La rejilla del desagüe es un criadero de bacterias: cómo desinfectarla en 4 pasos

La rejilla del desagüe suele acumular una capa viscosa que no es solo suciedad superficial. Se trata de un biofilm compuesto por grasa, restos de comida y microorganismos que se adhieren con fuerza y generan malos olores. Esta película pegajosa prospera en ambientes húmedos y cálidos, convirtiendo la rejilla en un foco de bacterias que no desaparece con un simple enjuague.
Para eliminarla de forma eficaz no se requieren productos químicos agresivos, sino una secuencia de pasos que actúe sobre cada tipo de suciedad. A continuación se enseña cómo limpiar el desagüe.
1. Desengrasar con agua caliente y jabón
Por su composición, el jabón de platos está formulado para disolver la grasa, que es el principal componente del biofilm. El agua caliente complementa esta acción al ablandar la suciedad incrustada, facilitando su desprendimiento sin necesidad de productos agresivos. Sigue estos pasos:
- Ponte unos guantes para evitar el contacto directo con residuos y bacterias.
- Retira los restos sólidos visibles de la rejilla.
- Llena un recipiente con agua muy caliente y añade un chorro de jabón de platos. Si prefieres, puedes tapar el fregadero y usarlo como base.
- Sumerge la rejilla por completo y déjala en remojo durante al menos 10 minutos.
2. Frotar con bicarbonato de sodio
El bicarbonato de sodio actúa como un abrasivo suave y desodorizante. Su uso permite arrastrar el biofilm ya ablandado sin dañar el metal, lo que lo convierte en un aliado eficaz para limpiar a fondo sin rayar la superficie. Te detallamos cómo hacerlo:
- Saca la rejilla del agua jabonosa y escúrrela ligeramente.
- Prepara una pasta espesa mezclando bicarbonato de sodio con unas gotas de agua.
- Aplica la pasta sobre toda la rejilla, cubriendo bien las zonas más sucias.
- Con un cepillo de dientes viejo, frota a fondo todas las superficies, prestando especial atención a las ranuras y bordes.
3. Desinfectar con vinagre
El vinagre blanco actúa como desinfectante frente a las bacterias restantes y ayuda a disolver los depósitos de cal que puedan quedar adheridos. Este paso complementa la limpieza física con una acción higienizante eficaz:
- Aclara muy bien la rejilla bajo el grifo para eliminar restos de jabón y bicarbonato.
- Llena un recipiente con vinagre blanco puro.
- Sumerge la rejilla por completo y déjala en remojo durante 10 minutos.
- Tras el baño de vinagre, realiza un último aclarado con agua para retirar el exceso de ácido.
4. Secar por completo
Las bacterias y el moho necesitan humedad para proliferar. Al secar por completo la rejilla, se reduce el riesgo de que estos microorganismos reaparezcan, lo que prolonga el efecto de la limpieza y mantiene el fregadero higiénico por más tiempo. Solo debes considerar lo siguiente:
- Usa un paño limpio y seco para retirar toda la humedad de la rejilla.
- Asegúrate de secar bien las ranuras y bordes, donde suele acumularse el agua.
Hábitos simples para evitar limpiezas profundas
Más allá de la limpieza, entender cómo se forma el biofilm permite prevenir su aparición. Con esto en mente, considera la implementación de las siguientes buenas prácticas:
- Cepillado diario: ten un cepillo de limpieza cerca del fregadero y úsalo al final del día para darle un repaso rápido con jabón de platos.
- Limpieza semanal en el lavavajillas: si el material de tu rejilla lo permite, meterla en el lavavajillas una vez por semana es una forma excelente de mantenerla higienizada.
- Agua caliente post-fregado: después de lavar platos muy grasientos, deja correr agua caliente por el desagüe durante un minuto para evitar que la grasa se acumule.
Cada paso del método no solo elimina la suciedad visible, sino que interrumpe el entorno que favorece la proliferación de bacterias. Con hábitos simples y productos accesibles, mantener la rejilla limpia deja de ser una tarea ingrata y se convierte en parte del cuidado cotidiano de la cocina.
Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.