Embarazo en verano: cómo afecta el calor
Escrito y verificado por la farmacéutica Sara Viruega
El embarazo en verano conlleva inseguridades en muchas mujeres. Aparecen las dudas relacionadas con los cambios de temperatura y las consecuencias de los mismos.
En época de verano se conocen más casos de personas que sufren deshidratación y los conocidos golpes de calor. Esto hace que los miedos asociados a pensar que nos puede ocurrir a nosotros se potencien.
Durante todas las estaciones del año, es adecuado aplicar los cuidados específicos para que nuestro cuerpo se adapte mejor a los cambios, pero más aún en las épocas de más calor. Por este motivo, explicamos cuáles son los cuidados del embarazo en verano.
Efectos del calor en el cuerpo
El cuerpo humano tiene una temperatura interna comprendida entre los 36 y los 37,5 °C. Con esta temperatura nuestros órganos tienen una adecuada funcionalidad. Pero la temperatura interna puede aumentar al someter a nuestro cuerpo a un calor intenso externo.
Para poder eliminar el exceso de temperatura interna, el cuerpo genera sudor. El aumento en la frecuencia respiratoria y la frecuencia cardiaca, también favorece la expulsión del exceso de calor interno.
Uno de los efectos cuando la temperatura corporal llega a los 39-40 °C es el debilitamiento o la fatiga. Estos aparecen porque se manda una señal a los músculos de que no trabajen para no generar más calor. Es en el momento en que llegamos a los 41 °C cuando el cuerpo puede dejar de estar activo.
Síntomas del embarazo en verano
Existen algunos síntomas que se presentan en la gestación y que pueden aumentar significativamente durante las épocas de calor. Por ese motivo es adecuado conocerlos si tienes un embarazo en verano.
- Cansancio y fatiga. La embarazada experimenta mayor agotamiento debido a los efectos que generan las hormonas en el organismo. La principal hormona que genera este efecto es la progesterona. Cuando existe un calor excesivo externo, este síntoma se ve agravado.
- Cambios en el sistema circulatorio con la aparición o agravamiento de las varices. Uno de los cambios principales que sufre el organismo durante el embarazo es el aumento en el volumen de sangre. A esto se le añade la dilatación de las venas y la presión que sufre la vena cava por el tamaño del útero. Todos estos cambios debutan en dificultar el retorno venoso y un mayor remanso de sangre en las piernas.
- Mareos o sensación de desmayos. Los cambios del sistema circulatorio también afectan a como llega el flujo de sangre a los distintos órganos. Debido a ello, suelen existir bajadas de tensión arterial asociados al aumento del volumen de sangre y a la dilatación de los vasos sanguíneos.
- Deshidratación. Las mujeres embarazadas necesitan más líquidos que una persona sin gestación de la misma edad. Cuando hay calor externo, se precisa aumentar la ingesta de agua para evitar el sobrecalentamiento.
- Manchas en la cara. Los cloasmas son manchas que aparecen en la cara producto de los cambios hormonales durante el embarazo. Sin embargo, esta hiperpigmentación puede hacerse mucho más evidente en el verano debido a la incidencia de los rayos del sol.
Cuidados del embarazo en verano
Todas las mujeres embarazadas saben que deben cambiar algunas conductas en su vida cotidiana durante la gestación. Es importante que conozcáis bien las recomendaciones saludables para esta etapa.
Cuando se presenta un embarazo en verano, debemos prestar mayor atención al aumento en la sintomatología. Por ese motivo, se deben extremar más los cuidados y prestar más atención a realizarlos correctamente, y con ayuda de los profesionales del sector de la obstetricia.
- Hidratación. Se recomienda aumentar la ingesta de líquidos durante el embarazo. Una mujer embarazada presenta unas necesidades hídricas mayores a los 2 litros diarios. Además se recomienda una adecuada hidratación de la piel a diario con aceites naturales.
- Controlar la tensión arterial. Para evitar cuadros de hipotensión o hipertensión, es aconsejable tomar la tensión arterial en diferentes momentos del día. Ante la presencia de tensiones bajas es posible tomar bebidas con cafeína o teína que puedan elevar los valores.
- Actividad física. Durante el embarazo, es recomendable mantener una actividad física que favorezca el flujo sanguíneo y una adecuada movilidad muscular. Para evitar los efectos nocivos del calor en verano, se recomienda realizar dichas actividades entre las 8 y las 9 horas. Previamente, es preciso una adecuada hidratación.
- Refrescarse en piscinas, mar o duchas. Durante el embarazo, se aconseja evitar la exposición continua al calor. Para ello, es recomendable estar en locales con aire acondicionado o realizar continuos baños en aguas de piscinas o mar.
- Evitar la exposición solar en horas de temperatura elevada. Es preferible mantenerse en locales con aire acondicionado o ventiladores que eviten la exposición a las altas temperaturas externas. También es importante usar siempre protector solar.
- Usar ropa adecuada. Durante el verano, lo más recomendable es usar ropa ligera, holgada y de fibras naturales para evitar la producción excesiva de calor. Esta recomendación adquiere mayor importancia en el tercer trimestre del embarazo, cuando existe mayor inflamación de las piernas y los pies.
- Protegerse de los mosquitos. La mayoría de los insectos son más activos durante el verano, lo que puede resultar muy incómodo. En este sentido, se recomienda evitar los colores oscuros y utilizar un repelente para evitar las picaduras.
- Cuidar la piel. La piel es más sensible durante el embarazo, sobre todo en el verano. Las mujeres embarazadas deberán cuidarla de forma adecuada si desean evitar marcas permanentes. Lo ideal es usar cremas hidratante y antiestrías al menos 2 veces al día.
- Priorizar el consumo de frutas. Mantener una alimentación sana y balanceada durante el embarazo es importante en cualquier época. Sin embargo, en el verano es necesario priorizar el consumo de frutas, sobre todo aquellas ricas en agua, con la finalidad de evitar la deshidratación.
- Evitar los viajes largos. Si bien el verano es la época perfecta para viajar, esto puede ser un problema en el embarazo. Los viajes largos tienden a aumentar la inflamación en las piernas y los pies, por lo que se recomienda tomar vuelos con escalas o hacer descansos periódicos si se viaja en coche.
El embarazo en verano no debe ser un problema
Si bien las altas temperaturas aumentan la probabilidad de sufrir golpes de calor o deshidratación, esto no debe representar un problema con los cuidados adecuados. En este sentido, resulta fundamental que sigas los consejos mencionados para tener un embarazo exitoso en verano y, ante cualquier duda, consulta con tu ginecólogo de confianza.
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