10 consejos para aprender a decir «no» sin sentir culpa
A muchas personas les resulta casi imposible decir “no” a las peticiones de los demás sin sentir culpa. En consecuencia, terminan cediendo con un “sí”. Las razones más comunes de esta problemática suelen ser el no querer parecer groseros o descorteses, el miedo al conflicto o al rechazo y la fuerte necesidad de ayudar.
No obstante, esta forma de operar termina siendo perjudicial para la salud. Por lo tanto, en pro de nuestro bienestar, es vital que aprendamos a responder con una negativa sin morir en el intento.
Saber decir “no” sin sentirnos culpables es una de las habilidades que comprenden el comportamiento asertivo. Este consiste en la capacidad de expresar nuestras creencias, emociones y deseos de forma amable, directa y sin irrespetar los derechos de los demás. A continuación te enseñaremos algunos consejos que ayudarán a negarte con asertividad.
¿Por qué es importante aprender a decir “no” sin sentir culpa?
Decir constantemente que sí por miedo u obligación terminará provocando incomodidad, ansiedad, estrés y frustración. Además, implica colocar las necesidades de los demás por encima de las nuestras, lo que encubre una baja autoestima. De manera que perpetuar el comportamiento no ayudará a fortalecerla.
Decir “no” cuando realmente no puedes o porque no quieres te traerá los siguientes beneficios:
- Más tiempo para dedicarte a las actividades que sí te importan y que te acercan a tus metas.
- Probar cosas nuevas y descubrir otros intereses.
- Evita el estrés que provoca el compromiso en exceso.
- Priorizar tus cosas, lo que contribuirá a fortalecer tu seguridad y autoestima.
- Te mostrarás más fuerte y decidido. Esta imagen evitará que los demás se aprovechen de ti, asignándote tareas que pueden llevar a cabo ellos mismos.
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Consejos para aprender a decir “no” sin sentirnos culpables
Decir “no” sin sentir culpa es cuestión de aprendizaje. A continuación te mostramos cómo lograrlo.
1. Reconoce que tienes derecho a decir “no”
Este es un paso esencial para liberarnos de la culpa. Empieza a aceptar que todos los seres humanos tenemos derechos y uno de ellos es poder decir “no”. Por lo tanto, esto no implica ser egoísta, mala persona o irresponsable.
2. Es imposible agradarle a todo el mundo
Por su parte, reconoce que es imposible agradarle todos. Los desacuerdos y conflictos entre las personas son inevitables y no está mal que así sea.
Al contrario, eso significa que cada uno es un ser único y diferente. Así que evita agradarle a los demás cediendo a sus demandas. El único perjudicado serás tú mismo.
3. Acepta la ansiedad como parte del proceso
Al comienzo, es normal que sientas ansiedad o malestar por decir “no”. Por lo tanto, no caigas en el error de responder que sí para evitar sentirte incómodo. En su lugar, acepta que es parte del proceso y piensa que, a medida lo vayas poniendo en práctica, el displacer disminuirá.
4. Reconoce que no puedes con todo
Ser incapaz de decir que no implica vivir la vida propia en segundo plano. Es decir, dedicar gran parte del tiempo satisfaciendo las demandas de los demás. Por lo tanto, lo ideal es establecer prioridades.
Asimismo, sé consciente de que el apoyo que quieres dar debe ser una decisión propia, libre y sin peso. Es posible ser solidario y cooperador sin tener que decirle que sí a todo el mundo.
5. Atención a cómo te sientes cuando te piden un favor
Cuando alguien te pida un favor es fundamental que chequees cómo te sientes. Si te estresas, te desanimas o te cansa de antemano.
Por lo general, uno sabe reconocer si está dispuesto a ayudar o no. Si sientes que no hay ninguna dificultad y estás encantado de, entonces no hay problema con que digas “sí”.
En caso contrario, si realmente no puedes o no deseas apoyar, lo idóneo es que seas firme y te niegues. Recuerda que te estás evitando una molestia mayor.
6. Si no estás seguro, piénsalo
No es tu obligación dar con una respuesta inmediata. Si no estás seguro de poder ayudar, entonces es válido que te tomes un tiempo para pensarlo.
Comprometerte para luego darte cuenta que no tienes suficiente tiempo causará un mayor malestar. En estos casos, puedes decir que responderás cuando estés seguro de que puedes colaborar.
7. Evita las ambigüedades
Procura dar respuestas simples, directas y sin la posibilidad de un posible “sí” en el futuro. Si ya es difícil decir que no, imagínate tener que decirlo varias veces.
Por su parte, evita las excusas o demasiadas explicaciones. Mientras más argumentos des, más oportunidad tendrán los demás para rebatir y hacerte creer que sus motivos son más importantes que los tuyos. Ten en cuenta que no tienes por qué justificar tu postura más de lo necesario.
8. Haz una lista de situaciones en las que no logras decir “no”
En orden de dificultad, haz una lista de circunstancias en las que te cueste decir que no. Luego reflexiona sobre cada una y cuestiónate por qué has cedido, con quién ocurre, cómo te sientes, cómo te gustaría haber respondido.
Esto te ayudará a comprender mejor el asunto y a responder de una forma más adecuada en futuras ocasiones.
9. Lenguaje corporal firme
No solo basta con mostrarse firme con las palabras, sino también con el lenguaje no verbal. Algunos consejos para lograrlo son mirar a los ojos a la persona, evitar cruzarte de brazos, no jugar con accesorios (relojes o collares, por ejemplo) y mantener las extremidades firmes.
10. Practica posibles respuestas
Para que no te tomen por sorpresa, puedes recrear situaciones incómodas en las que te piden un favor y tratar de emular tus respuestas en voz alta y frente al espejo. Presta atención al tono de voz, a las palabras usadas, a tus gestos.
Modifica lo que creas pertinente. Se trata de que te convenzas a ti mismo. Algunos tipos de respuestas que puedes practicar frente al espejo son las siguientes:
- Empáticas: contestando como te gustaría que te lo dijeran a ti.
- Justificativas: porque ahora no puedes colaborar.
- Positivas: te encantaría hacerlo, pero te resulta imposible.
- Para otra ocasión: lo sientes mucho, pero ahora no es buen momento.
Saber decir “no” sin sentir culpa implica bienestar
No olvides que decir “no” sin sentir culpa es una forma efectiva de fortalecer la confianza y la autoestima. Asimismo, ten en cuenta que eres una persona libre, con derecho a elegir qué quieres hacer y qué no.
Ponerte a ti como una prioridad no significa que seas mala persona o que te vayan a rechazar. Al contrario, te convierte en alguien con criterio y personalidad. Comienza desde hoy a ponerlo en práctica y compruébalo por ti mismo.
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