Según un estudio, te podría costar 36 minutos de vida comer un perrito caliente
Revisado y aprobado por el médico Leonardo Biolatto
Un estudio científico reciente determinó que comer un perrito caliente puede quitar hasta 36 minutos de vida saludable. El trabajo, elaborado por investigadores de la Universidad de Michigan (Estados Unidos), clasificó 5853 alimentos según las propiedades nutritivas y el impacto medioambiental que generan.
Esta fue una de las cuestiones centrales que motivaron la investigación de Katerina Stylianou, Victor Fulgoni y Olivier Jolliet. La búsqueda de una mejor alimentación, que además tenga en cuenta las consecuencias sobre el planeta, es un campo que genera confusión. Para eso se basaron en diferentes índices que dan como resultado una lista con ambos factores combinados.
De esta manera, un perrito caliente se encuentra entre los menos recomendados, debido a su composición a base de carne procesada de ternera. Por el contrario, un sándwich de mantequilla de maní y mermelada puede ganar hasta 33 minutos de vida saludable.
¿Cómo se elaboró y qué indica el estudio?
“La urgencia de los cambios en la dieta para mejorar la salud humana y el medio ambiente es clara”, sostuvo Olivier Jolliet, profesor de ciencias de la salud ambiental y uno de los autores de la investigación, publicada en la revista Nature Food. Según declaró, los hallazgos del trabajo demuestran que pequeñas sustituciones en la dieta diaria son una estrategia poderosa para cuidar la salud, sin la necesidad de cambios drásticos.
La motivación de los científicos fue colaborar con una estadística concreta y esclarecedora para la modificación de los hábitos alimenticios, en función de una mejora medioambiental. Si bien existen varios trabajos que abordan estas temáticas, en general se analiza el aspecto nutricional y el ambiental por separado, lo que confunde a los consumidores.
Para la parte nutricional, utilizaron el índice de salud nutricional (HENI). Este mecanismo establece una base de datos para medir el impacto en la salud de cada alimento, calculado en minutos. Tiene en cuenta la combinación de 15 factores de riesgo, según las estadísticas de la carga mundial de enfermedad (GBD), y la cantidad en gramos que contiene cada ración de comida.
Por ejemplo, un ala de pollo está compuesta por sodio y otros tres componentes que afectan la salud. Un cálculo basado en el peso del alimento, los gramos de ingredientes dañinos y los beneficiosos (pasados a una unidad de minutos de vida saludable), da como resultado la puntuación del HENI. La estadística está presentada mediante la técnica semáforo, es decir, en rojo los alimentos menos recomendables y en verde los más recomendables.
Carnes abajo, frutos secos arriba
Los resultados del estudio determinaron que sustituir el 10 % de la ingesta de calorías provenientes de carnes procesadas y de res puede aumentar hasta 48 minutos de vida saludable diaria. En una evaluación general, se indicó que el reemplazo debe ser a base de frutas, verduras, nueces, legumbres y determinados mariscos.
Estos alimentos componen la parte más recomendable del semáforo, mientras que las carnes rojas integran la menos aconsejable. Claro que la estadística tiene en cuenta, además, el impacto ambiental de la producción vacuna y la emisión de gases de invernadero.
Alimentos que agregan minutos de vida saludable
En el extremo verde de la estadística se encuentran las sardinas con salsa a base de tomate, que indicaron 82 minutos ganados. Por lo que son muy recomendables para incluir en la dieta, al igual que los siguientes productos:
- Frutas.
- Mantequilla de maní.
- Nueces.
- Legumbres.
- Cereales integrales.
- Verduras orgánicas.
- Mariscos de origen sostenible.
Alimentos que quitan minutos de vida saludable
Del otro lado del semáforo está la carne en conserva con salsa de tomate y cebolla, la que arrojó como resultado 71 minutos de vida saludable perdida. El perrito caliente está entre los menos recomendables, con 36 minutos en negativo.
En amarillo
Las comidas de esta parte de la estadística tienen un equilibrio entre factores de riesgo y componentes nutricionales, por lo que están en un empate en cuanto a minutos de vida saludables. Los autores del estudio recomiendan su uso para reemplazar a las carnes procesadas.
Serían las aves de corral, los lácteos y los cereales cocidos (por ejemplo, el arroz). También se consideran las verduras producidas en invernadero.
Emergencia ambiental
Las alertas rojas en cuanto al medioambiente y el cambio climático suenan cada vez más fuerte en todo el planeta. Por este motivo, los investigadores decidieron incluir en la estructura de la estadística el impacto ambiental que tiene cada alimento. Se basaron en datos de IMPACT World+, un método que evalúa las formas de producción, procesamiento, fabricación, consumo y desperdicio.
Con base en ello, desarrollaron un puntaje con 18 indicadores ambientales. Además, tuvieron en cuenta el uso del agua y los daños al organismo por formación de partículas finas. El impacto en el medioambiente afecta la salud tanto como una dieta individual.
Siguiendo con la comparación anterior, la sustitución de carne de res o procesada por frutas, nueces, legumbres o verduras puede reducir hasta un 33 % la huella de carbono individual. Esto significa que, además de quitar minutos de vida saludable, el consumo de un perrito caliente es negativo para el medioambiente.
Los autores del estudio sugieren que puede servir como base para la elaboración de planes dietéticos gubernamentales que colaboren tanto en el aspecto ambiental como en la salud general. Por ejemplo, el etiquetado en el envase o la generación de campañas educativas e informativas son vías para lograr este objetivo.
Medidas propias
Más allá de los cambios estructurales que puedan llevar a cabo las autoridades, el estudio ofrece acciones individuales claras que no requieren modificaciones drásticas. Por ejemplo, la disminución en el consumo cotidiano de carnes procesadas, de res, de cerdo y de cordero.
Es recomendable el incremento de la cantidad de alimentos que benefician tanto al medioambiente como a la nutrición individual. Por ejemplo, las verduras orgánicas, las legumbres, las nueces y las frutas. Existen recetas cada vez más variadas que utilizan estos ingredientes.
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- El estudio: Stylianou KS, Fulgoni VL, Jolliet O. Small targeted dietary changes can yield substantial gains for human health and the environment. Nature Food. 2021;2(8):616–27. https://www.nature.com/articles/s43016-021-00343-4
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