Espasmos al dormir, ¿qué cambiar para evitarlos?

Para reducir los espasmos al dormir, es esencial que lleves un estilo de vida saludable y que cuides de tus hábitos de sueño. Te contamos de qué se tratan y qué estrategias ayudan a controlarlos.
Espasmos al dormir, ¿qué cambiar para evitarlos?
Diego Pereira

Revisado y aprobado por el médico Diego Pereira.

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 10 octubre, 2023

Cuando ocurren, los espasmos al dormir pueden despertar tanto a quien lo sufre como a su pareja. Estas reacciones suelen ir precedidas de un sueño intenso o alucinación. Lo típico es sentir la sensación de caer por las escaleras o a algún lugar profundo. ¿Lo has experimentado alguna vez?

Los espasmos al dormir son, en realidad, sacudidas involuntarias que se producen entre la vigilia y el sueño. También se denominan espasmos mioclónicos o sacudidas hípnicas. Son espasmos musculares fuertes y breves.

Aunque pueden resultar preocupantes o incómodos, en realidad no suponen ningún problema grave. De hecho, es una situación que experimenta una gran parte de la población.

A pesar de que aún no se sepa a ciencia cierta por qué se producen, sí se conocen ciertos factores que favorecen estos episodios. A continuación, te los explicamos.

¿Por qué se producen los espasmos al dormir?

Los espasmos al dormir tienen origen neurológico.
Los orígenes cerebrales de este problema pueden remontarse a nuestros antepasados.

Se piensa que la causa de los espasmos al dormir radica en la preparación del cuerpo para el sueño. En este momento, el organismo tiende a ralentizar todas las funciones, como la respiración y los latidos cardíacos; además la función motora se detiene. Con ello, se asegura que durante ese rato el cuerpo no reaccione y se mantenga a salvo.

Otras teorías mantienen que estos espasmos son resquicios de nuestros antecesores. En un estudio realizado en la Universidad de Colorado (EE.UU.) se dice que las sacudidas hípnicas podrían ser un reflejo arcaico de la mala interpretación que hace el cerebro durante la relajación muscular del inicio del sueño.

Es como si fuera una señal que antes alertaba a los antepasados dormidos de que se estaban cayendo del árbol.

Esto apunta a que los espasmos al dormir son vestigios de un mecanismo de defensa. Por otra parte, también pueden desencadenarlos estímulos como los ruidos o las luces, según una publicación de Manual MSD.

¿Qué factores pueden influir?

Como bien sabemos, el ritmo de vida actual afecta a numerosos ámbitos de la salud. Pues bien, el sueño es uno de los más perjudicados, según detalla un artículo publicado por el Instituto del Sueño de Madrid.

De acuerdo con los expertos de esta institución, llevar un ritmo de vida acelerado y dormir pocas horas diarias puede llevar a la aparición de diversas enfermedades, sobre todo cardiovasculares, hormonales e inmunitarias.

De igual modo, estos factores podrían llevar a experimentar espasmos involuntarios, debido a que muchas enfermedades predisponen a padecerlos, según un artículo de Mayo Clinic. Aunque no todos ellos han sido comprobados de forma científica, otros factores que parecen influir son los siguientes:

  • Ansiedad y estrés, según detalla un estudio publicado por Therapeutic Advances in Neurological Disorders.
  • Fatiga.
  • Privación del sueño.
  • Consumo de cafeína; la relación entre este factor y los espasmos nocturnos es comentada en un estudio publicado por Seizure.
  • Uso de otras drogas estimulantes.

Cualquier tipo de problema que perturbe la relajación a la hora de dormir puede aumentar estos espasmos. De hecho, también se cree que la nicotina e incluso el ejercicio pueden estar relacionados, aunque todavía faltan más estudios al respecto.

¿Cómo reducir los espasmos al dormir?

Puesto que se intuye que los espasmos al dormir pueden deberse a la ansiedad o el estrés, el primer paso es intentar reducir estos niveles. Para ello, es esencial cambiar de mentalidad y modificar algunos hábitos.

La rutina puede parecer asfixiante en numerosas ocasiones, pero debemos centrarnos en mantener la calma. Tratar de ver las cosas de manera menos drástica puede ayudarnos a reducir esa ansiedad constante.

Del mismo modo, es primordial llevar un estilo de vida saludable. Una buena alimentación y hacer ejercicio moderado con regularidad son medidas esenciales para conseguir un sueño de calidad.

Si bien sus conclusiones no son definitivas, un estudio reciente publicado en Advances in Nutrition describe la relación entre una dieta saludable y la duración y calidad del descanso nocturno.

Además, los efectos positivos de la actividad física se plasman también en el ámbito mental. De acuerdo con una investigación publicada por Clinical Psychology Review, el ejercicio contribuye en la disminución de los niveles de estrés y ansiedad.

En este sentido, realizar deportes como el yoga o el pilates, que promocionan la relajación y el manejo de las técnicas de respiración, son alternativas muy recomendables.

Otros hábitos

Los espasmos al dormir pueden ser desencadenados por algunas actividades.
Fumar puede provocar este tipo de trastornos.

Por su parte, en lo relativo a la alimentación es necesario reducir la ingesta de cafeína; como mencionamos con anterioridad se trata de uno de los factores que pueden desencadenar espasmos al dormir.

Asimismo, sería recomendable dejar de fumar o, en el caso de otros hábitos tóxicos, eliminarlos por completo. Es posible que cualquier sustancia excitante promueva los espasmos al dormir.

Por último, como sugiere Hauri (1991) hay que tratar de establecer un buen horario de sueño. Trata de organizar tu día para conseguir al menos ocho horas para dedicar al descanso.

Intenta no llevarte los problemas a la cama. Los pensamientos que enturbien tu mente también se relacionarán con tu manera de afrontar el sueño.

Mejora tu salud a través del sueño

Los espasmos al dormir no son preocupantes. Sin embargo, si influyen demasiado en la calidad de tu sueño, es recomendable que trates de mejorar tus hábitos.

Como hemos podido observar, el estilo de vida es determinante a la hora de dormir. Más allá de ello, si consideras que los espasmos pueden deberse a una complicación que exceda estos factores, no dudes en hacer una consulta con el médico para evacuar tus dudas y prevenir problemas mayores.


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