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Cómo limpiar las hojas de tus plantas correctamente (sin dañarlas en el intento)

3 minutos
Una capa de polvo bloquea la luz y debilita tus plantas. Te explicamos cómo limpiar cada tipo de hoja (lisa, vellosa o pequeña) con el método adecuado.
Cómo limpiar las hojas de tus plantas correctamente (sin dañarlas en el intento)
Publicado: 19 noviembre, 2025 08:00

Limpiar el polvo de las hojas puede parecer una cuestión simplemente estética. En realidad, es un mantenimiento muy importante para que las plantas de interior crezcan sanas. Aunque parezca inofensiva, una capa de suciedad puede interferir con sus procesos vitales y ocasionarles enfermedades.

Ahora bien, no todas las hojas se limpian igual. El método de limpieza dependerá del tipo de hoja que posea la planta, ya sea grande y lisa, con vellos o muy pequeña. Te enseñaremos cómo hacerlo de forma que no las dañes.

Por qué es importante mantener las hojas limpias

El polvo en las hojas puede ser más perjudicial de lo que parece. Las hojas contienen poros (estomas) que actúan como sus pulmones y captan el oxígeno del aire. Si su superficie está cubierta de polvo, esos poros pueden obstruirse e impedir el intercambio de gases necesario para vivir.

A su vez, una capa de suciedad reduce la cantidad de luz que la planta recibe y la debilita. De más está decir que es el entorno ideal para que proliferen insectos como la araña roja.

Cómo limpiar según el tipo de hoja

Adapta la técnica y el producto que uses al tipo de hoja para evitar hacerles daño durante el proceso.

  • Suculentas y cactus: muchas suculentas poseen una capa protectora del sol que es brillosa y no debe quitarse. Usa un pincel muy suave para remover el polvo en los recovecos.
  • Hojas pequeñas y numerosas (como helechos o soleirolia): limpiar cada hoja por separado es imposible. La mejor solución es darle una ducha rápida en el fregadero. Usa agua templada y a baja presión para no dañar el follaje. Cubre el sustrato con una bolsa para que no se encharque.
  • Hojas vellosas (como violeta africana o begonia): este tipo de hojas no deben mojarse porque la humedad puede quedar atrapada entre sus vellos y causar pudrición. Usa un cepillo de cerdas suaves, como un pincel de pintura o una brocha de maquillaje, y retira el polvo con delicadeza.
  • Hojas grandes y lisas (como Monstera o Ficus): la limpieza manual es la más eficaz para este tipo de plantas. Humedece un paño de microfibra suave en agua tibia y sujeta la hoja por debajo con una mano mientras pasas el paño por la superficie con la otra. Ese apoyo evita que la hoja se rompa o se doble.
Solo cuando las hojas estén demasiado sucias o tengan plagas, puedes diluir unas gotas de jabón suave en agua templada y rociarla sobre la planta. Evita este método en las hojas vellosas y en las suculentas.

¿Con qué frecuencia se deben limpiar las hojas?

Aunque dependerá de la cantidad de polvo que haya en tu casa, una buena frecuencia es limpiarlas una vez al mes. También puedes hacerlo cuando pases un dedo sobre las hojas y veas que sale una capa de polvo.

¿Qué productos evitar?

En el intento por conseguir un follaje brillante, es fácil cometer errores y caer en el uso de productos inadecuados para las plantas. Evita los siguientes métodos.

  • Agua fría o caliente, para no provocar un choque térmico en la planta. Siempre usa agua a temperatura ambiente o tibia.
  • Abrillantadores comerciales, porque contienen aceites y siliconas que obstruyen los poros de las hojas que les ayudan a respirar y les impiden desarrollarse bien.
  • Remedios caseros (leche, mayonesa, cerveza o aceites), porque pueden atraer a las plagas y dejar residuos pegajosos difíciles de quitar, a pesar de que algunos consideren que poseen beneficios. Es mejor evitarlos.

La próxima vez que riegues, dedica unos minutos a observar tus plantas y limpiarlas en caso de que sea necesario. Además, puedes aprovechar el momento para remover las hojas muertas o amarillas. Repetirlo una vez al mes (o cuando notes polvo) ayuda a marcar una gran diferencia en su crecimiento y salud general.

Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.