Dengue en niños: síntomas, causas y tratamientos

El dengue es una enfermedad transmitida por picaduras de ciertos mosquitos. Te explicamos cómo afecta a los niños, ya que suelen infectarse con frecuencia y padecer las consecuencias.

Revisado y aprobado por el médico Leonardo Biolatto.

Escrito por Leonardo Biolatto

Última actualización: 11 julio, 2023

El dengue en los niños es un problema importante de salud que predomina en zonas de Asia, países del Pacífico y América. La enfermedad, en sí misma, es una patología provocada por cuatro virus similares que se transmiten con la picadura de mosquitos. 

Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en la actualidad hay entre 50 y 100 millones de infecciones cada año. Además, muchas de estas personas requieren ser hospitalizadas y gran parte son infantes.

Por desgracia, esta enfermedad puede provocar incluso la muerte. Por ello, en este artículo te explicamos lo que debes saber sobre el dengue en niños y cómo se puede tratar.

¿Cómo afecta el dengue a los niños?

Tal y como acabamos de señalar, esta enfermedad se produce por la picadura de unos mosquitos que son portadores del virus. Los mosquitos son de la especie Aedes aegypti. Es importante señalar que puede estar provocado por cuatro tipos diferentes de agentes patógenos.

Esto hace que, cuando una persona se contagia de uno de ellos y supera la infección, cree inmunidad frente a esa variedad. Sin embargo, si vuelve a ser picado por un mosquito y, en este caso, es otro tipo, vuelve a sufrirla. Además, debemos destacar que la enfermedad no se contagia de persona a persona.

Lo cierto es que el dengue se ha considerado durante mucho tiempo una infección que afectaba de manera predominante a los niños. No obstante, cualquier persona puede padecerla. Según la Academia India de Pediatría, en torno al 20 % de los casos se producen en bebés menores de un año.

Síntomas del dengue en niños

Los síntomas del dengue en niños son variables y dependen, sobre todo, de la edad a la que se produzca la enfermedad. Cuando se trata de un pequeño que se infecta por primera vez, los signos pueden ser leves. Sin embargo, en aquellos mayores que ya han sufrido la infección los síntomas tienden a ser más intensos.

El virus del dengue puede causar fiebre muy alta, en torno a los 40 grados centígrados. Antes se le denominaba fiebre rompehuesos, ya que se asociaba a un fuerte dolor óseo y articular. En algunos casos también se afectaban los músculos.

El dengue en los niños suele acompañarse de un sarpullido que afecta a gran parte del cuerpo. También aparecen hematomas con facilidad y suele haber sangrado nasal o en las encías. Según un estudio de la Universidad de Santander, existen indicadores que ayudan a orientar el diagnóstico de esta patología.

Uno de ellos es que el recuento de leucocitos en sangre sea menor de 4500 por decilitro. Los otros dos parámetros son el hecho de que el infante presente un eritema en la cara y que no experimente rinorrea (secreción nasal).

Aunque la mayoría de los casos se recuperan tras una semana, en algunas ocasiones puede haber un empeoramiento de la situación. Es el llamado dengue grave, que conlleva una lesión de los vasos sanguíneos y la pérdida de plaquetas.

En estos pacientes hay vómitos constantes, sangre en orina y heces, así como dolor abdominal y fatiga. Esta complicación puede conllevar la muerte, por lo que es esencial buscar atención médica rápida.

¿Cómo se trata esta enfermedad?

En el caso de que el dengue en niños sea leve, el tratamiento suele basarse en reposo e hidratación. No hay ningún medicamento específico para el virus. Para descender la fiebre o aliviar las molestias se pueden prescribir antiinflamatorios no esteroideos o paracetamol.

Sin embargo, como existe la posibilidad de que se complique con hemorragias, hay ciertos fármacos que deben evitarse. Dentro de esta categoría de analgésicos está contraindicado utilizar aspirina o ibuprofeno, porque aumentan el riesgo de sangrado.

¿Se puede prevenir el dengue infantil?

El dengue infantil, al igual que en cualquier persona adulta, puede prevenirse de cierta manera. La única forma es evitar la picadura de los mosquitos que portan el virus. Por ello, una de las medidas básicas es colocar protección en las casas, utilizando mosquiteras o repelentes de insectos.

Además, se recomiendan utilizar camisas y pantalones largos que cubran la mayor superficie de piel posible. Del mismo modo, hay que intentar no frecuentar las zonas donde suelen proliferar estos vectores. Por ejemplo, regiones con agua y a las horas del amanecer y el atardecer, ya que suelen estar más activos.

El dengue en niños y su gravedad

Esta enfermedad es causada por cuatro virus muy similares entre sí. Aunque muchos casos son leves y se resuelven en una semana, la infección puede complicarse y poner en riesgo la vida del niño.

Por ello es esencial prevenir las picaduras de los mosquitos y buscar atención médica ante cualquier síntoma o signo. Del mismo modo, aquellos que viajan a zonas con circulación viral declarada, deben extremar las precauciones, ya sea que lo hagan por motivos laborales o de ocio y vacaciones.

No es un tema menor la complicación que acarrea la enfermedad en sus variantes de gravedad. La posibilidad de una descompensación en el infante es palpable y no puede subestimarse. La consulta urgente puede activar mecanismos imprescindibles para la supervivencia.