Melanoma maligno
Revisado y aprobado por el médico José Gerardo Rosciano Paganelli
El melanoma maligno es un tumor canceroso que normalmente se desarrolla en la piel. En algunas ocasiones también puede aparecer en las mucosas o en otras zonas del cuerpo. Es la forma más letal de cáncer de piel, debido a que se propaga con extremada facilidad a otras partes del cuerpo.
Este tipo de tumor aparece cuando los melanocitos, células de la piel productoras de melanina, adquieren características cancerosas. Es el tercer tipo más frecuente de cáncer de piel, de hecho, su incidencia a nivel mundial ha aumentado en las últimas décadas. Asimismo, ha incrementado la tasa de mortalidad asociada a esta patología.
Es frecuente que los médicos atiendan consultas por lesiones cutáneas que presentan pigmentación. Con objeto de prevenir, lo aconsejable es que asumamos que toda lesión con esas características se trate de un melanoma maligno. El diagnóstico precoz es fundamental para el buen pronóstico de la enfermedad.
Factores de riesgo y tipos de melanomas malignos
Las personas con mayor riesgo de desarrollar un melanoma maligno son las personas pelirrojas de piel clara, aquellas que tienen muchos lunares o las que frecuentemente padecen quemaduras solares. Solo el 25 % de los melanomas malignos derivan de un lunar preexistente.
Generalmente, los hombres tienen tendencia a desarrollar melanomas malignos en las espalda, mientras que en las mujeres, la zona más usual de aparición de este tipo de tumores son las piernas. En general, el melanoma maligno inicialmente se parece a un lunar normal, el cual irá cambiando poco a poco, aumentando de volumen y adquiriendo un trazo más irregular.
Distinguimos hasta cuatro tipos de melanomas malignos:
- Extensivo y superficial. Corresponde al 70 % de los casos. Aparece principalmente en las piernas y en el tronco. Es una lesión plana, con algunas áreas elevadas. Tiene un crecimiento lento y presenta diferentes colores (gris, rojo, negro, azul o café).
- Nodular. Corresponde al 15 % de los casos. Es una lesión elevada, de color negro, azul o incoloro. Crece muy rápidamente.
- Lentiginoso. Abarca entre el 5 y el 10 % de los casos. Tiene apariencia de pápula o nódulo y aparece generalmente en las personas mayores. Es de color marrón, negro, azul o sin pigmento. Crece lentamente.
- Léntigo maligno. Corresponde al 5 % de los casos. Aparece en personas mayores en la cara, cuello o dorso de las manos. Es una lesión plana, con pequeñas áreas más voluminosas. Presenta tonos azules o grises y tiene un crecimiento muy lento.
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Diagnóstico del melanoma maligno
Como mencionamos anteriormente, siempre que aparezca un lunar extraño en la piel o algo que se le parezca debemos sospechar que se trata de un melanoma maligno.
Existe un patrón llamado la “regla del ABCDE” utilizado para detectar con precisión este tipo de tumores. Es aconsejable evaluar cada lesión cutánea y observar si presenta las siguientes características:
- A: asimétrica, es decir, que presente forma irregular.
- B: bordes irregulares.
- C: coloración irregular.
- D: diámetro superior a 6 mm.
- E: evolución, es decir, que cambie con el tiempo.
Cuando una lesión reúna estas características el médico ordenará una biopsia o la extirpación de la lesión. En ambos casos se realiza un estudio histopatológico, es decir, se observará el tejido retirado bajo el microscopio para determinar si se trata de un melanoma maligno. También se mide la profundidad del mismo.
La principal medida de prevención contra un melanoma maligno es protegerse de las radiaciones ultravioleta, tanto naturales como artificiales. Debemos evitar exponernos a los rayos solares especialmente en las horas más calurosas del día. Por otro lado, un diagnóstico precoz aumenta considerablemente las posibilidades de curación.
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Complicaciones y pronóstico
Hay melanomas malignos que tienen poca profundidad, considerándose superficiales si no superan los 0,9 milímetros. Son los casos más frecuentes. Son llamados melanoma in situ y son los más fáciles de tratar. Los melanomas malignos que no se han extendido más allá de su ubicación inicial tienen grandes probabilidades de ser curados.Si el melanoma es más profundo, el problema generalmente es más grave. Particularmente debe determinarse si ha alcanzado los ganglios linfáticos más próximos mediante el estudio del ganglio centinela.
El pronóstico de un melanoma maligno depende de varios factores:
- Localización.
- Grosor.
- Índice mitótico, es decir, la frecuencia con la que se multiplican las células cancerosas.
- Nivel de invasión.
- Infiltración linfoide.
- Ulceración.
También se tiene en cuenta su evolución. Sin embargo, el factor que más influye en el pronóstico es si el melanoma está localizado o si, por el contrario, se ha extendido. En el primer caso el pronóstico es muy positivo, mientras que el segundo caso suele dar lugar a pronósticos graves.
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