Desescolarización: ventajas y desventajas para los niños
La desescolarización es un método educativo que reemplaza la enseñanza formal de los niños por un aprendizaje más libre e individualizado. Es decir, permite que el alumno aprenda por su propia voluntad e interés, en lugar de imponerle o inculcarle programas educativos forzados, como sucede en las escuelas.
En este sentido, el proceso de aprendizaje se fomenta a través de actividades cotidianas como el juego, las tareas del hogar, las curiosidades personales, los viajes, los libros de interés para el niño, las clases particulares, entre otros. Así, se ha convertido en un método de enseñanza practicado por muchas familias alrededor del mundo. Pero, ¿es realmente beneficioso para los pequeños? A continuación, lo detallamos.
¿En qué consiste la desescolarización?
La desescolarización defiende la idea de que los niños pueden dirigir su propio aprendizaje, a su propio ritmo, sin las estructuras rígidas de la educación formal. Quienes lo practican enfatizan en las actividades iniciadas por los menores, pues creen que cuanto más individual es el aprendizaje, mayor será su importancia, grado de asimilación y utilidad.
Por tanto, en lugar de seguir un plan de estudios, los estudiantes reciben un entorno de apoyo que fomenta su curiosidad natural sobre el mundo. Ahora bien, este método educativo no es una propuesta nueva, pues nace en los años setenta de la mano de los movimientos ecologistas y estudiantiles de la época.
En este caso, el filósofo y educador Ivan Illich popularizó el término en su libro «La Sociedad desescolarizada (1970)». Allí, el autor describe un modelo educativo en el que el niño elige qué aprender, mientras que el adulto lo guía y lo apoya.
Asimismo, Illich creía que la educación tradicional (en la que los niños y las niñas deben seguir un solo plan de estudios y el mismo horario) socava la curiosidad y la creatividad, y no permite desarrollar las habilidades blandas.
Por su parte, en 1977, el educador estadounidense John Holt, publica su revista ‘Growing Without Schooling (GWS)’, en la cual explica cómo los niños pueden aprender de manera efectiva fuera del entorno escolar, a través de la educación en el hogar y la no escolarización.
En suma, para estos autores, los estudiantes aprenden a través de las experiencias de su vida, incluidos sus intereses personales y juegos privados, su participación en equipos deportivos, y por aceptar y hacerse cargo de responsabilidades en el hogar.
¿Cómo se practica la desescolarización?
La desescolarización promueve el aprendizaje individualizado al permitir que el niño tome sus propias decisiones con respecto a qué y cómo aprender. En este sentido, el rol de los padres es proporcionar al estudiante un entorno que fomente su curiosidad natural.
Esto implica proveer actividades y herramientas que faciliten el aprendizaje de cosas nuevas. Por ejemplo, lo siguiente:
- Facilitar libros de su interés.
- Entablar conversaciones y diálogos enriquecedores sobre aquellos temas que le interesan. En este caso, el niño puede hablar con sus padres, amigos o mentores.
- Visitar lugares que incentiven su curiosidad o le aporten conocimientos de su interés, como museos o trabajos formales.
- Interactuar con la naturaleza y el mundo que les rodea.
Asimismo, en este método educativo no existen los exámenes ni las calificaciones que miden la competencia del niño. Tampoco hay plazos ni metas establecidas por el profesor. En su lugar, el alumno decide lo que quiere aprender y lo trabaja a su ritmo.
Ventajas de la desescolarización
Tal y como lo explica un artículo divulgado en National Home Education Research Institute, la desescolarización fomenta un proceso de aprendizaje individualizado en los niños. De este modo, es posible destacar varias ventajas. Veamos.
Prioriza las necesidades del niño y respeta sus ritmos de aprendizaje
La forma en que un niño aprende está determinada en gran medida por su tipo de personalidad y por el estilo de aprendizaje. En un salón de clases tradicional, estos aspectos no siempre se consideran cuando el instructor enseña.
Por ejemplo, un estudiante con un estilo de aprendizaje visual puede estar en desventaja si el maestro usa un estilo de enseñanza auditivo. En este sentido, la desescolarización es una buena alternativa para adaptar la enseñanza a las necesidades y preferencias del niño, lo que hará que su aprendizaje sea más significativo.
Evita el estrés académico
Se ha comprobado que los niños pueden experimentar estrés y ansiedad antes las evaluaciones y exigencias escolares. De hecho, en casos severos, el estrés académico puede provocar depresión, trastornos del sueño y abuso de sustancias.
Con relación a esto, la desescolarización disminuye la incidencia de estos efectos negativos al eliminar las calificaciones y la pruebas escolares.
Incentiva la curiosidad y las ganas de aprender
Un estudio realizado con familias que practican la desescolarización encontró que muchos padres describieron que sus hijos eran más apasionados y tenían una mayor disposición al aprendizaje.
Además, los niños sin escolarizar suelen desarrollar mayores habilidades de investigación, ya que aprenden cómo encontrar recursos y explorar sus intereses más profundamente.
Promueve el autoconocimiento y la autoconfianza
Los niños sin escolarizar no están tratando de complacer a los adultos con altas calificaciones o «buen comportamiento ». En su lugar, tienden a perseguir sus propias preferencias e intereses. Esto les ayuda a no tener que esperar hasta la adultez para darse cuenta de quiénes son o qué les gusta a ellos mismos.
Mayor acceso al mundo real
Con la desescolarización, los niños acceden de una forma más directa a las dinámicas de la sociedad y de la vida en general, al interactuar de manera activa con el mundo que los rodea.
Promueve un entorno de aprendizaje más seguro
Este método permite a las familias crear el ambiente que mejor se adapte a las necesidades del niño. Además, hay menos probabilidades de que el pequeño sea participe de actos violentos, como el acoso escolar.
Cercanía familiar
En el estudio citado anteriormente, también se encontró que la flexibilidad de horarios promueve un estilo de vida más centrado en la familia. Asimismo, las actividades de apoyo fortalecen los lazos familiares.
Desventajas de la desescolarización
Ahora bien, es pertinente tener en cuenta que este método de enseñanza no está exento de desventajas. Algunas de ellas son las mencionadas a continuación.
Ausencia de estructura
Al ser un método de enseñanza individualizado, no existen fórmulas ni recetas predeterminadas que garanticen el éxito de la desescolarización para todos los casos. Por ello, los padres o los mentores deben ser capaces de identificar las genuinas preferencias y necesidades del niño.
Con lo anterior, podrán proporcionarle una enseñanza acorde a las mismas. Sin embargo, esta habilidad puede ser todo un reto para muchas familias, lo que dificulta un aprendizaje verdaderamente significativo.
Educación subjetiva
Al ser los padres los que suelen encargarse de la educación de los niños, los contenidos trasmitidos pueden llegar a estar sesgados. Por tanto, es importante que sean objetivos para que la educación resulte efectiva.
Falta de socialización
Otra debilidad de la desescolarización es la poca interacción con los pares, lo que es crucial para que el niño aprenda las dinámicas sociales, entre otras cosas. Sin embargo, este aspecto se puede paliar proporcionándole al menor oportunidades para socializar con otros niños y adultos.
Requiere tiempo y organización
Los padres que deciden desescolarizar a sus hijos no disponen de ese tiempo libre que se obtiene cuando los niños van a la escuela. Por el contrario, deben pasar muchas horas con su hijo, apoyándolo en su aprendizaje y proporcionándole herramientas para su enseñanza.
Es decir, se requiere mucha dedicación, disposición y una adecuada organización del tiempo, aspectos que muchos padres no pueden proporcionar.
Crítica social
Este método de enseñanza no está ajeno a las polémicas. Muchas personas lo desaprueban. Por lo tanto, es común que otros padres, cuyos hijos sí van a la escuela, crean que los niños no escolarizados «desperdician» su tiempo jugando y no aprenden nada. Sin duda, algo que puede derivar incomodidad.
Desescolarización: un método que no es para todos los niños
La desescolarización es un método efectivo, siempre y cuando se haga de forma adecuada y responda a las verdaderas necesidades del niño. Asimismo, hay que tener en cuenta que no todas las estrategias de enseñanza son efectivas para todos.
Por tanto, es pertinente contar con la información y la asesoría necesaria al momento de implementarlas. Esto incluye el conocimiento de los requisitos legales que exige su Estado para llevar a cabo la desescolarización, en caso de ser legal.
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