¿Es posible eliminar los metales pesados del organismo?
Revisado y aprobado por el médico Gilberto Adaulfo Sánchez Abreu
A menudo hemos oído hablar de los efectos dañinos de los metales pesados, pero ¿sabemos qué son? ¿Cómo saber si los tenemos? ¿Cómo entran a nuestro cuerpo? ¿Por qué son tan perjudiciales? ¿Cómo podemos evitarlos?
En este artículo te explicamos todo sobre los metales pesados para que aprendas a evitarlos. Y es que estos pueden favorecer el desarrollo de múltiples enfermedades. ¿Quieres saber más? Sigue leyendo.
¿Qué son los metales pesados?
Los metales pesados son un grupo de elementos químicos que presentan una densidad relativamente alta y cierta toxicidad para el ser humano. Los más comunes son el arsénico, el mercurio, el cadmio, el cromo, el plomo, el aluminio y el hierro.
Con todo, es importante matizar que muchos de los metales con una densidad alta no son especialmente tóxicos y algunos son elementos esenciales en el ser humano.
Sin embargo, hay una serie de elementos que en alguna de sus formas pueden representar un serio problema medioambiental. Es común referirse a ellos con el término genérico de “metales pesados”.
Estos son especialmente peligrosos debido a que no son química ni biológicamente degradables. Así, una vez emitidos, principalmente debido a la actividad industrial y minera, pueden permanecer en el ambiente durante cientos de años, contaminando el suelo y acumulándose en las plantas y los tejidos orgánicos. Y es así como acaban entrando a nuestro cuerpo.
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Legislación
Por suerte, el problema de salud que estos elementos presentan no ha pasado desapercibido para las autoridades. Desde el año 2006 la Unión Europea cuenta con una ley que regula la cantidad máxima de mentales pesados que pueden presentar los alimentos.
El objetivo es que ningún alimento comercializado en el Espacio Económico Europeo contenga niveles que puedan presentar un riesgo para la salud. Así, cualquier alimento que se venda en la UE debe pasar por controles de este tipo y, de no superarlos, se prohibirá su venta.
Asimismo, la Organización Mundial de la Salud (OMS) cuenta desde 1995 con una normativa para limitar el nivel de contaminantes y toxinas presentes en los alimentos y piensos, para reducir el nivel de metales pesados de los mismos. A este reglamento se deben adherir todos los países miembros de la organización.
¿Qué causan los metales pesados en nuestro organismo?
Puede que te preguntes: ¿por qué tanta legislación y control? Bien porque, a lo largo de los años, se han realizado diversas investigaciones en las que se han comprobado los efectos que estos metales pesados tienen en nuestra salud.
En un artículo publicado en la revista Interdisciplinary Toxicology se recoge un resumen de los principales. A corto plazo, se estima que, entre otros problemas, el consumo en exceso de estas sustancias puede favorecer el desarrollo de:
- Enfermedades del riñón
- Problemas sanguíneos
- Enfermedades del hígado
- Reducción de los niveles de energía
- Enfermedades en los pulmones
Además, a largo plazo, se relaciona con el desarrollo de enfermedades neurodegenerativas, como el párkinson o el alzhéimer, así como con la distrofia muscular.
¿Cómo entran a nuestro cuerpo?
La forma en la que los metales pesados llegan a nuestro cuerpo puede ser a través de la dieta o del entorno. Y es que estos están presentes a nuestro alrededor en múltiples formas.
En primer lugar, como hemos dicho, podemos ingerirlos a través de la dieta. Esto se debe a que algunos pesticidas y productos de alimentación animal pueden contenerlos. Esto hace que si consumimos algún vegetal fumigado con ese pesticida o un animal alimentado con determinado pienso, al final estemos ingiriendo también metales pesados.
Con todo, esto es, por suerte, cada vez menos común. Y es que como hemos visto cada vez los gobiernos exigen controles más férreos para garantizar que el nivel de estos elementos en los productos que consumimos es lo más bajo posible.
En cuanto a los metales pesados de nuestro entorno, estos proceden principalmente industrias y minas que expulsan al medioambiente sustancias nocivas que acaban contaminando el agua o el aire que consumimos. Por desgracia, este tipo de contaminación es más difícil de controlar.
¿Cómo sé si sufro una intoxicación por metales pesados?
Aparte de las enfermedades que se han mencionado anteriormente, aquellas personas que sufren una intoxicación severa por metales pesados mostrarán los siguientes síntomas:
- Náuseas y vómitos
- Dolor abdominal
- Diarrea
- Hormigueo en las manos y los pies
- Dificultad para respirar
- Escalofríos
- Debilidad
Si experimentas alguno de estos síntomas y vives en una zona de riesgo (cerca de una fábrica o mina, por ejemplo), te aconsejamos que acudas al médico inmediatamente. Este te hará las pruebas correspondientes y te ofrecerá el tratamiento a seguir.
¿Es posible eliminarlos?
En general, a no ser que se viva en una zona especialmente expuesta a metales pesados y en la que no haya ningún tipo de control, los niveles de metales en nuestro cuerpo no deberían ser muy altos.
Con todo, lo mejor que se puede hacer para evitar una intoxicación es la prevención. Y es que una vez que entran en nuestro cuerpo, es bastante complicado reducir sus niveles. De acuerdo con el estudio anteriormente mencionado de Interdisciplinary Toxicology, muy pocos metales se pueden eliminar de forma natural.
Por eso, lo mejor es cuidar lo que comemos, lavar bien los alimentos antes de consumirlos y, si vivimos en un entorno contaminado, tomar todas las precauciones posibles.
Además, a continuación te presentamos algunos alimentos que pueden ser beneficiosos para reducir los efectos de algunos de estos metales en caso de sientas que estas consumiendo una pequeña cantidad de estos productos y quieras tratar de mitigar su efecto. Con todo, recuerda que los remedios naturales no constituyen tratamientos. En ningún caso serán una solución para problemas graves.
- Alga chlorella: según diversos estudios, esta absorbería parcialmente los metales, lo que reduciría su impacto en nuestro cuerpo y mitigaría sus posibles efectos en nuestra salud.
- Cilantro (Coriandrum sativum): no está claro si su consumo directo ayuda a reducir los niveles de metales pesados en el cuerpo. Con todo, diversos estudios hechos con animales y plantas muestran que estos reducen los niveles de metales de los mismos, haciéndolos aptos para el consumo humano.
- Magnesio: al igual que el cilantro, el magnesio, de acuerdo con algunas investigaciones, puede reducir la toxicidad de algunos metales pesados en plantas.
- Ajo: algunos experimentos hechos en animales muestran que este podría tener cierto efecto protector en el hígado frente a ciertos metales pesados, como el cadmio o el mercurio.
Conclusión
Como has podido comprobar en la actualidad estamos bastante protegidos frente al consumo de metales pesados. Y es que las autoridades hace tiempo que se han dado cuenta de lo dañinos que pueden llegar a ser.
Con todo, si todavía te molesta el posible riesgo de consumir pequeñas cantidades de los mismos, puedes probar a incluir en la dieta los alimentos que aquí te aconsejamos. Eso sí, cuida bien dónde los compras y vigila que sean de calidad.
En cualquier caso, lo mejor que puedes hacer es la prevención: controla de dónde proceden los alimentos que consumes, lávalos bien…
Además, si vives en una zona de riesgo o sientes que podrías haberte intoxicado debido al consumo de metales pesados, te recomendamos que acudas siempre a tu médico. No existe ningún remedio natural que te permita limpiar el cuerpo por completo. Precisarás un tratamiento más fuerte.
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