¿Huele mal tu lavabo? Prueba esto antes de llamar al plomero

Entras a tu baño y percibes un olor a cañería que no consigues neutralizar ni con el mejor aromatizante. Descartas que el problema tenga su origen en la ducha o el inodoro, y te das cuenta de que viene del lavabo. Aunque a simple vista se ve limpio, despide un aroma desagradable que te recuerda a los desagües sucios o al agua estancada.
¿Qué puede estar pasando? En la mayoría de los casos, el desgaste y la acumulación de suciedad en el sistema de drenaje explican este problema. Uso tras uso, los restos de pasta dental, jabón, cabellos y otras partículas se van pegando del trayecto, creando un entorno en el que las bacterias y el moho consiguen proliferarse.
Además, puede provenir de fallos en la instalación, pequeños espacios en los sellos de las uniones o la falta de uso, que provoca que se seque la trampa de agua y suban olores residuales. Por fortuna, no siempre tendrás que recurrir al plomero para solucionarlo. Antes de esto, puedes probar los siguientes trucos caseros.
1. Deja correr el agua
Si el lavabo huele mal tras varios días sin darle uso, lo primero que puedes probar es dejar correr el agua por algunos minutos. Así te aseguras de que la trampa o “U-trap” esté bien llena. Si solo era sequedad en esta parte del desagüe, el agua formará ese sello y adiós problema.
Pero si el olor persiste, entonces tendrás que asegurarte de que la tubería no esté inclinada hacia enfrente, y revisar las uniones en busca de manchas húmedas, grietas en el sifón o cerca de los bordes, ya que ahí suelen filtrarse gases.
2. Haz una limpieza interna
La tubería de los lavabos tiene el entorno perfecto para el crecimiento de microorganismos que despiden malos olores, como hongos y bacterias. Por esta razón, es importante que le des una limpieza periódica con productos como el bicarbonato de sodio y el vinagre blanco, que desprenden los residuos a su paso y, a su vez, se deshacen del mal olor.
Lo primero que debes hacer es introducir media taza de bicarbonato por el desagüe. Deja que actúe de 8 a 10 minutos y, en seguida, viértele una taza de vinagre blanco. La mezcla de ambos genera un efecto burbujeante que facilita la limpieza. Para terminar, solo debes enjuagar con una buena cantidad de agua caliente. Si vives en una zona con aguas duras o mucha cal, repite cada 15 días.
3. Usa un desatascador de ventosa
Si ya has probado la limpieza y el olor sigue presente, puede ser que haya una obstrucción más abajo de lo que puedes ver. ¿Crees que es el caso? Intenta probar un desatascador de ventosa, que funciona cuando hay pequeños taponamientos. Si tienes habilidad y cuidado, desmonta el sifón bajo el lavabo, límpialo bien y vuelve a armar con las juntas ajustadas.
Si notas que sale agua negra o trozos de residuos, ahí estaba el problema.
4. Prueba con café molido
El aroma del café, sumada a su textura porosa, tiene la capacidad de absorber y retener las partículas que causan mal olor. Por eso, es uno de los desodorizantes naturales más recomendables, incluso para malos olores de lavabo. Eso sí, debes utilizarlo con precaución para que no genere taponamientos indeseados.
En este caso, puedes agregar café molido al desagüe, dejar actuar unos minutos y, por último, enjuagar con una buena cantidad de agua caliente.
5. Limpia el bote sifónico
Debajo del lavado suele haber una tapa redonda de PVC que se llama bote sifónico. A veces esta acumula aguas residuales que causan olores desagradables. Si crees poder removerla, cierra la llave de paso, retira el elemento y lava bien con agua caliente, jabón y un desinfectante (lejía, por ejemplo).
6. Revisa las tuberías
Ten por seguro que si el agua del lavabo no baja rápido, presenta burbujas al drenar o ruidos extraños, algo no va bien. Lo mismo ocurre si, a pesar de limpiar con frecuencia, el mal olor reaparece cada pocos días. Inspecciona las partes externas y revisa si hay alguna fuga o señal de mal estado. Pero aun si no las ves, contacta a un profesional para una revisión más profunda.
Hay cosas que agravan el problema
Hay algunos remedios que, lejos de desatascar las tuberías del lavabo, pueden empeorar el problema. Los aceites y materiales pegajosos se adhieren de la superficie y pueden generar obstrucciones y olores indeseados. Además, algunos destapacaños químicos tienen fórmulas agresivas que dañan las juntas o los desagües viejos.
Si estás teniendo este problema en casa, tómalo con calma y evita medidas desesperadas. El olor a cañería rara vez es invencible y suele mejorar con la localización del origen y una limpieza profunda. A menudo, puedes resolverlo sin tener que contactar al profesional; pero si no mejora, ten presente que aún puedes acceder a otras soluciones más profundas.
Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.