Maloclusión dental: causas, síntomas y tratamientos

La maloclusión dental es una alteración en la forma de morder del paciente. Afecta las funciones de la boca, la estética y la calidad de vida. Sigue leyendo para conocer sus causas y cómo tratarla.
Maloclusión dental: causas, síntomas y tratamientos
Vanesa Evangelina Buffa

Escrito y verificado por la odontóloga Vanesa Evangelina Buffa.

Última actualización: 06 julio, 2023

La oclusión es la relación de las piezas dentarias entre sí y de las superiores con las inferiores al cerrar la boca. Cuando esta correlación de los dientes está alterada nos encontramos frente a una maloclusión dental.

Los dientes deben estar alineados en su arcada dentaria. Además, al morder, los superiores sobrepasan ligeramente a los inferiores, de tal manera que las cúspides de los molares superiores encajan en las fosas de los inferiores.

Cuando esta relación está afectada y los dientes no están en la posición en que deberían estamos frete a una maloclusión dental. Existen diferentes tipos y todas deberían ser tratadas. Pues afectan las funciones normales de la boca, la estética del paciente, su salud y su calidad de vida.

En este artículo te contamos sus causas, los diferentes tipos y los tratamientos para corregirlas. También sus complicaciones y qué se puede hacer para prevenirlas.

¿Cuáles son las causas de la maloclusión dental?

La maloclusión dental puede deberse a múltiples causas. Se pueden combinar distintos elementos que resultan en una manera incorrecta de morder o en piezas dentarias en una posición alterada.

El origen hereditario es uno de los más comunes. El tamaño de los huesos, la posición de los elementos en la arcada y la manera de morder están condicionados por la genética. Así, es común observar a varios miembros de la misma familia con características iguales en la boca.

Pero también hay factores externos que actúan durante la formación y el crecimiento de los huesos y el período de erupción dentaria. Su influencia puede favorecer a la aparición de maloclusiones dentales:

  • Hábitos disfuncionales: costumbres repetitivas e impulsivas que se instalan en los niños son causas comunes de ciertas maloclusiones. La respiración bucal, la interposición de la lengua o los labios al morder o tragar, la onicofagia (comerse las uñas) son algunos ejemplos. La prolongación de la lactancia materna, el uso de biberón y de chupete o la succión de dedo después de los 2 años también son factores que predisponen a estas alteraciones.
  • Pérdida de piezas dentarias: cuando los dientes de leche se salen antes de tiempo no cumplen la función de guardar el espacio para la correcta erupción de los definitivos. Esto genera apiñamientos, pérdida de las relaciones oclusales y malposiciones de los elementos permanentes. La pérdida de piezas definitivas también desestabiliza la mordida y la posición de los dientes vecinos y antagonistas.
  • Tratamientos odontológicos deficientes: la presencia de empastes, coronas y prótesis dentales dañados o mal adaptados generan alteraciones en la manera de morder.
  • Otras afecciones: los tumores de la boca, el labio leporino y paladares hendidos, traumatismos en los maxilares o dientes de más o con ubicaciones anormales son condiciones que alteran la posición de las piezas dentarias.
El uso prolongado del chupete y del biberón favorece la malposición de los dientes a futuro.

Síntomas relacionados a la maloclusión dental

La maloclusión dental puede ser muy evidente o poco notoria, y solo ser percibida y diagnosticada por un odontólogo. Las consultas habituales al dentista permiten detectar a tiempo estas problemáticas para comenzar a tratarlas lo antes posible.

Pero existen señales y síntomas asociados a las alteraciones en la forma de morder que indican la presencia de un problema. Como ya mencionamos, se afectan las funciones de la boca como masticar, comer y hablar; y la calidad de vida del paciente está comprometida.

Observar piezas dentarias ausentes, con una posición o alineación incorrecta, o bien una apariencia extraña del rostro, son indicativos de algún problema de oclusión. También lo son la imposibilidad de cerrar la boca por completo o la falta de contacto de algunos dientes al ocluir.

Las personas que acostumbran a morderse o succionar sus labios o mejillas, que respiran por la boca, que tienen apneas y ronquidos al dormir pueden poseer alguna maloclusión dental. Síntomas como ruidos al abrir y cerrar la boca, mareos, cefaleas y dolor al masticar o comer también se asocian a estas alteraciones.

La dificultad para pronunciar algunos fonemas o hablar de manera correcta pueden deberse a una maloclusión dental.

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Tipos de maloclusión dental y su diagnóstico

La maloclusión dental la diagnostica un odontólogo a través del examen y de otros métodos complementarios. El uso de radiografías, fotografías y estudios sobre modelos de la boca ayudan a obtener un panorama preciso de la problemática del paciente.

Las maloclusiones se clasifican en diferentes tipos. Para planificar el tratamiento, además, se tiene en cuenta la gravedad de la misma, la causa que la origina y la edad.

Existen tres clases principales de maloclusiones dentales y las explicamos a continuación.

Clase 1

En este tipo de maloclusión dental los maxilares superior e inferior se relacionan entre sí de manera correcta. Pero son las piezas dentarias las que se encuentran en posiciones incorrectas. Así pueden encontrarse apiñamientos, diastemas o sobremordidas.

Ambos huesos maxilares pueden encontrarse en una posición normal respecto al cráneo. Pero también puede suceder que los dos estén en una posición posterior o que estén adelantados (biprotrusión) respecto a la cabeza.

Clase 2

La maloclusión dental de clase 2 se caracteriza porque el maxilar superior está en una posición adelantada respecto al inferior. Esto puede deberse a la mandíbula retraída y al maxilar superior en la posición correcta o porque el maxilar superior está adelantado y el inferior en la posición correcta.

También puede suceder la combinación de ambos casos, en los que el maxilar superior está protruido y el inferior retraído.

El aspecto del paciente se caracteriza por tener los dientes superiores muy adelantados. Los mismos sobresalen en exceso en el cierre bucal. Está asociada a hábitos como la respiración bucal, la succión del dedo y el uso prolongado del biberón o del chupete.

Clase 3

En esta maloclusión dental la mandíbula sobresale hacia adelante, lo que se denomina prognatismo. Esto se debe a que el maxilar inferior está adelantado con respecto al superior.

A nivel esquelético puede pasar que el maxilar superior esté retruido y el inferior en una posición normal, o bien que el maxilar superior esté ubicado en la posición normal y la mandíbula esté avanzada. También puede suceder la combinación de ambos: el maxilar superior retruido y el inferior adelantado.

El tratamiento de esta maloclusión dental es el más difícil, pero por fortuna es la menos frecuente. Controlar el crecimiento mandibular desde edades tempranas mejora mucho el pronóstico.

Otras maloclusiones dentales

Existen diversas situaciones que pueden ocurrir en cualquiera de las clases mencionadas anteriormente:

  • Apiñamiento: es la superposición de los elementos dentarios entre sí por falta de espacio. Las piezas dentarias se amontonan y afectan la estética, la función y la higiene dental del paciente. Esto aumenta el riesgo de sufrir caries, gingivitis y enfermedad periodontal.
  • Diastemas: es la separación excesiva entre las piezas dentarias. Este espacio de más se debe a que los dientes son muy pequeños o a que el hueso es muy grande. También puede originarse por pérdida prematura de dientes de leche o por el hábito de empuje lingual.
  • Sobremordida: los elementos dentarios superiores cubren de manera excesiva a los inferiores durante la oclusión.
  • Mordida cruzada: aquí está alterada la relación transversal de los maxilares. Uno o varios elementos dentarios superiores ocluyen por dentro de los inferiores. Puede ser unilateral, bilateral o solo del sector anterior.
  • Mordida abierta: las piezas dentarias de arriba no contactan con las inferiores al ocluir. En el momento de morder se genera un espacio entre ambos maxilares. Esto afecta el habla, la deglución y la masticación del paciente.

Tratamientos disponibles

Si bien los tratamientos se pueden aplicar en cualquier momento de la vida, los mejores resultados se obtienen cuanto más temprano se aborde el problema. Los procedimientos precoces son más fáciles, más cómodos y menos costosos.

Los tiempos de tratamiento suelen variar según el caso clínico, pero en general llevan alrededor de 2 años. Existen diferentes alternativas para tratar una maloclusión dental.

La elección de la terapéutica adecuada depende del tipo de alteración, su severidad, la causa que la origina, la edad del paciente y sus necesidades y posibilidades. El ortodoncista puede sugerir algunos de los siguientes abordajes:

  • Ortopedia y ortodoncia interceptiva: son aparatos removibles que se usan en la dentición temporaria y mixta. Guían el crecimiento del hueso y movilizan también los dientes.
  • Ortodoncia fija con brackets: se utiliza al finalizar el recambio dental, cuando ya salieron los dientes definitivos, pero es efectiva también en adultos. Pueden movilizar las piezas en cualquier sentido. Existen opciones en varios materiales, algunos con buenos resultados estéticos.
  • Ortodoncia invisible tipo invisalign: son cubetas transparentes que se van recambiando de manera periódica. Cumplen la misma función que los aparatos fijos, pero son más estéticos y el paciente se los puede colocar y sacar por sí mismo.
  • Reparación de dientes: las piezas enfermas y las restauraciones deficientes se deben tratar.
  • Extracciones dentarias: eliminar algunos dientes puede ser necesario cuando falta espacio.
  • Cirugías de maxilares: se realiza en pacientes adultos para remodelar o recortar los huesos.
  • Retenedores: se utilizan al finalizar el tratamiento para mantener la nueva posición de los dientes.
Ortodoncia para tratar maloclusiones dentales.
La ortodoncia para tratar las maloclusiones dentales consiste en un tratamiento que admite diversas formas.

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Complicaciones

El tratamiento con ortodoncia para corregir una maloclusión dental tendrá como resultado una mejor funcionalidad y apariencia de la boca. Pero durante el proceso hay ciertas complicaciones que se deben considerar.

El mayor inconveniente que suele aparecer es la caries. Los aparatos predisponen a sufrir esta enfermedad al favorecer el acúmulo de placa bacteriana y complicar la higiene.

La aparición de dolor, malestar y dificultad para hablar o masticar también son problemáticas que pueden manifestarse durante el uso de los aparatos. Sobre todo al comienzo del tratamiento y cuando se hacen ajustes. En general, el paciente se adapta a la situación y desaparecen al cabo de un tiempo.

Las lesiones en los tejidos blandos son otra complicación. Los alambres y los bordes filosos de algunos aparatos pueden lastimar las mucosas. El uso de cera de ortodoncia para evitarlas es muy importante.

Prevención de la maloclusión dental

La aparición de una maloclusión dental muchas veces no se puede evitar. Sobre todo en los casos que el origen es hereditario. Pero la acción de factores externos también repercute.

Es por eso que considerar estas recomendaciones puede ser útil para disminuir los riesgos de sufrir los trastornos:

  • Limitar el uso de biberones, chupetes y la succión de dedo en los niños mayores de 2 años.
  • Consumir una dieta variada, con diferentes texturas, que asegure el uso de los músculos de la cara de manera correcta.
  • Tratar problemas respiratorios, alergias y apneas que predispongan a la respiración bucal.
  • Controlar y tratar el bruxismo.
  • Mantener la boca saludable, cuidando la higiene oral, utilizando flúor y evitando alimentos con alto contenido de azúcar. Esto previene las patologías que pueden ocasionar pérdida prematura de los dientes.
  • Conservar el espacio dejado por las piezas dentarias perdidas. Se usan mantenedores de espacio en los niños hasta la erupción de las piezas permanentes. En el caso de los adultos se debe rehabilitar la boca con algún tipo de prótesis o implantes.
  • Visitar al dentista de manera periódica, cada 6 meses, para detectar temprano cualquier problema bucal.

Consultas periódicas para un diagnóstico temprano

Una maloclusión dental no solo afecta las estructuras y las funciones de la boca. Además, altera el aspecto de la persona, su calidad de vida e incluso puede generar problemas de seguridad y autoestima.

Por fortuna, tienen solución y los resultados que se obtienen con los tratamientos disponibles son satisfactorios. Los abordajes tempranos, en la niñez, cuando el hueso aún se está formando, son lo ideal. Pues en esta etapa son más rápidos, cómodos y baratos.

De todos modos, también existen opciones efectivas para los adultos. Concurrir al dentista de manera frecuente es la clave para detectar y tratar estas alteraciones lo antes posible.


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