Guía práctica para preparar tu jardín en otoño y protegerlo del invierno

El otoño es el momento perfecto para asegurar que tus plantas sobrevivan al invierno y despierten con fuerza en la primavera. En esta época, el suelo aún conserva un poco del calor del verano, aunque las temperaturas nocturnas son más frescas, lo que permite a las plantas enraizar sin tanto estrés. Además, las lluvias otoñales te ayudarán con el riego.
A partir de septiembre, tu jardín comienza a experimentar varios cambios importantes. Hay más hojas caídas, algunas de tus plantas necesitarán poda y otras de protección antes de las heladas. También, puedes animarte a sembrar nuevas especies que florecerán en las estaciones de más calor. ¿Crees que es mucho trabajo? En absoluto, unas sencillas acciones dejarán tu jardín listo para revivir pasada la estación fría.
Comienza por las tareas más urgentes
Lo primero es empezar con una limpieza de las hojas caídas en tu jardín, lo que deberás hacer cada semana. Las hojas en el suelo y húmedas generan el ambiente propicio para los hongos en el césped. Pero no las tires, resérvalas para compost o para acolchado.
Si el césped está amarillento o tiene musgo, es tiempo de escarificar. Para ello necesitarás una herramienta que te permita retirar la capa de fieltro y así ayudar a que el oxígeno llegue a las raíces. También asegúrate de tener tus herramientas de poda afiladas; si es necesario, llévalas a un taller. Luego, límpialas muy bien, desinféctalas para que los cortes en tus plantas cicatricen mejor.
Igualmente, reduce la frecuencia del riego poco a poco. En otoño debes regar en las horas más cálidas para evitar que el agua se congele en las raíces.
La poda estratégica
En septiembre, céntrate en los rosales: elimina las flores marchitas y las ramas secas, pero no hagas una poda drástica. Si tienes un jardín con parras, aprovecha para cortar los sarmientos que ya han dado fruto. En octubre, completa la limpieza de arbustos como hortensias de panícula, lavanda y trepadoras como el jazmín.
Es muy importante que no podes tus plantas sensibles al frío hasta que pasen las heladas, para no quitarles su escudo natural.
Protege las plantas que lo necesiten
Haz un acolchado para tus especies, eso les proporcionará una manta térmica. Además, conserva la humedad y frena las malas hierbas. Coloca una capa de corteza de pino, hojas compostadas o paja de 5 a 8 cm alrededor de tus plantas más delicadas.
Para plantas muy sensibles como cítricos, geranios o buganvillas jóvenes, las mantas térmicas o fundas de yute son lo mejor. Si las tienes en maceta, muévelas a zonas protegidas: un porche o pérgola.
Sembrar en otoño
Tus mejores opciones son los bulbos: tulipanes, narcisos y jacintos plantados entre septiembre y noviembre florecen con colores hermosos en marzo y abril. Plántalos al doble o triple de su altura en profundidad. Si eres amante de las plantas aromáticas, lavanda, romero, tomillo y santolina, en otoño se establecerán muy bien.
En cambio, si tienes un huerto, te recomendamos plantar ajos en octubre y noviembre, también cebollas, habas y guisantes para cosechar en el verano siguiente.
Si sigues estos consejos, tu recompensa vendrá en la primavera, con un jardín más saludable, fuerte y lleno de flores y plantas en pleno crecimiento, que necesitarán menos cuidados y serán poco susceptibles a las enfermedades.
Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.