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Destapar y limpiar el filtro de tu cafetera es más fácil de lo que crees con este truco casero

4 minutos
Los restos de café, así con el uso de agua dura, van formando una capa en la superficie del filtro de tu cafetera que puede dificultar su función. Así puedes limpiarlo.
Destapar y limpiar el filtro de tu cafetera es más fácil de lo que crees con este truco casero
Última actualización: 25 septiembre, 2025

Si de repente empiezas a notar que el café de tu cafetera tarda demasiado en salir, el chorro es irregular o la taza acaba con un sabor extraño, es momento de prestar atención a la limpieza del filtro. Tras cada uso, en la malla fina se van acumulando residuos de producto y grasas naturales que no suelen salir con el enjuague habitual.

A esto suma que, si usas agua del grifo, sus minerales pueden adherirse al metal y endurecer los residuos, generando mayor bloqueo en los pequeños orificios. ¿Cómo puedes restaurar su función? En esta oportunidad, te compartimos paso a paso cómo limpiarlo de forma práctica y con apenas un ingrediente.

Guía para limpiar el filtro de tu cafetera y eliminar obstrucciones

Para un amante del café puede ser muy frustrante que la cafetera no funcione bien y que arroje una bebida aguada. Para que no te pase, pon en práctica el siguiente método de limpieza.

1. Desmonta el filtro de tu cafetera

Asegurándote de que la cafetera esté apagada, fría y sin presión interna (en caso de ser una espresso), retira el filtro con cuidado. Si el modelo tiene partes desmontables, separa la malla interior y el aro que la sostiene. Verás que justo entre las uniones de estas piezas es que hay más acumulación de residuos.

2. Realiza un enjuague previo

Ahora, retira los restos de café sueltos y sedimentos visibles con un enjuague inicial. Puedes utilizar agua caliente o tibia para que el proceso sea más sencillo. Lo importante es que pases el chorro tanto por la parte externa como por la interna del filtro, moviéndolo en varias direcciones para que la presión arrastre las partículas que hay atrapadas en sus orificios.

3. Toma algunas precauciones antes de iniciar

El ingrediente protagonista de este truco casero es el amoníaco. Por esta razón, antes de empezar como tal con la limpieza profunda, es esencial que tomes algunas precauciones. La primera y más importante es trabajar en un espacio ventilado, donde no haya riesgo de que se acumulen vapores.

Una vez sepas dónde hacerlo, ponte guantes para proteger tus manos y, si es posible, gafas para evitar salpicaduras. En líneas generales, el amoníaco se considera común y relativamente seguro. No es tóxico al tacto en diluciones bajas, pero debes evitar por completo su mezcla con cloro u otros químicos, ya que así genera gases irritantes y peligrosos.

4. Prepara una solución con amoníaco

Puedes diluir una cucharadita de amoníaco en agua caliente o, mejor aún, adquirir amoníaco doméstico del que venden en supermercados o ferreterías. Esta última opción es más recomendable, pues viene lista para usarse en limpieza, en forma de líquido transparente. Su concentración puede ser del 5 % o 10 %.

A diferencia de otros productos caseros más suaves, el amoníaco actúa con rapidez, disolviendo tanto las grasas como otras partículas atrapadas en esos diminutos orificios de la malla. 

5. Sumerge el filtro

Una vez tengas la solución lista, pon en remojo el filtro. Lo ideal es dejarlo toda la noche, ya que este tiempo de contacto permite que el producto actúe mejor. Al día siguiente, notarás que el líquido ha adquirido un tono marrón, que indica que ha cumplido con su trabajo.

6. Enjuaga bien

Algo que debes tener muy presente es que no debe quedar ni un solo rastro de amoníaco en la superficie del filtro. De ser así, el accesorio puede quedar con un ligero olor que puede cambiar el sabor y aroma del café que prepares después. Sin embargo, no te preocupes. Si realizas un buen enjuague con agua caliente y jabón neutro, esto no tiene por qué ocurrir.

7. Seca y ensambla

Para finalizar, toma un paño de microfibra y seca bien el filtro antes de volver a encajarlo en la cafetera. Esto es importante porque dejar humedades en la malla o las uniones puede favorecer la formación de óxido y el deterioro prematuro de tu electrodoméstico. 

Una vez lo ensambles, agrega agua en la máquina (sin café) para probar si recuperó su función. Si notas que aún sale un poco de agua marrón, déjala correr hasta que aclare.

No esperes a que tu cafetera se atasque de nuevo

Si quieres mantener tu cafetera en óptimo estado, empieza a repetir este método con más regularidad, incluso cuando no hay señales de obstrucción. Si preparas café a diario, asegúrate de volver a implementarlo cada uno o dos meses. Este sencillo hábito mantiene la eficiencia del aparato y garantiza que cada taza de café conserve todas sus propiedades sin problema.

Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.