¿Cuál es la diferencia entre hacer el amor y tener sexo?

Hay encuentros sexuales que resultan una experiencia de afecto y ternura, por encima de todo. Otros, son ardientes y no interesa más que la satisfacción. Te contamos cómo diferenciarlos.
¿Cuál es la diferencia entre hacer el amor y tener sexo?
Bernardo Peña

Revisado y aprobado por el psicólogo Bernardo Peña.

Escrito por Equipo Editorial

Última actualización: 06 diciembre, 2023

Tener sexo no es sinónimo de estar enamorado. Esa es la razón por la que podemos ver personas que tienen sexo, pero no mantienen una relación de pareja. A su vez, también hay parejas que hacen el amor porque están enamoradas. Entonces, tener sexo y hacer el amor no siempre son lo mismo.

Las relaciones sexuales no tienen siempre el mismo motivo ni persiguen el mismo fin. Por esta razón, hay que tener muy en claro lo que queremos hacer y con quién. La línea parece nítida, pero a la vez es difusa.

Por esto mismo, aun cuando intentamos intuir la respuesta, nos preguntamos sobre la diferencia entre hacer el amor y tener sexo. En este artículo, veremos algunas distinciones básicas entre ambos conceptos.

Diferencias entre hacer el amor y tener sexo

Las opiniones y los debates en torno al tema abundan. Lo cierto es que no existe una «verdad universal» que podamos aplicar a todos los casos. Por ende, la respuesta puede variar según la persona y las circunstancias. Sin embargo, hay ideas que todos hemos escuchado, discutido o compartido en alguna ocasión.

Por lo general, hacer el amor responde al deseo de tener intimidad con una persona que lo inspira, más allá de lo físico. Por esto mismo, tendemos a asociarlo con un acto especial, significativo y trascendental. Implica una expresión de amor que puede, incluso, aumentar las probabilidades de tener un orgasmo.

A su vez, tener sexo responde a una necesidad fisiológica. Es un instinto que no siempre requiere expresar cariño o tener interés por la otra persona por fuera de lo sexual. Su objetivo es la gratificación o el placer y puede ocurrir con distintos individuos. Por lo general, es catalogado como sexo casual.

En suma, hacer el amor y tener sexo no son lo mismo. Al tener sexo puede haber química sexual, pero eso no significa que exista conexión. Por eso, existe algo que influye de manera decisiva entre ambos: los sentimientos.

Hacer el amor implica tener relaciones sexuales porque hay un vínculo afectivo que prevalece sobre el deseo sexual. Esto quiere decir que hay involucradas emociones más allá del deseo físico. En cambio, tener sexo solo involucra satisfacer ansias.



Elementos importantes para encontrar la diferencia

Existen puntos clave para diferenciar cuándo las relaciones sexuales tienen como base el sentimiento y cuándo son solo asunto de darle placer al cuerpo. Por supuesto, no son verdades absolutas, sino aspectos generales que vale la pena tener en cuenta.

1. La gratificación

Hacer el amor implica alcanzar el placer mutuo y pensar en cómo satisfacer a la pareja. También, en lo mucho que se le quiere, entre otras cuestiones afines. Esto quiere decir que el deseo sexual no suspende los pensamientos ni los sentimientos hacia esa persona. 

En cambio, al tener sexo, el objetivo es la autogratificación, sin importar qué tan complacida esté la otra persona o cuáles puedan ser sus deseos y expectativas para el presente o el futuro. Es decir que, por lo general, prevalece el placer sexual propio.

2. El lenguaje

Al hacer el amor puede haber más sensualidad, porque existe una apuesta al juego previo o foreplay, al cariño y a las caricias mutuas. La delicadeza de gestos y palabras tiene un rol importante antes de alcanzar la penetración.

A diferencia de esto, cuando tenemos sexo, solo hay respuestas al tacto, la excitación que genera y las ganas de alcanzar el orgasmo. No es necesario que haya cariño ni todo un ritual en torno al encuentro sexual.



3. El tiempo

Para hacer el amor es necesario invertir tiempo en seducir y acariciar a la otra persona para que se sienta querida y deseada. Como mencionamos, el juego previo es importante. También lo es compartir con esa persona después de haber alcanzado el orgasmo.

Por lo general, quienes hacen el amor luego hablan sobre sus sentimientos y conexión. De hecho, este comportamiento después de la actividad sexual promueve la satisfacción de los vínculos íntimos, como mencionan en Archives of Sexual Behavior.

En cambio, cuando solo hay sexo, cualquier momento o circunstancia son buenos y todo acaba con el orgasmo. No se dedica mucho tiempo a las caricias o al juego previo. Además, a pesar de que hay personas que tienen sexo y mantienen una conversación después, esta suele ser sobre temas no relacionados con la relación.

4. Las expectativas

Las parejas que hacen el amor comparten expectativas, sueños y planes de vida a futuro. Aspiran a continuar sus caminos juntos y pueden intercambiar puntos de vista en la cama sobre cualquier tema; no solo sus sentimientos.

Por el contrario, quienes practican sexo no tienen ni buscan más compromisos. Su intención es desvestirse, satisfacerse y volverse a vestir para seguir con su vida, sin atarse a ningún plan más que el propio.

¿Es mejor hacer el amor o tener sexo?

En general, tener relaciones sexuales tiene beneficios para nuestra salud física y mental. Por eso, la respuesta a esta pregunta depende de lo que busquemos. De hecho, The Canadian Journal of Human Sexuality sugiere que tanto los contextos casuales como los contextos de relación pueden brindar satisfacción sexual y emocional.

Como mencionamos, la conexión emocional puede influir para llegar al orgasmo y mejorar la satisfacción sexual, pero también puede generar compromisos y uniones indeseadas. Por eso, hacer el amor y tener sexo pueden tener sus ventajas y desventajas, de acuerdo con los intereses de cada persona.

Así, lo principal es decidir si queremos que intervengan nuestros sentimientos o no. Es importante diferenciar ambos conceptos en una relación para evitar que la confusión dañe a alguno de los implicados. En síntesis, debemos tener en claro los siguientes puntos:

  • Lo ideal es que siempre ambas personas estén de acuerdo en lo que van a hacer. Por eso, es primordial conversar sobre el tema.
  • En ocasiones, una de las personas apuesta por los sentimientos, mientras la otra solo busca satisfacer el cuerpo, sin darle ningún significado profundo al acto. Esto se puede prevenir conversando antes sobre sus objetivos.
  • Entre tener sexo y hacer el amor no hay uno que sea mejor o peor que el otro, ya que todo varía según las personas y las circunstancias.
  • Comprometerse o no a la hora de un encuentro íntimo debe ser una decisión consciente que merece respeto.

La importancia de diferenciar hacer el amor y tener sexo

Como mencionamos, es importante destacar que cada persona puede tener una percepción diferente. Hay quienes disfrutan más de tener sexo casual o con pocas emociones de por medio y quienes prefieren compartir sentimientos al hacer el amor.

Lo importante es que, si no está claro cuál es el objetivo del acto, alguien puede enamorarse, desconociendo que no hay nada más allá del orgasmo. Por eso, para cuidar las emociones, debemos saber cuál es la diferencia entre hacer el amor y tener sexo y dejarla en claro en nuestras relaciones.


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