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Diabetes y gangrena: cuáles son los riesgos y cómo evitarlo

5 minutos
Debido a la diabetes podemos perder sensibilidad en los dedos, tanto de las manos como de los pies, y cualquier lesión podría llegar a infectarse y derivar en gangrena.
Diabetes y gangrena: cuáles son los riesgos y cómo evitarlo
Karla Henríquez

Revisado y aprobado por la médica Karla Henríquez

Escrito por Okairy Zuñiga
Última actualización: 25 febrero, 2024

Si tienes diabetes, entonces debes saber que existe un mayor riesgo de que, tras una lesión menor, desarrolles gangrena si no tomas las precauciones adecuadas. La gangrena suele afectar a los dedos de los pies, las manos y las extremidades.

Para ayudarte, a continuación te comentaremos más sobre cuáles son los riesgos que conlleva la desinformación y cómo puedes evitar desarrollar gangrena, siguiendo en todo momento las pautas de tu médico tratante.

¿Qué es la gangrena?

Tal y como indica la evidencia científica, la gangrena es una condición que se produce cuando el tejido del cuerpo muere. Esto puede suceder cuando se interrumpe el flujo de sangre hacia una parte del cuerpo. A menudo es el resultado de una lesión o infección de la piel o tejido blando.
Además de a los dedos y las extremidades, puede afectar a los músculos y órganos, aunque estos casos no son tan comunes. 
Es muy importante que si desarrollas gangrena busques atención médica inmediata para eliminar el tejido muerto y evitar que las bacterias se propaguen por tu torrente sanguíneo. Si no se trata a tiempo puede conducir a una infección que puede llegar a ser mortal.

Lee: Diferencias entre la apoptosis y la necrosis

¿Cuál es la relación entre la diabetes y la gangrena?

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Los azúcares enmascarados en los productos pueden favorecer la resistencia a la insulina y, con ello, la diabetes a mediano plazo.

Como ya comentábamos al comienzo, si eres diabético, tienes mayor riesgo de desarrollar gangrena. Esto es porque los niveles altos de azúcar en la sangre pueden ocasionar daños en los nervios y esto, a su vez, causa pérdida de la sensibilidad en la zona afectada, lo que hace que sea más fácil que desarrolles una lesión.

Los altos niveles de azúcar en la sangre también afectan a los vasos sanguíneos y limitan el flujo de sangre hacia los pies. Esto provoca una reacción en cadena: si los pies no reciben suficiente sangre, hay un menor número de células que combatan las infecciones que se están abriendo camino hacia los pies.
Sin suficientes células en el área, las heridas que desarrolles pueden tardar más tiempo en sanar del normal. Esto hace que cualquier lesión potencial sea más propensa a infectarse.

¿Qué otros factores de riesgo debes tener en cuenta?

Ten presente que si presentas cualquier condición médica subyacente que afecte la circulación tienes más riesgo de desarrollar esta condición. Existen varias dolencias que afectan los vasos sanguíneos y también aumentan el riesgo. Además de la diabetes, otras dolencias problemáticas son:

Si recientemente te has sometido a una cirugía o estás pasando por una lesión traumática, es posible que tengas más riesgo de desarrollar la gangrena. En las personas que tienen sistemas inmunitarios débiles las infecciones menores pueden llegar a ser más graves y derivar en esta condición.

¿Cuáles son los tipos de gangrena?

Hay tipos diferentes de gangrena y cada uno tiene sus propias causas.

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La gangrena suele visualizarse en los pies.

Gangrena seca

Se da cuando el flujo sanguíneo está siendo bloqueado en una zona determinada del cuerpo. Si una parte del cuerpo no está recibiendo el oxígeno que necesita, puede deteriorarse hasta morir. 
Las áreas afectadas a menudo se caracterizan por tomar una coloración verde oscura o púrpura que puede llegar casi a negro. Además la piel puede estar seca y arrugada debido a la falta de oxígeno.

Gangrena húmeda

Como su propio nombre indica, este tipo de gangrena tiene una apariencia húmeda y se caracteriza por la hinchazón y la formación de ampollas. Se produce por lo general en personas que han experimentado temperaturas extremas, como la congelación o una quemadura grave.

Las personas con diabetes pueden desarrollar este tipo de gangrena sin saberlo luego de sufrir una lesión menor en un pie o dedo debido a las neuropatías. Además, en estos casos los tejidos afectados se curan de manera muy lenta y son más propensos a desarrollar infecciones con facilidad. Se extiende rápidamente y, si no es tratada, puede ser mortal.

Gangrena gaseosa

Este tipo de gangrena normalmente se produce por una infección interna. Las bacterias dañinas liberan gas, que daña los vasos sanguíneos, tejidos, células y la sangre.
La gangrena gaseosa puede aparecer en áreas de trauma. La piel se enrojece y poco a poco se torna color café. Además, puede adquirir un aspecto burbujeante. Esta en particular es especialmente mortal, ya que se puede desarrollar de manera súbita y sin aviso.

Gangrena interna

Esta puede desarrollarse cuando el flujo de sangre a un órgano interno está bloqueado. Afecta comúnmente a los intestinos, la vesícula y el apéndice.  

Gangrena Fournier

Esta versión se limita a los genitales y está causada por infecciones en el tracto urinario o en los genitales en sí. Se caracteriza por producir dolor, hinchazón, sensibilidad y coloración púrpura, verde o incluso negro y mal olor. Aunque afecta mayormente a hombres, las mujeres tampoco se libran.

Gangrena progresiva sinérgica bacteriana

Es muy raro padecer de este tipo de gangrena. Puedes desarrollarla tras una cirugía y las lesiones cutáneas pueden formarse en torno a la zona afectada un par de semanas después de la cirugía.

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Cuanto mejor informado estés, mejor

Recuerda que existen varias cosas que puedes hacer para reducir el riesgo de desarrollar gangrena. Si tienes diabetes, es importante que compruebes regularmente tus manos y pies en busca de infecciones o lesiones. Además cuidar de tu peso, utilizar vestimenta adecuada en clima frío y dejar de fumar son cuidados clave para prevenir el desarrollo de cualquier tipo de gangrena.

Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.