¿Cómo congelar la albahaca y conservarla todo el año?
La albahaca es un hierba fresca y aromática que se utiliza en la cocina para darle un sabor muy especial y característico a las comidas. Al ser una planta que mantiene su esplendor en los meses de más calor, al bajar la temperatura su aspecto cambia. Se suele secar, se marchita y se hace muy difícil conseguir hojas frescas. Sin embargo, al congelar la albahaca podemos disfrutarla todo el año.
Ya sea que tengamos una planta en nuestro jardín o terraza o la compremos fresca en el supermercado, es posible que la conservemos fresca e intacta por mucho tiempo. Con los consejos que a continuación compartiremos contigo será posible disfrutar de la sensación que genera en las comidas.
Alternativas para congelar albahaca y conservarla por largos periodos de tiempo
Existen diferentes opciones para poder congelar la albahaca y conservarla en perfecto estado por mucho tiempo. Lo que sí tendremos en cuenta es que en todos los casos solo trabajaremos con las hojas y desecharemos los tallos.
Otro detalle importante es que la albahaca tiene un gran contenido de agua. Es por esto que, si cortamos las hojas y no las usamos en el momento, se vuelven negras y pierden su sabor. Asimismo, no se recomienda disecarla porque es una hierba muy delicada y perdería su aroma.
En frío de congelación puede durar hasta 10 meses, así que aquí tienes algunas formas de congelar la albahaca y conservar indemnes todas sus características.
Congelar las hojas enteras
Para congelar las hojas enteras vamos a realizar el siguiente procedimiento:
- Separar las hojas del tallo.
- Lavarlas con mucho cuidado. Para ello hay que sumergirlas en un recipiente con agua fría, ya que son muy delicadas y el chorro de agua podría dañar la estructura de sus hojas.
- Secarlas con un papel de cocina.
- Colocarlas en una bolsa hermética para congelador.
De esta manera podemos conservarla por al menos 10 meses, según un estudio presentado en la Revista cubana de farmacia. Es probable que algunas de las hojas se quiebren o se encojan, pues no quedarán como las frescas cuando las descongelemos. Sin embargo, esto no sería un problema si las vamos a triturar para agregar a las comidas.
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Congelarla en cubitos de hielo
Esta es una manera práctica de congelar la albahaca. Solo necesitaremos una cubetera de las que usamos para hacer cubitos de hielo y aceite. Una vez que hayamos lavado bien las hojas, colocamos 5 o 6 en cada espacio y le agregamos el aceite. De esta forma tendremos un perfumado de forma natural con albahaca.
Con aceite de oliva y sal
Conservar la albahaca con aceite de oliva es una de las formas que más usos le daremos. Una vez que hayamos lavado y secado las hojas como indicamos en la opción anterior, debemos seguir estos pasos:
- Colocar las hojas en una trituradora y agregar aceite de oliva, más o menos dos cucharadas por cada puñado generoso de hojas.
- Triturar hasta que quede una pasta homogénea.
- Repartir la mezcla en los compartimentos de una cubetera y congelar.
En cuanto a la sal, el procedimiento es muy sencillo y vamos a necesitar hojas de albahaca, sal, aceite de oliva y un frasco de vidrio. Dentro del recipiente vamos a intercalar un colchón de hojas con una capa de sal hasta llenarlo. Luego cubrimos todo con aceite de oliva y tapamos el envase. Podremos conservar esta preparación por un periodo de dos meses.
Preparar pesto y congelarlo
Esta opción es una de las favoritas porque, al tener el pesto congelado, te ahorrarás mucho tiempo en la preparación de unos buenos tallarines. Necesitaremos hojas de albahaca, aceite de oliva y sal para elaborar un peso básico. Tenemos que moler las hojas y agregarles el aceite y la sal. Para congelarlos podemos colocar la pasta en una cubetera.
Si prefieres un pesto un poco más elegante te proponemos esta receta:
- 1 taza de hojas de albahaca.
- 60 ml de aceite de oliva.
- ¼ de taza de nueces.
- 1 cucharada de zumo de limón.
- ½ cucharada de parmesano o algún queso similar.
- 1 diente de ajo y sal a gusto.
Procesar todos los ingredientes, colocar en recipientes aptos para congelador, verter un poco de aceite de oliva y congelar. Te durará un año.
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Consejos para conservar la albahaca fresca
Si no quieres congelar la albahaca, pero sí quisieras que te dure un poco más en su estado natural, tienes que colocarla en un sitio al resguardo de la luz natural. En un florero y al oscuro te puede durar en buenas condiciones hasta dos semanas.
Otra de las alternativas sería congelarla, pero conservando las hojas sanas. Para esto tienes que colocar las hojas ya limpias y secas en una bandeja en el congelador. Una vez que se hayan solidificado, las puedes guardar en recipientes herméticos. De esta forma, las hojas se conservarán en mejor estado que si las congelaras como te indicamos al comienzo del artículo.
Finalmente, siempre está la opción de disecar las hierbas frescas como la albahaca. Para ello, luego de haber lavado y secado las hojas tienes que colocarlas al aire libre, pero no al sol, para evitar la proliferación de insectos y la pérdida de sabor.
Sabrás que están secas cuando hayan quedado crujientes y se desmenucen con facilidad. Muchos recomiendan no hacer esto con la albahaca porque es una hierba muy sensible, por lo que lo dejamos a tu criterio.
Congelar la albahaca: recomendaciones finales
Ya hemos visto que es posible conservar la albahaca por mucho tiempo manteniendo la mayoría de sus características organolépticas. Solo nos resta agregar que, al momento de usarla, debes molerla en el instante de incorporarla a la comida. Si la picas con antelación se pondrá negra y se marchitará.
La albahaca fresca se usa para mejorar el sabor de bebidas, infusiones, vinagres y aceites. Todas estas preparaciones deben ser conservadas en el refrigerador y consumidas dentro de los cuatro días de haber sido elaboradas. Esto es necesario para evitar la proliferación de algunas bacterias.
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