un objeto dentro de casa siguiendo instrucciones como “está dentro de una bolsa, debajo de la mesa, a la derecha del sofá”.
La conciencia espacial se puede desarrollar
Pese a que la conciencia espacial sea una habilidad innata, existen diferentes formas de potenciarla. Por ejemplo, armar rompecabezas, jugar al ajedrez o practicar videojuegos como el Tetris o Minecraft.
Del mismo modo, realizar un recorrido mental por las estancias de tu casa o practicar a dibujar varios objetos desde distintas perspectivas puede ser útil. Como cualquier otra capacidad, cuanto más la practiques, más mejorará.
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