¿Qué es el metabolismo? ¿Tienes un metabolismo rápido o lento?
Revisado y aprobado por la médico Maricela Jiménez López
El metabolismo es algo que la mayoría de las personas han oído mencionar alguna vez, pero que no siempre saben definir con exactitud. En principio, el concepto se ha asociado de manera tradicional con la figura o el peso. Sin embargo, se trata de un proceso más complejo; uno que involucra una red de reacciones químicas en el organismo.
A menudo el término se cita con su respectivo apellido: lento o rápido. Por otro lado, también es frecuente escuchar que el que se tenga uno u otro depende de variables genéticas, de cosas que no se pueden controlar. De nuevo, el proceso es mucho más complejo; y aunque estas afirmaciones no son del todo erróneas, sí que dependen de muchas variables y matices.
¿Qué es el metabolismo?
En términos muy simples, el metabolismo se define como el conjunto de reacciones bioquímicas -que se dan dentro de las células del cuerpo- que le permiten a un organismo obtener y utilizar la energía y los compuestos necesarios para su desarrollo. Según los expertos, esta energía es utilizada también para el mantenimiento de la función celular y de todo el cuerpo.
Se estima que el proceso involucra más de 8700 reacciones y 16 000 metabolitos. De manera general, se distinguen tres procesos: anabolismo, catabolismo y residuos. Estos componen lo que se conoce como metabolismo central, y es la base para que los organismos vivos realicen sus funciones de movimiento, crecimiento, desarrollo y reproducción.
- Anabolismo: proceso en el que se sintetizan moléculas simples. También, en el que se polimerizan en macromoléculas más complejas.
- Catabolismo: proceso en el que se degradan moléculas para liberar energía.
- Residuos: proceso en el que se eliminan los desechos tóxicos generados por las vías anteriores.
En pocas palabras, el anabolismo es el mecanismo metabólico por el cual la energía se almacena. Por su parte, el catabolismo es el mecanismo opuesto; ya que aprovecha y descompone dicha energía para producir energía.
Ahora, la energía que se produce en el metabolismo se utiliza en diferentes funciones vitales, entre las cuales destacan las siguientes:
- respiración;
- digestión;
- circulación;
- temperatura corporal;
- eliminación de los desechos a través de los riñones y el intestino.
Es importante señalar que el metabolismo es un proceso continuo, ya que a nivel celular se requiere un circuito constante de energía. Entre muchas otras cosas, y siguiendo a los expertos, las células requieren energía para su contracción y movimiento, para el transporte activo de iones y sustratos y para la biosíntesis de macromoléculas complejas (como lo es la glucosa, por ejemplo).
Sistemas y órganos involucrados
Aunque casi todos los órganos y sistemas del cuerpo participan de manera activa durante el metabolismo, lo cierto es que se han identificado aquellos que cumplen una función primaria. El páncreas es un órgano metabólico por excelencia, ya que regula los niveles de azúcar en sangre mediante la liberación de insulina o glucagón.
Otros órganos como el hígado, el intestino, los riñones, los músculos y el tejido adiposo juegan un papel central en la homeostasis metabólica. Estos se comunican entre sí y con otros a través de mensajeros. Con ayuda de ellos se logra un equilibrio con respecto a la cantidad de energía requerida por el organismo. Debido a su importancia, se distingue lo siguiente:
- Metabolismo de los carbohidratos: gira en torno a la glucosa, razón por la cual a veces se denomina metabolismo de la glucosa. Luego de que la célula absorbe este tipo de azúcar, se metaboliza en glucosa-6-fosfato, la cual no puede salir de la célula. Se trata de un metabolito primario que participa en la glucólisis y la glucogénesis.
- Metabolismo de los lípidos: son los intestinos los encargados de absorber los ácidos grasos a través de la pared intestinal. Las moléculas de grasa se descomponen en ácidos grasos libres y glicerol, para luego formar quilomicrones. Finalmente, estos se derivan al hígado, quien extrae colesterol y triglicéridos.
- Metabolismo de los aminoácidos: las proteínas se absorben en forma de aminoácidos por los enterocitos. Su metabolismo se realiza a través de las reacciones químicas conocidas como transaminación y desaminación. El resultado final puede ser acetoacetil-CoA, alfa-cetoglutarato, oxaloacetato, fumarato, piruvato, acetil-CoA o succinil-CoA.
Cómo saber si tu metabolismo es rápido o lento
Hay muchas variables que inciden en tener un metabolismo lento o rápido. De acuerdo con Harvard Health Publishing, los genes, la edad y la composición del cuerpo son algunos factores que median al respecto. De manera general, un metabolismo rápido se caracteriza por quemar calorías con mayor velocidad; mientras que uno más lento lo hace con menor rapidez.
Características del metabolismo lento
A menudo se piensa que las personas con un metabolismo lento tienden a engordar. Esto no es verdad, ya que, como hemos visto, el proceso es muy complejo y depende de muchas variables.
Sí, es cierto que en algunos casos quienes tienen el metabolismo lento pueden tener problemas para perder peso, manifestar un mayor umbral de cansancio y desarrollar somnolencia; pero se tratan de características generales y en absoluto específicas.
Características del metabolismo rápido
Al igual que en el caso anterior, es falso que las personas con metabolismo rápido tiendan a ser delgadas. De hecho, estudios publicados en International journal of obesity y en Clinical Nutrition muestran que la mayoría de las personas con obesidad tienen un metabolismo rápido; esto debido a que su organismo se ha adaptado para aprovechar y utilizar la energía con mayor prontitud para hacer frente a las demandas del cuerpo.
Con todo, quienes tienen un metabolismo rápido pueden quemar más calorías en ciertos contextos. También pueden tener más apetito, por lo que pueden comer mayor volumen sin que esto repercuta de forma necesaria en su peso. De nuevo, son características generales y no específicas.
Relación entre la dieta y el metabolismo
Existe una relación muy estrecha entre el metabolismo energético y la dieta. Existe evidencia de que la dieta altera o regula el metabolismo, esto con independencia de la propensión genética de tener uno u otro tipo. El tipo de comida que se ingiere, la cantidad, la frecuencia y las restricciones que se hagan al respecto se traducen en cambios importantes en el mismo.
Por solo citar un ejemplo, se ha sugerido que el ayuno puede incidir en el metabolismo de los lípidos, la glucosa, las proteínas y el metabolismo neuroendocrino. Su efecto es muy variable, y depende de otras variables que ya hemos señalado (edad, composición corporal, sexo y demás). Antes de asumir una dieta para un metabolismo lento o una dieta para un metabolismo rápido, siempre debes consultar con un profesional de la nutrición.
¿Se puede acelerar o desacelerar el metabolismo?
Más allá de «acelerar» a «desacelerar» el metabolismo, existen algunos hábitos y acciones que pueden promover un metabolismo saludable. Por contra, existen otros que median en su desregulación. Veamos en primer lugar cómo tener un metabolismo saludable:
- Hacer ejercicio: cualquier tipo de actividad física practicada con moderación incide de forma positiva en el metabolismo. Por ejemplo, se ha sugerido que puede ayudar a controlar la homeostasis de la glucosa frente a enfermedades metabólicas (como la diabetes).
- Perder o mantener el peso: existe evidencia de que perder peso conlleva a cambios metabólicos favorables en las personas. Mantener el peso tiene el mismo efecto, ya que para lograr esto se requiere un equilibrio entre la cantidad de energía que se ingiere y la que se aprovecha.
- Dormir de forma adecuada: se sabe que la privación del sueño genera desregulación metabólica. Por el contrario, tener una buena higiene del sueño puede mediar en su equilibrio.
Por el contrario, fumar, consumir drogas, saltarse las comidas, incluir una restricción voluntaria del sueño y asumir un estilo de vida sedentario pueden generar efectos metabólicos negativos. Es importante destacar que algunas enfermedades pueden provocar cambios metabólicos drásticos, y estas pueden ser tanto heredadas como adquiridas.
Por ejemplo, la enfermedad de Gaucher o la hemocromatosis son algunos trastornos metabólicos de carácter hereditario. En cuanto a los adquiridos, los más conocidos son la diabetes, el hipotiroidismo y el síndrome de Cushing.
La importancia de acudir al especialista
No es difícil encontrar en Internet dietas para acelerar o desacelerar el metabolismo. La eficacia o la recomendación de estos regímenes alimenticios se basan en análisis superficiales, casi siempre a través de la identificación de supuestas señales infalibles de que tienes uno u otro tipo de metabolismo. Una vez más, el proceso es muy complejo, depende de muchos factores y no siempre reúne signos distintivos.
Es por esta razón que siempre debes consultar con un especialista antes de asumir cambios en tu estilo de vida. Hazlo si deseas asumir una nueva dieta, un nuevo estilo de entrenamiento o diferentes hábitos similares (en especial cuando son drásticos). Si tu objetivo es perder peso, mantenerlo o ganarlo; es muy importante que en el proceso no se comprometa la salud.
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