¿Qué es la lluvia dorada?
Escrito y verificado por la filósofa Isbelia Esther Farías López
La lluvia dorada es la expresión coloquial de lo que se conoce como «urolagnia» o «urofilia». Se trata de una parafilia o fetichismo sexual relacionado con la orina. Aunque puede parecer poco atractivo para muchas personas, es algo habitual y placentero para otras.
Como se sabe, en torno a las relaciones íntimas existen cientos de posturas y también fantasías que provocan diferentes sensaciones. Hay quienes se excitan con besos o con otro tipo de juegos. Pero también están aquellos que se encienden con elementos alternativos, como es la orina.
A continuación, vamos a ir un poco más allá, para entender por qué hay quienes se animan a incorporar esta práctica a su vida sexual. Además, cómo debe hacerse y qué riesgos conlleva.
¿A qué se llama lluvia dorada?
La lluvia dorada es una parafilia, o práctica sexual fuera de lo convencional, en las que se logra el placer orinando o dejándose orinar por el compañero íntimo. Como hemos señalado, este término es una forma poética de nombrar a la urolagnia o urofilia. Solo se diagnostica como un trastorno cuando es recurrente y provoca angustia o deterioro del funcionamiento.
Puede ser común en las parejas que practican sexo sadomasoquista, aunque no se limita solo a ellas. Su base es el juego de roles. Y, a partir de él, uno de los dos miembros toma un papel dominante y el otro adopta una posición sumisa, desde la cual recibe órdenes o, en este caso, la orina del compañero.
Para algunas personas resulta satisfactorio sentir la orina caer por la piel o, por el contrario, orinar sobre el rostro o los genitales de su pareja. Aunque también, saborearla, ver miccionar a otros, orinar en público o introducir objetos en la uretra o la vejiga puede excitarlas, como indica la Revista Internacional de Andrología.
¿Por qué causa placer?
En el sexo, las alternativas parecen infinitas y es frecuente que uno se sorprenda cuando hay algo nuevo por conocer. En este caso, la lluvia dorada se interpreta como un acto de liberación y dominación con el que satisfacer el deseo erótico para alcanzar el placer.
Por lo general, las parafilias aparecen como una necesidad de gratificación inmediata, de búsqueda de riesgos y percepciones, causada por la personalidad, las relaciones familiares o el entorno. De esta forma, su práctica puede brindar una poderosa sensación de emociones positivas y eliminar aquellas no deseadas, como tristeza o ansiedad.
En el caso de la urofilia, ya que se trata de un acto en el que se comparten fluidos, generaría intimidad y satisfacción. Asimismo, con esta rutina, es posible incorporar al placer de los encuentros sexuales esa agradable sensación que se tiene al orinar después de «haberse aguantado» durante un tiempo.
Riesgos de la lluvia dorada
Pese a que es una práctica que muchos podrían considerar como natural, la realidad es que un fetiche como la lluvia dorada acarrea algunas posibles complicaciones. Entre ellas, el riesgo de contagiarse y transmitir enfermedades.
Existe la posibilidad de que la persona portadora de un virus también tenga una infección urinaria que provoque sangre. Así, podría transmitir la enfermedad al orinar. Aunque es raro, otros riesgos de la lluvia dorada incluyen que una persona infecte a la otra si el líquido se rocía en la boca, los ojos o una herida abierta.
También pueden exponerse a bacterias presentes en esta secreción, más aún si el acto implica tragarla, ya que la orina no es estéril a pesar de muchas creencias. Por eso, aunque los participantes estén sanos, su pis contiene una amplia variedad de microorganismos.
De igual modo, se corre el riesgo de contraer distintos tipos de hepatitis. Tal y como advierte el Journal of Hepatology, es posible detectar el virus de la hepatitis E en la orina de un paciente enfermo, lo cual puede suponer un riesgo de infección.
¿Cómo practicar la lluvia dorada?
Como se dijo, las personas que tienen entre sus preferencias la práctica de la lluvia dorada sienten excitación por la orina en sí, incluso se atreven a saborearla. Y, si bien nada está prohibido, salvo que se orine en público, quienes están alrededor no deben verse afectados por las elecciones sexuales individuales.
En caso de que estén de acuerdo y quieran practicar la lluvia dorada en el sexo, es importante elegir de forma adecuada el lugar en el que se hace, ya que este podría quedar mojado. Los menos osados eligen llevarla a cabo al tener sexo en la ducha. De esta manera, el fluido se limpia enseguida con el agua del baño y se evitan situaciones incómodas.
Por su parte, otros prefieren hacerlo en el piso o sobre superficies fáciles de lavar y secar. No obstante, la cama o algunos muebles pueden deteriorarse si se les somete de forma periódica a esta práctica sin unos mínimos cuidados previos, como cubrirlos con algún material impermeable. Incluso, la humedad puede acarrear la aparición de moho en colchones y almohadas.
Además, el aroma que desprende la orina puede lograr impregnar la ropa o el ambiente, algo que puede incomodar a los demás. Así que tal vez la cuestión resida en saber equilibrar los placeres íntimos con la convivencia.
Precauciones a tener en cuenta
La lluvia dorada es una práctica tan aceptable como cualquier otra en una relación entre adultos libres. Sin embargo, han de tomarse ciertas precauciones y consejos para realizarla de la forma más segura posible. Entre ellos, se encuentran los siguientes:
- Lleva a cabo esta práctica en la ducha mientras el agua corre.
- Conversa antes de practicar la lluvia dorada en el sexo para evitar incomodidad al momento de hacerla.
- Lava bien los genitales antes de hacerlo, para reducir la cantidad de bacterias. Sigue este mismo consejo de higiene después del sexo.
- Asegúrate de que ambos cuentan con un buen estado de salud y sean responsables, para evitar exponerse a riesgos innecesarios.
- Evita beber la orina para disminuir los riesgos y no rociarla sobre las heridas abiertas.
- Hazlo cuando estén sin ropa, para que no se impregne de los aromas y que tengan que lavarla después.
En la pareja, todo se basa en acuerdos
Como en todas las relaciones sexuales, y mucho más cuando se trata de cumplir ciertas fantasías eróticas, el consenso es lo primero. Si una persona no está de acuerdo, no va a resultarle agradable practicar la lluvia dorada en el sexo.
Por lo tanto, es fundamental que ambos miembros se encuentren del todo convencidos de lo que quieren hacer. De lo contrario, es preferible optar por otros juegos, posturas sexuales o innovaciones.
Recordemos que uno de los fines prioritarios del sexo es disfrutar y conectar con la pareja. Por ello, si queremos que la intimidad sea una experiencia positiva e intensa, la aventura consistirá en buscar y satisfacer aquellas inquietudes y deseos que los dos comparten.
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