Máscara LED facial: posibles beneficios y riesgos

Las mascarillas LED para tratamientos faciales destacan entre las opciones más populares para revitalizar el rostro. No obstante, su uso requiere ciertas precauciones.

Revisado y aprobado por la enfermera Leidy Mora Molina.

Escrito por Luz Marina Carpio Hernández

Última actualización: 25 mayo, 2023

En la versión doméstica o la especializada para centros de estética, la máscara LED facial forma parte de los tratamientos de belleza más demandados en la actualidad. El empleo de estas terapias de luz supone efectos positivos para la piel.

Las sesiones transforman la energía eléctrica en luces de variada longitud de onda que penetran la dermis. Por eso, es necesario que prevalezca la cautela tanto en la selección del equipo como en el manejo del mismo para mitigar los riesgos. ¿Quieres saber más sobre estos dispositivos? ¡Sigue la lectura!

¿Qué es una máscara LED facial?

Las máscaras faciales LED tienen su fundamento en las terapias de iluminación para aliviar diferentes afecciones cutáneas. La ciencia está en la estimulación de los músculos de la cara mediante ondas que transportan la energía lumínica, llevándolas a lo más hondo de la piel.

También les llaman «fototerapia» o «fotobiodinámica», debido al aprovechamiento de productos fotosensibles y la luz láser apropiada para el cutis y el cuello. Aunque consisten en tratamientos intensivos, el plus de estas máscaras es que no son invasivas.

De acuerdo con la Revista Médica Clínica Las Condes, las fuentes luminosas ganan terreno en el campo estético, gracias a sus mejoras en los signos visibles del fotoenvejecimiento.

En cuanto a esto, EMC Dermatología añade que los faciales con luces puntean entre las primeras opciones, incluso para abordar patologías como el vitíligo, la psoriasis y la dermatosis.

Características de las máscaras faciales LED

El color de la luz emitida es lo que precisa la función de la máscara. Los tonos incluyen blanco, verde, amarillo, azul, rojo y violeta. Las características van desde diseños elegantes y ligeros, hasta la inclusión de mandos a distancia para graduar la frecuencia y la duración de la sesión.

Las fabrican en su mayoría con silicona, para que se adapten mejor a tus facciones y no sientas incomodidad. En diversas marcas avaladas por laboratorios y por la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos, encontrarás caretas con varios propósitos.

• Antiage: complementan los tratamientos antienvejecimiento y abarcan la regeneración de la dermis.
• Antiacné: a través de la combinación de luces, estas mascarillas minimizan la inflamación y calman los brotes de espinillas.
• Refuerzo: también les llaman boost. Actúan como un soporte para la producción de colágeno y para favorecer la circulación de sangre en el rostro.
• Limpiadoras: en las rutinas de belleza, las caretas LED intensifican la higienización del rostro y eliminan células muertas y bacterias.

¿Cómo utilizar una máscara LED facial?

Preferiblemente, un dermatólogo  tiene que recomendar la máscara LED facial. Si bien no son invasivas, lo adecuado es que apelen a ellas solo quienes ameriten tratamientos especializados.

El uso adecuado se ciñe a las instrucciones del fabricante. En líneas generales, las indicaciones se basan en respetar el tiempo de exposición a la luz, el cual va de 10 minutos a media hora, según el objetivo fotodinámico.

Asimismo, es aconsejable ponerse gafas opacas que resguarden los ojos de los destellos; la mayoría de las máscaras reducen el espacio de la visión, porque así no perjudican la vista.

Para óptimos resultados, la persona debe limpiar y humectar el rostro antes de proceder a la iluminación. Al finalizar la sesión utiliza protector solar, ya que los poros quedan más dilatados de lo normal, lo que aumenta la sensibilidad de la piel.

Posibles beneficios de las máscaras LED facial

La popularidad de las caretas faciales LED responde al impacto sobre la elasticidad de la dermis, la reducción de zonas grasas y la lozanía del rostro. Asimismo, se asocian con las siguientes ventajas.

Promueven la regeneración cutánea

La tecnología de diodos emisores de luz (LED, por sus siglas en inglés) contribuye con un rostro revitalizado, una vez que regenera las células cutáneas. Para este propósito se aplican sesiones con luces amarillas o ámbar, idóneas para retrasar las señales del envejecimiento.

Combaten el acné

Valiéndose de la luz azul, las máscaras LED faciales renuevan el aspecto de pieles con tendencias al acné. También fomentan la actividad antibacteriana en lo más profundo de los poros, para sanar la dermis y controlar las glándulas sebáceas.

Un artículo de la revista MedWave señala que en pacientes con acné o con rosácea, las terapias con luces demuestran eficiencia. El argumento es que las emisiones, a una determinada longitud de onda, acaban con los microorganismos causantes de las espinillas. Para lograrlo, hacen falta por lo menos 6 sesiones o las que precise el especialista.

Ayudan reparando cicatrices

La Revista de Medicina y Cirugía Láser Clínica acota que las terapias LED colaboran con el proceso natural de cicatrización de heridas, siguiendo parámetros de intensidad de potencia y de densidad de energía sobre el tejido.

Es así como las luces púrpura de estas máscaras son vinculadas a la reparación de cicatrices. El tono mezcla las bandas roja y azul, de manera que el paciente obtiene 2 efectos; restauración del aspecto de la piel y desinflamación.

Mejoran la flacidez

Las máscaras de luz blanca, a una intensidad que oscila entre 400 y 700 nm, son recomendadas para combatir la flacidez de la piel del rostro, para difuminar hiperpigmentación producto de la edad y para reducir las líneas de expresión.

Incitan a la elasticidad de la piel

A través del LED infrarrojo imperceptible, estas mascarillas eléctricas estimulan la producción de elastina y de colágeno. El Diccionario Médico de la Clínica Universidad de Navarra define la elastina como una proteína constituida por aminoácidos que componen las fibras elásticas de la piel. Por su parte, el colágeno es determinante para la prevención de arrugas y para evitar la flacidez.

Unifican la tez

Emitiendo luz verde, los dispositivos faciales LED difuminan la hiperpigmentación excesiva, al punto de emparejar la tez. Estos aparatos prometen desvanecer las ojeras.

Reducen la inflamación

La luz roja de una máscara facial LED es asociada con la disminución de cuadros inflamatorios y el alivio de enrojecimientos en la cara, dado que alienta la circulación sanguínea. Esta misma tonalidad es sugerida como atenuante de arrugas y de manchas por el sol.

Riesgos de las máscaras LED facial

Las experiencias anecdóticas y los comentarios de dermatólogos aluden a las mejoras de leves a moderadas —a corto y largo plazo— en quienes utilizan las máscaras para tratar las arrugas, la textura, el tono de la piel y otras afecciones cutáneas.

Las consideran bastantes seguras. Sin embargo, es conveniente seguir determinadas reglas. Por ejemplo, verifica que se trate de luz LED y no ultravioleta, ya que esta última es peligrosa para el ADN. De igual modo, no puedes exceder el lapso y la frecuencia estipulada por cada sesión.

Las embarazadas, los pacientes oncológicos y quienes consumen medicación fotosensible, no pueden optar por estos tratamientos debido a los efectos de las luces. También implican efectos secundarios factibles como el picor y el enrojecimiento momentáneo.

Recomendaciones para seleccionar la mejor máscara LED facial

Al existir numerosos modelos y marcas de máscaras, es crucial asesorarse con un experto sobre la apropiada para el cuidado tu piel. De acuerdo a la funcionalidad, escoge una que cuente con certificado médico, pues garantizan la no invasividad.

Consulta con el proveedor del servicio la potencia del aparato y pide muestras de los efectos en la piel. Por último, cerciórate de escoger los productos compatibles con el dispositivo, como sueros y peeling, que aseguren buenos resultados.