Cuando no te permiten ser tú, cuando te arrancan las alas
Escrito y verificado por el psicólogo Bernardo Peña
Hay personas así, de las que te dicen “tú no puedes, tú no sabes, tú no mereces”. Son perfiles habilidosos en cortarnos las alas y ante los cuales estamos obligados a reaccionar: porque nacimos para volar alto, no para ser cautivos de cárceles ajenas.
Ahora bien, cuando hablamos de la libertad personal, pueden surgir bastantes dudas. ¿Dónde empiezan mis derechos? ¿Dónde termina mi libertad y empieza la tuya?
Libertad es sinónimo de respeto
La respuesta es más sencilla de lo que pensamos. Libertad es sinónimo de respeto y de una palabra que, a su vez, se conjuga con otra igual de hermosa: convivencia.
A pesar de que todos tenemos muy claro lo que significan estos dos términos, en ocasiones, los confundimos o, peor aún, los orientamos según necesidades propias, según egoísmos privados. Si pensamos en ello con detenimiento, nos daremos cuenta de una cosa: en nuestro día a día abundan en exceso los “cercenadores de alas”.
No hablamos solo de esas parejas que vulneran los derechos y la autoestima de sus parejas. También hay familias que cortan las alas de sus hijos y les impiden crecer en madurez y autonomía.
También las empresas y muchas organizaciones limitan el potencial de sus trabajadores al preferirlos dóciles y obedientes, parte de un sistema donde lo atrevido, la creatividad y la innovación son sinónimo de riesgo y no son bien recibidos. Vivimos, sin duda, realidades muy complejas que minan, poco a poco, nuestro crecimiento personal. Te animamos a tener en cuenta estas sencillas cuestiones sobre las que reflexionar.
Estás hecho para volar, tienes alas propias
Todos y cada uno de nosotros tenemos alas propias, aunque no las veamos. Son herramientas personales que estamos obligados a desarrollar para construir nuestra felicidad, nuestros propios caminos de autorrealización. Estas “herramientas” o estructuras psicológicas que dan forma a nuestras alas son las siguientes:
- Dignidad: eres una persona con pleno derecho a luchar por lo que quieres, eres digna de tus sueños y de tus éxitos.
- Libertad: eres libre para construir día a día el futuro que quieres para ti mismo.
- Responsabilidad: si quieres ser feliz, debes invertir en responsabilidad. Tú tienes las riendas de tu vida, nadie más. Toma decisiones con valentía y sé responsable de tus errores y de tus éxitos.
- Valor: hay mucha más fuerza en ti de lo que piensas. Aunque otros te digan aquello de que “tú no puedes o no sabes”, en realidad, sí puedes y sí sabes.
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Si te rompen las alas, repáralas lejos de quien te las hirió
Ya sabemos de qué están hechas nuestras alas, de todas esas dimensiones que actúan como fortalezas interiores y que nos alientan cada día a ser felices. Ahora bien, si en algún momento alguien osa agredir tu dignidad, robarte la libertad o hacerte creer que no tienes valor, huye.
- Pon distancia de la pareja que te arranca las alas para obligarte a residir en sus universos personales, ahí donde dejar de pensar por ti mismo, donde quedan prohibidas las opiniones y el derecho a crecer personalmente.
- Rebélate frente a la familia que te impide ser tú mismo, que te impone creencias, juicios de valor y exigencias que no van contigo.
- Protégete de esos trabajos donde también te cortan las alas, donde no puedes demostrar lo que vales y te convierten en una pieza más de un engranaje que, día a día, te trae infelicidad.
Hay personas que no pueden volar
Aunque no lo creas, hay muchas personas que avanzan por sus senderos personales sin haber desplegado aún sus alas. Estas son las razones por las que no lo han logrado:
- Son perfiles de personalidad sujetos a las expectativas ajenas. Hacen, piensan y valoran la vida según lo que otros quieren o esperan de ellos.
- A su vez, es común que no hayan invertido tiempo y esfuerzos en conocerse, en propiciar ese autocuidado con el cual favorecer la autoestima, el autoconcepto, la asertividad y esa valentía personal para expresar lo que se quiere, lo que uno necesita.
- Por último, y no menos triste, hay personas que en el pasado lucieron unas alas preciosas y espectaculares. Sin embargo, debido a una mala experiencia, a una relación traumática o una pérdida, nunca más han vuelto a desplegarlas.
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Tienes la obligación de cuidar tus alas
Sabemos que el concepto de alas no es más que una metáfora. Sin embargo, nada nos ofrece un ejemplo más claro de lo que simboliza el crecimiento personal.
- Las alas son sinónimo de libertad, y esa palabra es una dimensión que cuidar cada día en nuestra propia persona y en los demás.
- Todos tenemos alas para volar y raíces que nos unen a aquello que amamos.
Estás pues obligado a cuidarlas, a atenderlas a cada instante para sentirte bien, para superarte cada vez más y avanzar, poco a poco, hacia esa calma donde está el auténtico bienestar.
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