Crujido en las articulaciones: ¿cuándo ver a un médico?
Revisado y aprobado por la enfermera Leidy Mora Molina
El crujido de las articulaciones suele ser un síntoma común en las personas de mediana edad que aumenta en intensidad a medida que envejecen. El mismo puede presentarse como un sonido de tono bajo en una o varias articulaciones, siendo más frecuente a nivel de las rodillas.
Algunas personas suelen describir el crujido de las articulaciones como un chasqueo, rechinamiento o estallido. Los médicos emplean el término crepitación para referirse al ruido que genera una articulación al moverse. Este síntoma suele ser inofensivo e indica la presencia de pequeñas burbujas de aire en el tejido.
Por otro lado, la crepitación también puede ser indicativa de que algo no va bien en una articulación. En este sentido, se debe buscar atención médica lo antes posible si el crujido aparece posterior a un traumatismo o si se acompaña de otros síntomas.
¿Por qué crujen las articulaciones?
Los crujidos de las articulaciones pueden aparecer a cualquier edad como un evento benigno o como indicio de un trastorno osteoarticular. Por lo general, este sonido se debe a la ruptura de burbujas de nitrógeno contenidas en la cavidad articular. Estudios afirman que los movimientos vigorosos que generan el colapso del gas articular son responsables del crujido de los nudillos, por ejemplo.
De igual forma, la crepitación articular se origina cuando dos superficies óseas frotan entre sí. Esto genera un sonido que puede imitar el roce de dos cueros en casos leves o el roce de dos piedras en las formas graves. La degeneración del cartílago y el daño en los elementos de amortiguación articular pueden ser responsables.
¿Cuándo no es normal el crujido en las articulaciones?
En la mayoría de los casos, los ruidos articulares por sí solos no son motivo de alarma médica. No obstante, el crujido de las articulaciones que se hace repetitivo en el tiempo y aumenta en tono podría hacer sospechar la presencia de alguna alteración osteoarticular.
Dolor
El dolor es la principal forma de presentación de las patologías osteomusculares y reumatológicas. Puede aparecer en grandes o pequeñas articulaciones y variar según la gravedad del cuadro clínico.
Estudios sugieren que el dolor articular es resultado del daño a los tejidos blandos, el aumento de la presión intraósea, la inflamación sinovial y la comprensión de los nervios adyacentes. Este síntoma puede aparecer en reposo o mientras se realiza algún esfuerzo físico, pudiendo asociarse con el crujido de las articulaciones y la limitación funcional.
Tumefacción o hinchazón
El aumento de volumen en las articulaciones suele indicar un proceso inflamatorio de la cápsula articular o de sus elementos contiguos. De igual forma, este síntoma se asocia a derrame articular o proliferación sinovial, así como con edema óseo.
Enrojecimiento
Los procesos inflamatorios e infecciosos que dañan el cartílago, las superficies óseas y los elementos articulares suelen manifestarse con rubor en la piel que cubre el área. Esto es resultado de la vasodilatación compensatoria promovida por el organismo.
Rigidez articular y limitación de movimiento
La percepción de rigidez articular y la limitación del movimiento de una articulación son de gran utilidad en el diagnóstico de afecciones osteoarticulares. La rigidez matutina que perdura por más de 1 hora se asocia con inflamación articular. Por su parte, la amplitud de movimiento puede verse limitada por trastornos mecánicos y degenerativos o por atrofia muscular.
Principales causas del crujido en las articulaciones
Las articulaciones están formadas por huesos, músculos, tendones, ligamentos, líquido sinovial y una cápsula articular. El cartílago es el agente encargado de proteger los extremos óseos y amortiguar el impacto mecánico del movimiento. En este sentido, el crujido de las articulaciones es resultado del daño, la lesión y la inflamación articular.
Osteoartritis
La osteoartritis se origina ante el desgaste progresivo del cartílago articular. Esta es la forma más frecuente de artritis y una de las causas más comunes del crujido de las articulaciones por roce entre las superficies desprotegidas. Algunas investigaciones afirman que la osteoartritis constituye una de las afecciones con mayor prevalencia en las mujeres mayores de 60 años.
Esta patología puede afectar cualquier articulación. No obstante, es común su presentación en las manos, la cadera, las rodillas y la columna.
Artritis reumatoide
La artritis reumatoide es una enfermedad que se caracteriza por la inflamación del revestimiento articular. La misma suele manifestarse con dolor, hinchazón, limitación de movimiento y rigidez matinal. Además, esta forma, así como la artritis psoriásica y la gota, es una de las principales responsables del crujido de las articulaciones.
Tenosinovitis
La tenosinovitis es una afección dolorosa que se produce ante la inflamación de la vaina que recubre los tendones. Suele presentarse a nivel de la mano, la muñeca, los hombros y el talón.
El aumento de volumen, el dolor y la limitación de movimiento son síntomas comunes. En algunas personas se puede evidenciar un crujido o chasquido al mover la extremidad afectada.
Bursitis
La bursitis es la inflamación de las bolsas sinoviales o bursas que actúan como amortiguadores de los movimientos articulares. Se produce ante un traumatismo, una alteración autoinmune, una infección o una lesión por un movimiento repetitivo. El desplazamiento de los elementos articulares sobre la bursa puede originar el ruido.
Desgarro de meniscos
El desgarro de los meniscos es una lesión deportiva frecuente. Por lo general, es resultado de movimientos bruscos de torsión y giro con el pie fijo.
En los casos leves, la lesión se acompaña de dolor y tumefacción que desaparecen luego de 2 a 3 semanas. Por su parte, los pacientes con desgarros graves evidencian chasquidos en las rodillas e inestabilidad.
Síndrome de dolor femororrotuliano (SLP)
El SLP, también llamado rodilla de corredor, se produce por la degeneración del cartílago rotuliano. Esta afección es más frecuente en mujeres que en hombres.
La misma se caracteriza por la presencia de crepitación y dolor en la parte posterior de la rodilla. Por lo general, los síntomas se intensifican al correr, saltar o hacer sentadillas.
Trastornos de la articulación temporomandibular
La mandíbula se une a la cara justo por delante de las orejas, favoreciendo a la apertura y cierre de la boca. Estudios afirman que los trastornos de esta articulación se presentan en más del 7 % de la población. En la mayoría de los casos, las personas afectadas presentan dolor, rigidez articular y percepción de crujidos, clics o chasquidos al masticar.
¿Cuándo ver a un médico?
Por lo general, los ruidos articulares son inofensivos y no van más allá de la ruptura de una pequeña burbuja de aire. Sin embargo, los profesionales de salud recomiendan buscar atención si el crujido de las articulaciones aumenta en frecuencia e intensidad. Por otro lado, la fiebre y el enrojecimiento del área afectada podrían indicar un daño severo o un proceso infeccioso.
El crujido de las articulaciones podría indicar algún trastorno osteoarticular o musculoesquelético subyacente. Por tal motivo, el equipo de salud debe realizar una evaluación física integral en busca de signos clínicos. Además, se podrían indicar las siguientes pruebas:
- Ultrasonido y radiografía.
- Resonancia magnética.
- Tomografía computarizada.
- Detección de anticuerpos para artritis reumatoide.
- Artrocentesis diagnóstica.
El tratamiento de los ruidos articulares dependerá de la causa directa. Se suelen emplear medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINEs) para reducir el dolor y la inflamación. De igual forma, los esteroides intraarticulares y el uso de férulas contribuyen al abordaje de afecciones graves.
En las personas con lesiones severas se requiere la reparación quirúrgica. Por lo general, las mismas se realizan por artroscopia.
Un síntoma que no debe pasar desapercibido
Los crepitantes pueden causar gran malestar en algunas personas e incluso afectar su autoestima. Por tal motivo, se recomienda seguir las siguientes pautas:
- Realizar ejercicio físico de leve a moderada intensidad al menos 30 minutos al día, 3 veces por semana.
- Evitar actividades de alto impacto muscular y articular.
- Poner en práctica técnicas de calentamiento y estiramiento muscular.
- Añadir a la dieta alimentos ricos en calcio y vitamina D.
El crujido de las articulaciones suele ser indoloro e inofensivo. Sin embargo, el mismo podría ser indicativo de que algo no va bien en el sistema osteoarticular.
Por tal motivo, se aconseja que las personas afectadas acudan a consulta médica para verificar el estado de las articulaciones. De igual forma, la persona debe programar una cita lo antes posible si el chasquido se acompaña de dolor e hinchazón.
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