Enfermedad pulmonar del granjero: ¿qué es y qué la causa?
Revisado y aprobado por el médico Diego Pereira
Las patologías respiratorias tienen una gran prevalencia y mortalidad a nivel mundial. La mayoría de estas afecciones están relacionadas con el ambiente, el clima y la ocupación. ¿Te interesa conocer qué es la enfermedad pulmonar del granjero y qué la causa? A continuación te contamos.
La enfermedad pulmonar del granjero (EPG) es una de las formas más comunes de neumonitis por hipersensibilidad. Por lo general, se presenta en los trabajadores agrarios, de allí la adopción de su nombre. Se origina por la inhalación de microorganismos presentes en el heno, la paja y el polvo de graneros.
Sus manifestaciones clínicas son resultado de la exposición continua al polvo mohoso. Estas pueden variar desde síntomas similares a un resfriado, con fiebre y tos, hasta un cuadro de dificultad respiratoria grave. El abordaje médico permite reducir las complicaciones, no obstante, la persona afectada continuará siendo hipersensible el resto de su vida.
¿Qué causa la enfermedad pulmonar del granjero?
La enfermedad pulmonar del granjero se produce por una reacción inmunitaria exagerada ante la inhalación y exposición a los antígenos presentes en el heno y el polvo. Estudios estiman que los actinomicetos termófilos son los principales responsables. Las mismas son bacterias que se multiplican a temperaturas entre 40 °C y 60 °C con altos niveles de humedad.
Los principales actinomicetos aislados son Micropolyspora faeni, Thermoactinomyces vulgaris, Thermoactinomyces viridis y Thermoactinomyces sacchari. Los mismos suelen encontrarse en graneros contaminados con moho, en plantas de compostaje y en vaquerías.
De igual forma, se han reportado casos de enfermedad pulmonar del granjero a causa de esporas y hongos. Tal es el caso de Alternaria, Aspergillus fumigatus y Botrytis. No obstante, la incidencia varía de acuerdo a las características bioclimáticas.
Factores de riesgo
Por lo general, esta afección del árbol broncopulmonar afecta a los adultos que están en contacto o manipulan heno, paja u otros elementos agrícolas que contengan polvo mohoso. En este sentido, los niños y adolescentes rara vez presentan la enfermedad.
El tiempo de exposición y la cantidad de polvo inhalado son los principales factores determinantes de la EPG. Por lo que es mayor el riesgo al trabajar con fardos de heno y paja mohosos en espacios cerrados, como lo son los graneros y cobertizos.
Los agricultores, los empleados de establos y los trabajadores avícolas suelen ser los más afectados. De hecho, de acuerdo con el estudio citado con anterioridad, se cree que hasta el 3 % de los granjeros padece la enfermedad. No obstante, los trabajadores de tiendas de mascotas, zoológicos y circos también muestran un alto riesgo de padecer esta afección pulmonar.
Además, según el Centro Canadiense de Salud y Seguridad Ocupacional (CCOHS), esta afección suele ser más frecuente en climas lluviosos y húmedos, sobre todo en época de invierno y primavera. Estas condiciones favorecen al crecimiento del moho y a la liberación de antígenos que inducen la reacción de hipersensibilidad pulmonar.
Síntomas y signos
La sintomatología de la EPG varía de acuerdo a las características del paciente, del antígeno y de las condiciones ambientales. Por lo general, el curso clínico de esta afección se divide en agudo, subagudo y crónico.
Agudo
Se produce ante una alta exposición al polvo mohoso en un breve periodo de tiempo y es relativamente frecuente, ocurriendo en 1 de cada 3 pacientes. Las manifestaciones clínicas aparecen de forma abrupta a las 4 a 8 horas posteriores al contacto. La misma se caracteriza por los siguientes síntomas:
- Malestar general.
- Fiebre.
- Escalofríos.
- Tos seca.
- Respiración acelerada.
- Dificultad respiratoria o disnea.
- Aumento de la frecuencia cardiaca.
En casos graves, suele confundirse con neumonía y puede perdurar hasta por 12 semanas. No obstante, los síntomas remiten luego de 12 horas hasta 2 semanas en la mayoría de los casos.
Subagudo
Se origina por la exposición continua a una carga reducida de polvo mohoso. Es la forma de presentación más común de la enfermedad pulmonar del granjero. Los síntomas suelen ser menos severos, lo que dificulta el diagnóstico oportuno. En la misma se encuentran las siguientes manifestaciones:
- Malestar general.
- Febrícula.
- Astenia o fatiga.
- Anorexia.
- Pérdida de peso.
- Tos seca.
- Dolores musculares y articulares.
- Dificultad respiratoria ocasional y progresiva.
Crónico
Esta forma se desarrolla luego de varios ataques agudos por exposición continua a la paja o heno mohoso. La misma puede perdurar por varios meses y originar un daño pulmonar permanente. Dentro de los principales síntomas destacan los siguientes:
- Dificultad respiratoria severa y progresiva.
- Tos seca persistente.
- Pérdida de peso.
- Fiebre ocasional.
- Cansancio inexplicable.
¿Cómo se diagnostica la enfermedad pulmonar del granjero?
La identificación de esta patología suele resultar un reto diagnóstico para algunos especialistas. Por lo general, el antecedente de exposición a polvo mohoso con aparición de síntomas respiratorios luego de 4 a 8 horas suele guiar al médico. Esto se apoya de una evaluación física integral con énfasis en los campos pulmonares.
Los análisis de sangre permiten valorar la respuesta inmunitaria y orientar sobre el posible agente etiológico. Por su parte, los estudios de imagen como la radiografía de tórax permiten definir el estado de los pulmones y evidenciar posibles complicaciones.
El historial de exposición, más una tomografía computarizada y una linfocitosis marcada son los principales factores diagnósticos. De igual forma, el especialista puede valerse de cultivos de esputo, serología y el inmunoensayo enzimático o ELISA para la identificación del agente causal.
Por otro lado, puede resultar útil la realización de una prueba de lavado broncoalveolar (BAL) para evaluar el contenido pulmonar. Además, las pruebas de función pulmonar y la biopsia son herramientas que favorecen al diagnóstico de la enfermedad pulmonar del granjero.
Tratamientos disponibles
En los pacientes diagnosticados con la EPG el primer paso terapéutico es la eliminación del contacto o exposición al antígeno responsable según algunos estudios. De esta forma, se reduce el riesgo de nuevos episodios y exacerbaciones de la enfermedad.
El tratamiento con medicamentos corticoides favorece y acelera la recuperación pulmonar en la forma aguda de la enfermedad. No obstante, estos fármacos no han demostrado gran eficacia en el curso de la enfermedad a largo plazo.
Los medicamentos antialérgicos son empleados para aliviar y reducir la respuesta inmunitaria exagerada en ataques agudos con dificultad respiratoria grave. Sin embargo, su uso continuo no está recomendado, ya que pueden ocultar los síntomas de la enfermedad sin reducir el daño pulmonar.
En la actualidad, no existe una cura para los pacientes que manifiestan hipersensibilidad al polvo mohoso. Por lo que la persona quedará sensibilizada durante toda su vida una vez se desencadena la respuesta inmunitaria.
Prevención y recomendaciones
La prevención de la enfermedad pulmonar del granjero se centra en reducir y evitar la inhalación de heno, paja o polvo mohoso. De esta forma, se disminuye el riesgo de padecer la enfermedad o de complicarse con la misma a largo plazo. Algunas medidas útiles para prevenir esta patología son las siguientes:
- Evitar el manejo de heno o paja en espacios cerrados.
- Ventilar los edificios o espacios de almacenamiento de materiales agrícolas.
- Utilizar mascarillas o respiradores con filtros especializados.
- Almacenar el heno en ensilados en lugar de fardos.
- Humedecer el heno o polvo mohoso antes de limpiarlo para evitar la aerolización.
- Secar el heno húmedo, los granos y los cultivos al momento de realizar la cosecha.
¿Cuándo acudir al médico?
La enfermedad pulmonar del granjero suele ser una enfermedad poco común y se confunde con otras patologías respiratorias. No obstante, la misma se asocia a una larga lista de complicaciones mortales para quien la padezca, por lo que es vital su identificación temprana y abordaje oportuno.
Ante la presencia de dificultad respiratoria, fiebre, cansancio inexplicable y tos seca posterior al manejo o contacto con polvos mohosos se debe buscar ayuda médica lo antes posible. El especialista se encargará de identificar la afección y brindarle la terapéutica necesaria para el alivio de los síntomas.
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