Abono líquido con frutas y verduras: el alimento que tus plantas necesitan

Consumir frutas y verduras es importante para mantener una buena salud, y es que ellas aportan una gran cantidad de nutrientes necesarios a nuestro organismo. Pero, ¿sabías que las plantas también necesitan de esos nutrientes para crecer fuertes y con gran vitalidad?
La idea no es prepararle un smoothie a tus plantas ni mucho menos, sino aprovechar los restos orgánicos que generas día a día. En lugar de tirar a la basura las cáscaras de plátano o recortes de zanahoria, aprovéchalos y transformarlos en un abono líquido cargado de minerales útiles para tus plantas.
¿Cómo preparar el abono líquido para tus plantas?
Este abono líquido utiliza la técnica de la fermentación, en donde el agua, en contacto con los restos orgánicos, extrae los nutrientes solubles que poseen. Ten en cuenta que cada resto del alimento aporta un nutriente diferente. Por ejemplo, las cáscaras de huevo trituradas poseen calcio, mientras que las cáscaras de plátano son ricas en potasio, necesarios para fortalecer a la planta y estimular la floración respectivamente.
Paso a paso
- Guarda los restos de frutas y verduras que poseas en un envase, pueden ser cáscaras de plátano, posos de café, tallos de espinacas, lechuga o restos de ensalada, entre otros.
- Pica los restos que vayas a usar en el abono. Esto hará que liberen mejor sus nutrientes.
- Coloca los trozos en un recipiente grande, puede ser de plástico o de cristal. Cúbrelos con agua y tapa el recipiente con un paño de cocina.
- Deja reposar el abono entre tres y siete días, removiendo de forma constante. Ubícalo en un lugar fresco y sombreado.
- Cuela la mezcla, con un colador fino, cuando se termine el tiempo de reposo. Llena una botella con el líquido, tápala y guarda el abono en un lugar fresco y oscuro. Lo ideal es que tenga un color ambarino.
Aplica tu abono de forma correcta
La clave para aplicar el abono líquido es diluirlo, ya que un exceso de nutrientes podría dañar las raíces de tu planta. En un envase, mezcla una parte del abono por cinco de agua. La mezcla debe quedarte con el color de un té claro.
Aplícalo directo sobre la tierra y no mojes las hojas de las plantas, para evitar que se produzcan hongos. Lo ideal es que lo uses cada dos o cuatro semanas, durante la primavera o el verano, ya que esta es la temporada de crecimiento de la mayoría de las plantas.
Precauciones a tener en cuenta
Hacer el abono líquido de frutas y verduras no es difícil, pero sí hay algunas precauciones que debes tomar para que el resultado sea el que esperas. Una de las más importantes es no agregar restos lácteos o de carnes, ya que hacen que el proceso de descomposición sea lento y más propenso a pudrirse. Tampoco conviene usar verduras cocidas, ellas han perdido muchos de sus nutrientes en la cocción. Otros puntos a considerar son:
- Olor. El abono debe tener un aroma natural a fermentado, pero si este huele a podrido, algo salió mal y es necesario desecharlo.
- Otoño e invierno. Evita agregarlo en las temporadas donde la planta está en reposo vegetativo. Allí no gasta tanta energía y ese extra de nutrientes más bien podría dañarla.
- Sal. Ella corta con el proceso de fermentación, acabando con los microorganismos necesarios para que se dé el abono.
- Cantidades. No abuses del abono, aunque tu planta parezca necesitarlo. Si lo haces, aumentas el riesgo de que se dañen sus raíces.
Considera las limitaciones de este abono. Es un excelente complemento de vitaminas para tus plantas, más no sustituye por completo a un fertilizante equilibrado. Estos últimos indican las cantidades exactas de nutrientes que contienen y aquí no puedes saberlo. Si tienes plantas con altas exigencias, como las de hortalizas, es algo a tener en cuenta.
El abono líquido con frutas y verduras es una gran alternativa para aprovechar mejor los recursos y darles un extra de energía a tus plantas. Atrévete a hacerlo y observa como tus amigas verdes te lo agradecen, viéndose más bonitas y radiantes.
Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.







