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Cómo cuidar la clemátide para que trepe y llene de color tu jardín

3 minutos
La sombra en la base y el sol en el follaje es clave para que esta planta con flores vibrantes deleite tu jardín.
Cómo cuidar la clemátide para que trepe y llene de color tu jardín
Última actualización: 14 octubre, 2025

No es casual que la clemátide se conozca como la “reina de las trepadoras”, pues transforma vallas, pérgolas y muros con su colorido y belleza. Puede crecer entre 75 centímetros y 1,5 metros de altura, extendiéndose al menos un metro.

Aunque suele considerarse una planta tan exuberante como exigente, en realidad, conseguirás que prospere con cuidados básicos, como riego regular y profundo, así como la aplicación de abono equilibrado. Te contamos los detalles sobre sus cuidados esenciales.

Garantiza una adecuada plantación

La clemátide necesita abundante sol o sombra parcial, al igual que una tierra fértil, con buen drenaje y materia orgánica, como compost. Para plantarla de forma adecuada en primavera o a principios de otoño, cava un hoyo y coloca el cepellón. Hazlo unos centímetros más profundos de los que estaba en la maceta. Después, riega con abundante agua.

Ten presente que es beneficioso colocar una piedra plana o cultivar otras especies en la base. También el mantillo es beneficioso para retener la humedad.

Mantén la constancia y el equilibrio en el riego

Los riegos regulares y profundos, en especial durante el primer año y en la temporada de crecimiento, son clave. La idea es mantener la tierra húmeda y regarla siempre en la base, pero sin llegar al encharcamiento. En este sentido, el sistema de riego por goteo es lo más adecuado.

Aplica fertilizante equilibrado

Tu enredadera necesita nutrición. Para ello, aplica fertilizante equilibrado, con una formulación tipo 10-10-10 (nitrógeno, fósforo y potasio) cada mes sobre la tierra húmeda. También son beneficiosos los abonos ricos en potasio, porque favorecen la floración.

La temporada más adecuada para comenzar el abonado es la primavera y puedes continuarlo a finales de verano o principios del otoño.

Poda según la temporada de crecimiento

Para mejorar el crecimiento de la planta, elimina las ramas, los brotes y las hojas, de acuerdo a la variedad. En particular, aquellas de floración temprana, como C. alpina o C. montana, solo necesitan una poda ligera para darles forma. Si es de floración doble en verano, pódalas un poco a finales de invierno o principios de la primavera, al igual que las que florecen en verano u otoño, pero estas últimas necesitan un corte de hasta unos 20 a 50 centímetros del suelo: este es el caso de Clematis jackmanii.

Si desconoces la variedad de tu clemátide, lo mejor es hacer una poda ligera.  

Protégela de plagas y enfermedades

El marchitamiento de la clemátide, que es una enfermedad fúngica, y los pulgones son las principales amenazas de la clemátide. En el primer caso, la solución es eliminar los tallos afectados por debajo de la zona dañada y, en el segundo, puedes controlarlos con agua a presión o con la aplicación de jabón potásico.

En definitiva, la clemátide es una planta que te deleitará con sus flores, si garantizas riego profundo, la aplicación de abono equilibrado y un suelo con buen drenaje.


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Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.