Hierba de carmín: propiedades, usos y contraindicaciones
Revisado y aprobado por la farmacéutica Franciele Rohor de Souza
La hierba carmín (Phytolacca americana) es una planta herbácea que se encuentra en diversas zonas de América del Norte, América del Sur, Europa y Asia. También se conoce como «hierba mora americana» o «raíz de cáncer», y se ha empleado con fines medicinales y culinarios.
Pese a esto, se determinó que algunas partes del arbusto tienen componentes tóxicos, que solo se eliminan a través de un riguroso proceso de cocción. Por lo anterior, es necesario emplearla con precaución y considerar previamente sus posibles efectos secundarios. Para saber más al respecto, te invitamos a seguir leyendo.
Propiedades de la hierba de carmín
De acuerdo con datos históricos, la hierba de carmín fue la base de los remedios que empleaban los nativos americanos para promover el vómito, purgar el cuerpo y combatir los síntomas del reumatismo. Incluso, hasta la fecha, algunas culturas le siguen dando estas aplicaciones.
Al parecer, su popularidad se remonta a un libro llamado King’s American Dispensary, escrito a finales del siglo XIX, en el cual se habla del potencial de la planta para tratar las enfermedades de la piel y el dolor en las articulaciones. Aún así, en la actualidad las evidencias son bastante limitadas. ¿Qué se sabe al respecto?
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Compuestos de la hierba de carmín
Fuentes como “Germplasm Resources Information Network (GRIN)” y “Chinese herbal medicine. Materia medica” exponen que la hierba de carmín cuenta con una amplia variedad de compuestos químicos con potencial farmacológico. Los constituyentes más destacados son los siguientes:
- Fitolaccosida A, B, C, D, E, F, G.
- Fitolaccagenina.
- Ácido jaligonico, ácido esculentico, ácido fitolaccagenico y ácido oleanólico.
- Alcoholes triterpénicos: α-espinasterol , α-spinasterol-β- D glucósido, 6-palmitílico-Δ7-estigmasterol-Δ- D glucósido, 6-palmytityl-α-spinasteryl-6- D glucósido.
- Astragalina.
- Lectinas.
- Taninos.
- Almidón.
- Proteína PAP-R.
Ahora bien, se ha declarado una amplia variedad de propiedades para la salud, pero no hay ensayos clínicos confiables que evalúen su efectividad. En cualquier caso, se dice que tiene actividad antirreumática, antitumoral, antiinflamatoria, analgésica y emética.
Posibles beneficios y usos de la hierba de carmín
Pese a la información que habla de la toxicidad de la hierba de carmín, algunas culturas siguen defendiendo su uso como coadyuvante contra enfermedades como la amigdalitis, la laringitis, el acné, la sarna, algunos tipos de tumores y el SIDA. ¿Existen evidencias al respecto?
Por ahora, la planta ha exhibido algunos beneficios medicinales en estudios de laboratorio y animales. No obstante, faltan estudios de sus efectos en humanos. Se cree que la proteína antiviral de hierba carmín (PAP) sería la responsable de muchas de sus propiedades. Aún así, no hay total certeza.
1. Enfermedades bucales
Los extractos de Phytolacca americana se han investigado como posibles complementos para prevenir las enfermedades dentales. En particular, un estudio de laboratorio divulgado en BMC Complementary Medicine and Therapies determinó que la planta tiene componentes antibacterianos que ayudan a cuidar la salud oral.
En concreto, inhibe las enzimas importantes en bacterias como Porphyromonas gingivalis y Streptococcus mutans, responsables de las enfermedades inflamatorias periodontales y las caries dental. De todos modos, se requieren más evidencias.
2. Amigdalitis
Una amplia variedad de remedios homeopáticos para calmar los síntomas de la amigdalitis contienen trazas de hierba de carmín.
Se presume que, en conjunto con otros ingredientes naturales, lubrica la membrana mucosa de la garganta y disminuye el dolor y la inflamación. Pese a esto, no hay ensayos clínicos que lo comprueben.
3. Trastornos de la piel
Sin duda, una de las principales aplicaciones de la hierba de carmín tiene que ver con las afecciones de la piel. En la medicina popular, se emplea como aliado contra la psoriasis, el eccema y la tuberculosis del cuello.
Sus propiedades antiinflamatorias serían las encargadas de disminuir la hinchazón y el dolor en estas condiciones.
No obstante, paradójicamente, el contacto directo con la raíz, el tallo o las hojas de la planta puede provocar erupciones ampollosas similares a las de la hiedra venosa. Por ello, debe emplearse con precaución. Los estudios al respecto son bastante pobres y desactualizados.
4. Tumores cancerosos y SIDA
Ni la hierba de carmín ni otros suplementos herbales pueden curar afecciones crónicas como el cáncer o el VIH/SIDA. Pese a las afirmaciones populares sobre sus beneficios, y a las conclusiones de algunos ensayos clínicos, no debe usarse como tratamiento en estas enfermedades.
Ahora mismo, la evidencia sugiere que los extractos de la planta son prometedores para diseñar -a futuro- fármacos que apoyen el tratamiento de estas condiciones. Por ejemplo, un estudio divulgado en Phytotherapy Research determinó que los extractos de Phytolacca americana puede actuar contra las células de cáncer de colon al modificar la expresión génica.
Entre tanto, a través de la revista Toxins se informó que la PAP -presente en la hierba de carmín- tiene potencial para convertirse en una inmunotoxina. Dicho de otro modo, podría estimular la actividad de las células inmunitarias para que respondan ante la presencia de tumores o células.
5. Otros usos no comprobados
Gran parte de las aplicaciones medicinales de la hierba de carmín provienen de datos anecdóticos. Es decir, no hay estudios que respalden que tenga algún nivel de efectividad. A su vez, se desconoce cómo hacer una administración segura de sus extractos o complementos. ¿Cuáles son esos usos?
- Artritis reumatoide.
- Dolor óseo debido a la sífilis.
- Alteraciones gastrointestinales.
- Infecciones.
- Mastitis.
- Fibromas.
- Acné.
- Tiroides agrandada.
Riesgos y contraindicaciones
Todas las partes de la hierba de carmín se consideran tóxicas. Las bayas son las más venenosas, sobre todo cuando están verdes. En concreto, concentran una sustancia llamada «fitolacina» que irrita el sistema digestivo tanto en humanos como en animales. Su consumo puede causar los siguientes efectos adversos:
- Calambres y cólicos abdominales.
- Sensación de ardor en la boca, la garganta y el esófago.
- Diarrea y vómitos.
- Dificultad para respirar.
- Mareos o aturdimiento.
- Dolor de cabeza.
- Alteraciones del ritmo cardíaco.
Asimismo, si la planta entra en contacto con piel lesionada, ocasiona síntomas similares. El contacto directo con Phytolacca americana provoca en algunas personas dermatitis de contacto. En casos graves, la intoxicación con la planta conlleva a las siguientes complicaciones:
- Convulsiones.
- Diarrea y vómitos con sangre.
- Parálisis respiratoria.
- Muerte (raros casos).
Muchas tiendas herbolarias distribuyen suplementos y productos naturistas que contienen hierba de carmín. No obstante, la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos (FDA) no ha aprobado su uso ni ha evaluado su seguridad.
Se advierte, además, de posibles interacciones con fármacos como anticoagulantes, antihipertensivos y diuréticos. No se recomienda para mujeres en estado de embarazo, niños o personas con alguna condición especial de salud.
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Presentaciones y dosis de la hierba de carmín
¡Ojo! No se han definido pautas sobre el uso seguro de la hierba de carmín y sus derivados. Por regla general, hay que evitar el contacto y la ingesta de la planta fresca. Debido a esto, los suplementos se distribuyen a modo de tinturas, extractos, cápsulas, aceite y ungüentos.
A la hora de adquirirlos, hay que considerar que no están regulados por la FDA. Los fabricantes suelen establecer una dosis sugerida en el empaque del producto. Por ningún motivo se debe exceder su consumo.
¿Qué hay que recordar sobre esta planta?
La Phytolacca americana se ha empleado en la medicina tradicional como complemento para mejorar la sintomatología de algunas enfermedades. Sin embargo, en la actualidad se advierte de los riesgos que implica su uso debido a su contenido de compuestos tóxicos.
No hay evidencias concretas que demuestren su eficacia como remedio medicinal. Por eso, no debe sustituir ningún tratamiento médico. Las mujeres embarazadas, los niños y las personas con alguna enfermedad de consideración deben evitar su uso.
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