Confucianismo: ¿qué nos enseña la filosofía de Confucio?
El confucianismo, también llamado ruismo (escuela de eruditos) o confucionismo, es una doctrina filosófica y religiosa que pone énfasis en el desarrollo de virtudes individuales para alcanzar una sociedad y un gobierno estables. Fue promovida por el pensador Confucio en el siglo V a. C.
Su propósito era transformar y recuperar la sociedad, a través de las enseñanzas de los antiguos preceptos y el respeto por las jerarquías sociales. Veamos en qué consiste la corriente.
¿Quién fue Confucio?
El verdadero nombre de Confucio era Kong Kio. Nació en el Estado chino de Lu, en el año 551 a. C., en el seno de una familia noble.
A mediana edad desempeñó algunos cargos importantes. Entre ellos, ministro de justicia del Estado federal de Lu, donde predicó los preceptos que consideraba necesarios para lograr un gobierno estable y fue famoso por aplicar reformas en el ámbito de la justicia.
Al dejar el cargo, peregrinó por el país en busca de autoridades sensibles a sus enseñanzas. De regreso a su tierra, fundó una escuela privada para formar consejeros reales, donde se dice que tuvo unos 3000 discípulos de todos los estratos sociales.
Desde entonces, fue llamado Kong-fuzi, que significa “maestro Kong”. Cabe destacar que el nombre Confucio será la versión latinizada que nos llega a la actualidad.
Tras su muerte en el 479 a. C., sus seguidores difundieron sus enseñanzas en libros como Las analectas y lo enaltecieron como sabio. Su doctrina se expandió en China durante dos milenios y su sistema de valores quedó ligado al sistema político del imperio hasta el 1911.
Origen del confucianismo
El confucionismo recoge creencias y prácticas religiosas que se remontan al siglo XVIII a. C. Sin embargo, hacia el siglo VI a. C., el pensador Confucio, preocupado por la crisis en la que se encontraba China, retomó las enseñanzas de los antiguos sabios como código para la vida moral, religiosa, social y política.
Es por ello que Confucio no se consideraba a sí mismo como fundador, sino como un predicador del mensaje que había recibido de sus antepasados. Para él, el restablecimiento de los antiguos preceptos y el respeto por las jerarquías sociales eran indispensables para que China recuperara la armonía que había perdido durante los Reinos Combatientes.
Al poco tiempo de iniciado su trabajo, Confucio sumó numerosos seguidores y sistematizó lo que más tarde se conocería con el nombre de confucianismo. Sin embargo, la divulgación de este conocimiento tuvo sus resistencias. De hecho, fue perseguido en tiempos del primer imperio y rebatido por la escuela taoísta.
Posteriormente, al ascender la dinastía Han en el siglo III a. C., el confucianismo fue reivindicado y reconocido como religión oficial del Estado. Desde entonces, ha ocupado un lugar relevante en la configuración del modo de vida y del sistema valores tradicionales chino.
Características del confucianismo
El confucianismo no es una religión como el cristianismo o el islam, ya que no se compone de dogmas, sino de pautas de comportamientos para lograr el gobierno perfecto y la armonía social. Es por ello que suele considerarse una filosofía política y una forma de vida.
Jerarquía social para alcanzar la armonía
El confucianismo cree en un cosmos armónico, cuyo orden se encuentra dictaminado por el Cielo (tian), un poder superior que ordenó al universo de manera jerárquica y lo dividió entre aquellos con fuerza de yin (los nobles) y aquellos con fuerza de yang (los viles). En la cúspide de esta jerarquía se encuentra el emperador, el «hijo del Cielo», quien media con los hombres para hacer cumplir la voluntad celestial.
El siguiente nivel lo representa el padre de familia, que es el yin respecto a su mujer e hijos. Por tanto, el hijo debe respeto y obediencia a sus padres, y la mujer a su marido. De allí a que sea considerada una religión patriarcal.
Para esta corriente, los seres humanos, como parte del cosmos, deben respetar el orden dispuesto. Cualquier intento por alterarlo podría producir graves perturbaciones.
La perfección moral
Asimismo, la sociedad debe estar organizada en función de una jerarquía social-moral. En consecuencia, los cargos de mayor responsabilidad, como el de un gobernador, deberían estar ocupados por personas con un mayor grado de perfección moral.
No obstante, el grado de perfección moral no se encuentra vinculado al origen de una persona, sino al nivel de internalización y desarrollo que ella haya logrado en los 5 principios confucianos: ren (humanidad), yi (rectitud), li (ritual), zhi (sabiduría) y xin (honestidad).
Los 5 principios del confucianismo
Para el confucianismo, solo aquellas personas que posean y practiquen estos principios podrán convertirse en junzi, es decir, en «personas respetables» u «hombres superiores»:
- Ren: alienta a desarrollar el amor al prójimo y que, en consecuencia, se actúe con altruismo y empatía.
- Yi: impulsa a las personas a hacer lo correcto y justo en todo momento.
- Li: predica el buen comportamiento y los buenos modales.
- Zhi: incentiva a las personas a ampliar sus conocimientos. Solo aquellos con conocimiento y buen juicio serían capaces de actuar con rectitud y sabiduría.
- Xin: incentiva a las personas a actuar sin engaños.
El confucianismo en el presente
El confucianismo es una doctrina que se encuentra muy presente en la sociedad china. De hecho, se estima que el 42 % de esta población practica la religión tradicional del país, la cual es una mezcla de confucianismo, budismo y taoísmo.
Además, las virtudes que predicaba el maestro Kong siguen presentes en la sociedad china. Por ejemplo, la piedad filial y el respeto a los ancestros mantienen su importancia.
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