Insomnio tecnológico: ¿de qué se trata?
Escrito y verificado por el médico Leonardo Biolatto
Se conoce como insomnio tecnológico al trastorno del sueño que ocurre vinculado al uso de tecnología, sobre todo móvil, con pantallas. Podemos incluir aquí a los smartphones, las tablets y las notebooks, principalmente, estando en segundo lugar los televisores.
Esta sola definición ya nos pone en guardia a la mayoría de nosotros. Es muy raro que escapemos a la costumbre de realizar un último chequeo en el teléfono móvil antes de dormirnos. El problema es que ese chequeo tiende a exagerarse, y pasa de unos cinco minutos a una hora o más.
Internet y las redes sociales siempre ofrecen algo más para mantenernos conectados. Un mensaje trae un link, una página nos sugiere un vídeo o nos ponemos al día con lo que teníamos que responder y que no pudimos por el trajín cotidiano.
Cuando queremos parar ya ha pasado demasiado tiempo, y se nos reducen las horas totales de sueño efectivo. Si el ciclo no se detiene y se repite de manera constante, el cuerpo empieza a fallar en sus funciones.
El problema de los trastornos del sueño, en general, es bastante frecuente. Se estima que un cuarto de la población padece alguna alteración del sueño, y hasta la mitad puede referir algún tipo de problema para dormirse inmediatamente al estar en la cama. En cuanto al insomnio tecnológico, posiblemente un tercio de los menores de 18 años se ve afectado.
La cuestión es que un mal descanso repercute al día siguiente durante la vigilia. Somos menos productivos, menos eficaces, más lerdos en nuestros reflejos y, por ende, más peligrosos al realizar acciones como conducir.
Insomnio común o insomnio tecnológico
El insomnio existe como trastorno del sueño hace muchos siglos. Y, a pesar de su vejez, sigue siendo un problema prevalente. Hasta el 10% de la población adulta sufre insomnio crónico, es decir, que a diario experimenta problemas para conciliar el sueño. Entre los niños, hasta un tercio de ellos poseen hábitos de sueño que no son saludables.
En el insomnio común hay distintos factores y causas. Lo más habitual es que se vincule el problema a un trastorno de ansiedad, estrés o una mala higiene del sueño. El insomnio tecnológico, en cambio, tiene una causa puntual: la tecnología de las pantallas.
Su aparición es más o menos reciente porque la introducción masiva de la tecnología también es reciente, sobre todo con la masificación de los smartphones. Al poder llevar los celulares móviles a todos lados, incluso hasta la cama misma, no podemos desprendernos de estos aparatos.
Dentro del insomnio tecnológico podemos distinguir dos formas de tecnología capaces de generarlo. Sin embargo, cada una de ellas no produce la misma cantidad de efecto:
1. Pasiva
La tecnología pasiva de pantallas es, por ejemplo, el televisor. Se denomina así porque no requiere una interacción asidua del espectador. Es posible prender el televisor, poner un canal y dejarlo fijo para mirarlo por horas. La pantalla estimula el cerebro, pero a una distancia mayor que una tablet, por ejemplo.
2. Activa
Es la tecnología que busca interacción a través de la pantalla. Los videojuegos en línea son el ejemplo por antonomasia. El estímulo que provocan en la retina y en el cerebro es extremo, activando muchas áreas y propagando luz azul a los ojos de forma ininterrumpida. Las redes sociales tienen un efecto parecido, sobre todo de estímulo cerebral por la interacción que representan.
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El problema de la luz azul
Las pantallas tecnológicas emiten una radiación conocida como luz azul. Se ha comprobado científicamente que esa luminiscencia es capaz de alterar la secreción de hormonas corporales, como la liberación de melatonina.
La melatonina es una sustancia clave para el ciclo circadiano de sueño y vigilia. Cuando la luz escasea en el ambiente, nuestro organismo libera la hormona para que tengamos sueño y nos acostemos a descansar. Es un mecanismo de defensa para mantener las funciones vitales en su estado óptimo.
Las pantallas, al inhibir la melatonina, interfieren con el ciclo de sueño y vigilia. A la hora de dormir, en lugar de suceder lo que sería natural, las pantallas nos informan que hay que permanecer despiertos. La luz de la tablet o del smartphone golpea en la retina, se envía una señal neurológica al núcleo supraquiasmático del encéfalo y se detiene la síntesis de melatonina.
Ante la repetición del estímulo, se empieza a retrasar el ciclo circadiano. Nuestro cuerpo cree interpretar que la luz es constante y que hay que estar despiertos la mayor cantidad de horas posible. Pero no es así. Los órganos siguen requiriendo descanso para su correcto funcionamiento.
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Recomendaciones para evitar el insomnio tecnológico
Es importante que tomemos algunas medidas simples para reducir el problema de insomnio tecnológico. Tanto si ya lo padecemos, o si notamos los primeros síntomas, la aplicación de estos consejos será de utilidad para detener el proceso:
- Brillo bajo: deberíamos bajar el brillo de las pantallas cuando atardece y va anocheciendo, para atenuar su efecto sobre la melatonina.
- Evitar la electrónica antes de dormir: sería ideal crear una rutina donde los aparatos tecnológicos queden fuera de nuestro alcance la hora antes de acostarnos.
- Quitar los dispositivos con pantalla de la habitación: en línea con el consejo anterior, también sería ideal que alrededor de nuestra cama no existan pantallas que podamos utilizar. Su mera presencia generará la ansiedad de poner nuestros ojos frente a ellas.
- Activar modos nocturnos: varias aplicaciones han implementado los modos oscuros o modos noche para que el brillo de las pantallas sea más leve y el fondo se haga negro. La intención de estos modos es disminuir el efecto que venimos comentando.
- No compensar con medicación: si padecemos insomnio, independientemente del caso, una mala decisión es iniciar la toma de fármacos para dormir sin consulta médica. Podríamos estar añadiendo un problema más, en lugar de solucionarlo.
En definitiva, debemos ser más conscientes de esta situación y tomar medidas para evitarla. Aunque en un principio puede parecer inofensivo, el insomnio tecnológico puede conducir a otros problemas de salud física y mental.
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