Hemorragia: ¿qué es y cómo detenerla?

Cualquier accidente puede devenir en una hemorragia, es decir, una pérdida de sangre importante. La acción inmediata es fundamental: ¿qué debemos hacer en estos casos?
Hemorragia: ¿qué es y cómo detenerla?
Maricela Jiménez López

Revisado y aprobado por la médico Maricela Jiménez López.

Última actualización: 06 julio, 2023

Una hemorragia es la ruptura de vasos sanguíneos arteriales, venosos o capilares. Se trata de una situación grave y de urgencia, en la que se pierde una cantidad considerable de sangre de manera rápida.

Esta pérdida puede causar estragos en las zonas afectadas, o incluso puede conducir a la muerte. Por ende, en casos de lesiones con hemorragia, son importantes los primeros auxilios. Toda pérdida de sangre debe ser controlada cuanto antes.

Cuando se producen hemorragias, el propio organismo se encarga de reparar el vaso sanguíneo que se ha roto. Así, forma un «tapón» o coágulo en la herida, con el fin de que cese el sangrado.

Sin embargo, uno mismo puede ayudar a la formación de ese «tapón», prestando la asistencia en caso de que se presente una hemorragia. Por supuesto, el cuidado dependerá del tipo de hemorragia del que se trate.

Hemorragia externa

En las hemorragias externas, la sangre fluye directamente al exterior del cuerpo. El origen de la hemorragia se conoce gracias al aspecto de la sangre:

  • Venas: sangre oscura que fluye a gran velocidad.
  • Arterias: sangre roja que fluye rápidamente.
  • Capilar: fluye poco, propia de heridas superficiales que dañan los vasos sanguíneos cercanos a la superficie de la piel.

De todas ellas, las hemorragias venosas o arteriales son las más graves. Para frenar el sangrado, hay que apretar fuertemente de manera directa sobre la herida, si es posible con alguna tela, como se detalla en un trabajo de grado presentado en la Universidad de Zaragoza.

Si la herida es demasiado grande y no somos capaces de abarcarla con ambas manos, podemos realizar un vendaje de compresión, es decir, un torniquete. Para heridas graves, este método constituye una solución efectiva, según una investigación publicada en Emergencias.

Por otra parte, la elevación de la parte lesionada también reduce la hemorragia. Por ejemplo, si la pérdida de sangre tiene lugar en los brazos, hay que levantarlos por encima de la cabeza; si es en las piernas, estas deberán elevarse con la persona tumbada.

Esta simple acción dificulta la circulación de la sangre, ya que con esta posición hacemos que disminuya la velocidad del flujo. De esta manera, ayudamos a retrasar la pérdida de sangre masiva y las complicaciones que pueden aparecer con posterioridad al sangrado.

Hemorragia interna

Paciente en la unidad de cuidados intensivos.

En las hemorragias internas, la sangre no fluye al exterior del cuerpo, sino que se queda en el interior. Se trata de una emergencia médica grave, aunque eso depende de los órganos afectados.

Las causas más comunes son traumas, algunas enfermedades y complicaciones en terapias médicas. De acuerdo con una publicación de Manual Merck, las personas que sufren una hemorragia interna presentan los siguientes síntomas:

  • Mareos.
  • Pulso débil.
  • Palidez extrema.
  • Pérdida de sangre por boca, recto o vagina.
  • Hematomas en diferentes partes del cuerpo.
  • Si la hemorragia se produce en la zona del pecho, también puede presentar dificultad respiratoria.

Cuando el herido tenga estos signos, lo debemos tumbar horizontalmente, taparlo y tranquilizarlo. Resulta esencial controlar que la persona respire y tenga pulso. Asimismo, debemos asegurarnos de que no aparezcan signos de colapso o shock hipovolémico tales como sed, ansiedad, frío o taquicardia.

Torniquete: qué hacer y qué no hacer

Torniquete

Un estudio publicado por el Journal of the American Academy of Orthopaedic Surgeons afirma que el torniquete es un método efectivo para controlar las hemorragias externas. Sin embargo, es preciso saber que este solo debe realizarse en caso de que no podamos detener el sangrado al comprimir la herida.

Si llegara a ser necesario este tratamiento, debería hacerse de la siguiente manera:

  • Siempre se coloca por encima del foco sangrante, más o menos cuatro dedos por encima del borde de la herida.
  • Si es posible, debemos poner el torniquete sobre una zona almohadillada. Tiene que atarse en torno a una zona en la que palpemos hueso, para evitar lesiones nerviosas.
  • Hay que hacer una compresión fuerte.
  • Vigilar constantemente al herido y el aspecto de la lesión y el torniquete. El tiempo máximo de colocación de este recurso es de una hora y media o dos horas.
  • No se debe quitar el torniquete de forma rápida. Es preferible esperar a la ayuda sanitaria para que los profesionales valoren la herida.

A veces se utilizan objetos rígidos y alargados, como palos, a modo de molinete para hacer más presión con el torniquete. En este caso, introduciremos el palo en el nudo que hagamos con la tela y daremos vueltas hasta que el herido pierda la sensibilidad por la presión ejercida.

Finalmente, deberemos asegurar el palo sujetándolo con otra venda para evitar que el torniquete pierda fuerza. En esta publicación de MedlinePlus se muestra cómo realizarlo.

Llama a emergencias frente a cualquier hemorragia

Ante un accidente que cause este tipo de hemorragias, será necesario llamar de inmediato a urgencias. Mientras tanto, seguir los consejos descritos con anterioridad puede ayudar a estabilizar al paciente hasta que pueda ser atendido por profesionales.

En conclusión, una hemorragia es una urgencia médica que generalmente requiere la atención de un especialista. Su gravedad y sus consecuencias dependen de varios factores, como las características del paciente, la velocidad de pérdida de sangre, el volumen que se elimine, entre otros.

Si la hemorragia es externa, a veces basta con hacer un torniquete, como hemos visto. En cambio, cuando son casos graves, a menudo es necesario un tratamiento más drástico que nos ayude a detener el sangrado. Si es necesario recuperar la sangre perdida, se suele recurrir a una transfusión sanguínea.


Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.



Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.