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Gastrectomía tubular: ¿en qué consiste?

6 minutos
En la gastrectomía tubular se extirpa una parte del estómago. Esto puede parecer algo drástico, aunque no es un procedimiento complicado.
Gastrectomía tubular: ¿en qué consiste?
Leidy Mora Molina

Revisado y aprobado por la enfermera Leidy Mora Molina

Última actualización: 13 agosto, 2024

La gastrectomía tubular es una intervención quirúrgica que se practica a los fines de reducir el tamaño del estómago. Se realiza bajo anestesia, por vía laparoscópica, por lo que es considerada una técnica con riesgo moderado.

Gracias a la gastrectomía tubular también se disminuye la producción de las hormonas que inducen el apetito. Por consiguiente, baja la ingesta en razón de la saciedad.

Por todo ello, puede ayudar para que las personas con obesidad mórbida reduzcan el peso. Sin embargo, también conlleva riesgos y algunos efectos secundarios.

¿Qué es y para qué se hace la gastrectomía tubular?

La gastrectomía tubular también es conocida como manga gástrica. El término deriva de gastros (estómago), -tomía (corte, incisión o extirpación) y tubular. Esto último se debe a que el estómago queda con esa forma, como un tubo.

En la actualidad, es una de las técnicas más utilizadas en cirugía bariátrica, junto al bypass gástrico, para tratar la obesidad. Este tipo de procedimientos están orientado a modificar el funcionamiento digestivo.

En el caso de la gastrectomía tubular, se extirpa parte del estómago, achicando su capacidad entre 150 y 200 centímetros cúbicos (cc), lo que significa una reducción aproximada del 80 %. De esta manera, la persona experimentará saciedad más rápido.

Además, disminuye la producción de grelina, que es una hormona sintetizada por el estómago, responsable de regular el apetito. Con todo ello, se espera lograr una pérdida de peso gradual, a la vez que sostenible en el tiempo.

¿Cómo se realiza el procedimiento?

La gastrectomía tubular se hace bajo anestesia general y por laparoscopia, por lo que resulta una cirugía menos invasiva. Los pasos son los siguientes:

  1. Se realizan varias incisiones (5), desde el píloro hasta el cardias.
  2. Los instrumentos de trabajo son introducidos en el cuerpo a través de dichas incisiones.
  3. Se procede a recortar una parte del estómago, usando aparatos de sutura mecánica.
  4. Los segmentos se unen, usando grapas de un material biocompatible.
  5. Luego es extraída la parte restante del estómago.
  6. Por último, se retiran el laparoscopio y demás instrumentos y se suturan las incisiones.

El proceso puede demorar de una hora a una hora y media. Al finalizar, se traslada al paciente a la sección de reanimación y después a recuperación.

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El estómago tiene una capacidad natural que es reducida cuando se practican estas cirugías.

¿Cómo prepararse para una gastrectomía tubular?

Para comenzar, debe realizarse un estudio clínico del paciente. Esto implica valorar el estado de salud general, identificando posibles factores de riesgo.

En caso de considerarse necesario, deberá acudir a consulta con algún especialista: endocrinólogo o cardiólogo, entre otros. Los exámenes preoperatorios incluyen radiografía de tórax, electrocardiograma y ecografía abdominal. También puede requerirse una prueba funcional respiratoria.

Es oportuno señalar que solo se aprobará la intervención después de las evaluaciones y de comprobar que el paciente ha intentado bajar de peso por distintos medios sin conseguirlo.

En las semanas previas a la cirugía es posible que la persona tenga que iniciar un programa de actividad física y que modifique ciertos hábitos, como el consumo de tabaco. También podría haber restricciones con respecto a la comida y suspensión de medicamentos.

Cuidados tras la gastrectomía tubular

Después de la gastrectomía tubular, mientras el paciente está en recuperación, se realizarán aún algunas pruebas para evaluar el funcionamiento gastrointestinal. Al día siguiente, ya el paciente podrá levantarse para hacer su higiene personal. El alta suele darse entre el tercer o cuarto día.

Con respecto a la alimentación, a partir del segundo día el paciente podrá comenzar ingerir líquidos. Gradualmente irá incorporando purés y comidas blandas, pero evitando el azúcar.

Aproximadamente entre el primer y el tercer mes tras la operación podrá volver a su dieta regular. Claro que esta progresión depende de la adaptación y la tolerancia de cada persona.

Por otra parte, se recomienda comenzar una rutina de ejercicios. Primero suave, controlada, incrementando progresivamente, aunque sin llegar a constituir un esfuerzo intenso.

Consejos con respecto a la alimentación

Es muy importante que la persona se acostumbre a la capacidad de su estómago. Esto significa que debe comer menos y, además, masticar bien y pausadamente.

En general, se recomienda incorporar más verduras y frutas a la dieta, así como proteínas magras y mucha fibra. Hay que evitar las grasas, los dulces, las frituras y las bebidas carbonatadas.

En los primeros días, la dieta será estrictamente líquida y luego podrá ser sólida. Pero por lo general, se aconseja no ingerir líquidos durante la comida, ni media hora antes o después.

La comida puede fraccionarse en 4 o 5 tomas al día. Si el desayuno es escaso o muy temprano, también se permite una colación a media mañana.

Y siempre se debe comer poca cantidad. De hecho, los primeros días solo se toleran un máximo de 3 o 4 cucharadas.

Beneficios y ventajas del procedimiento

Los resultados de la gastrectomía tubular son positivos en cerca del 70 % de los casos. Se estima que la persona puede perder más de la mitad de su peso, aunque esto no ocurre de inmediato, sino en un plazo de 2 años.

Además, con la intervención se puede lograr una mejoría en otros aspectos. Particularmente, incide de manera positiva en el riesgo de enfermedades asociadas con la obesidad, tales como hipertensión arterial, colesterol alto, cardiopatías, diabetes tipo 2 y apnea obstructiva del sueño.

Comparada con otros procedimientos, es más efectiva que el bypass, aunque sus riesgos son un poco mayores que los de la banda gástrica. No obstante, la manga gástrica tiene la desventaja de ser irreversible, pues se elimina una parte del estómago que ya no se puede volver a colocar.

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Entre las cirugías bariátricas, la gastrectomía tubular aparece como la más efectiva, aunque es irreversible.

¿A quiénes se recomienda la gastrectomía tubular?

De manera muy especial, la manga gástrica está indicada en personas con problemas de sobrepeso que no han logrado resultados positivos con dietas y diversos abordajes.

Entre los potencialmente elegibles para realizar el procedimiento están las personas que se encuentran en algunos de los siguientes casos:

  • Índice de masa corporal (IMC) entre 35 y 40, que presentan diabetes, hipertensión arterial o enfermedades del corazón.
  • Obesidad mórbida: IMC superior a 40.
  • Obesidad extrema: IMC superior a 50.

Riesgos y complicaciones

Como todo procedimiento quirúrgico, en la gastrectomía tubular hay posibles riesgos, aunque los mismos se consideran bajos o moderados. Las complicaciones más frecuentes son las siguientes:

  • Sangrado en el estómago o en la cavidad peritoneal.
  • Infección en alguno de los puntos de incisión.
  • Fuga del contenido gástrico, pese a la sutura.
  • Reflujo gastroesofágico.
  • Malnutrición.
  • Estreñimiento.
  • Hernias.

La cirugía necesita compromiso del paciente

La flacidez de la piel posterior a una gastrectomía tubular puede corregirse mediante cirugía estética (por ejemplo, abdominoplastia). Sin embargo, también se tiene la alternativa de ejercitar.

En general, para la mayoría de las personas que atraviesan esta operación no resulta complicado adaptarse al nuevo tamaño de su estómago y comer poco. Todo esto se traduce en calidad de vida.

Pero esto no ocurre de la noche a la mañana o sin esfuerzo. Hay una cierta cantidad de pacientes que no consiguen cambiar de hábitos. Por ende, es posible que no pierdan suficiente peso.


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