Tu escoba podría estar llena de ácaros: así puedes limpiarla y evitarlo

¿Terminas de limpiar y el aire está lleno de polvo? A menudo, el problema no está en el suelo, sino en la herramienta que usas. Las cerdas de la escoba, sobre todo si son sintéticas, generan electricidad estática al frotarse contra el piso, lo que atrae y retiene partículas finas, como polvo, pelos, polen y piel muerta.
Por eso, aunque no lo parezca, una escoba mal cuidada puede contaminar más de lo que limpia. Para evitar que se convierta en un nido de ácaros, es necesario aplicar una rutina de limpieza que elimine residuos y desinfecte las cerdas por completo. A continuación te mostramos cómo evitar este problema.
1. Reúne los materiales e ingredientes
Los elementos que necesitarás son los siguientes:
- Un peine viejo o un cepillo de cerdas duras
- Un cubo grande
- Agua tibia y jabón para platos
- Vinagre blanco o agua oxigenada
1. Elimina el polvo visible y los residuos atrapados en las cerdas
Lleva la escoba al exterior para no esparcir el polvo en casa. Golpea el cabezal contra una superficie dura para soltar la suciedad más gruesa. Luego, usa el peine para peinar las cerdas desde la base hacia las puntas y retirar pelos, pelusas y residuos atrapados.
2. Remoja las cerdas para disolver la suciedad adherida
Llena el cubo con agua tibia y añade jabón para platos. Sumerge las cerdas de la escoba y agítalas con firmeza. Deja la escoba en remojo durante unos 30 minutos para que el jabón disuelva la grasa y la suciedad adherida.
3. Desinfecta con vinagre o agua oxigenada para eliminar microorganismos
Desecha el agua jabonosa y prepara una nueva mezcla con agua limpia y vinagre blanco o agua oxigenada (sin combinarlos). Vuelve a sumergir las cerdas y deja actuar el desinfectante durante otros 30 minutos.
4. Enjuaga bien y deja secar al sol para evitar humedad y hongos
Enjuaga las cerdas con abundante agua fría hasta que no queden restos de jabón ni desinfectante. Sacude la escoba para eliminar el exceso de agua y cuélgala con las cerdas hacia abajo en un lugar bien ventilado (preferiblemente al sol) hasta que esté completamente seca.
¿Cómo mantener la escoba siempre limpia?
Para evitar la acumulación de ácaros, toma en cuenta las siguientes recomendaciones:
- Limpieza rápida después de cada uso: conviene adoptar el hábito de retirar los pelos y pelusas visibles de las cerdas al finalizar cada barrido.
- Almacenamiento correcto: siempre que sea posible, cuelga la escoba o guárdala con las cerdas hacia arriba para evitar deformaciones y conservar su forma original.
- Frecuencia de limpieza profunda: este procedimiento debe realizarse al menos una vez al mes. En hogares con personas alérgicas o mascotas, se recomienda hacerlo cada dos semanas.
Mantener la escoba limpia no es solo una cuestión de orden, sino una medida concreta para cuidar la salud del hogar. Con este método sencillo y los cuidados regulares, puedes evitar la acumulación de ácaros, mejorar la calidad del aire y prolongar la vida útil de una herramienta que usas a diario. Convertir esta rutina en parte de tus hábitos domésticos hará que cada barrida sea realmente efectiva y que el ambiente en casa se sienta más fresco y seguro.
Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.