Miastenia gravis, ¿en qué consiste?

La miastenia gravis suele provocar que los enfermos pierdan su expresividad facial, entre otras cosas. Vamos a conocer en qué consiste este trastorno.
Miastenia gravis, ¿en qué consiste?
Leonardo Biolatto

Revisado y aprobado por el médico Leonardo Biolatto.

Escrito por Leonardo Biolatto

Última actualización: 11 julio, 2023

La miastenia gravis es una enfermedad autoinmune que se caracteriza, principalmente, por debilidad de los músculos que se controlan de manera voluntaria. 

Se trata de una patología en la que el sistema inmunitario ataca a los receptores de los músculos que permiten que estos se muevan de manera normal. Es decir, se interrumpe la conexión entre los nervios y los músculos, por lo que estos no pueden trabajar correctamente.

El término de ‘miastenia gravis’ procede del latín y significa ‘debilidad muscular grave’. Se estima que afecta a 1 de cada 5.000 personas. Aunque puede ocurrir a cualquier edad, es más frecuente que aparezca antes de los 40 años en las mujeres y tras los 50 en los hombres.

Es una patología muy incapacitante y compleja que aún no tiene cura. No obstante, existen ciertos tratamientos que permiten aliviar los síntomas. En este artículo te explicamos todo lo que debes saber sobre la miastenia gravis.

¿En qué consiste la miastenia gravis?

Para entender esta patología, primero necesitamos comprender ligeramente el funcionamiento de los músculos. Los músculos presentan unos receptores que reciben señales químicas procedentes de los nervios. Normalmente, cuando queremos realizar un movimiento voluntario, se liberan estas sustancias en los extremos nerviosos. Dichas sustancias actúan en los receptores musculares y el movimiento se produce con la fuerza y la precisión buscada.

Sinapsis liberando serotonina

Sin embargo, lo que ocurre en la miastenia gravis es que el sistema inmunitario se altera y ataca a estos receptores musculares. Esto provoca que las sustancias químicas no puedan activar los músculos, por lo que se produce la debilidad y la fatiga.

La debilidad muscular aumenta cuando se realiza un periodo de actividad. La miastenia gravis suele a afectar a músculos como los que controlan las expresiones faciales, la masticación o el tragar. Incluso, se pueden afectar los músculos respiratorios.



¿Qué síntomas produce la miastenia gravis?

Síntomas de la miastenia gravis
La debilidad muscular fluctuante que oscila en severidad es el principal síntoma de la condición. Esta empeora con la actividad física y mejora con el reposo.

Como hemos mencionado, el síntoma principal es la debilidad muscular. Esta debilidad aumenta a medida que se utiliza un músculo de forma repetida y mejora con el descanso. Por desgracia, los síntomas suelen empeorar con el paso del tiempo y, a los pocos años de aparecer la enfermedad, ya son bastante graves.

Se pueden afectar numerosos grupos musculares, pero los que se afectan con más frecuencia son:

  • Los músculos oculares: la mayoría de personas que sufre miastenia gravis presenta problemas de visión, como por ejemplo visión doble. Además, suelen tener un párpado caído, o ambos.
  • Gran parte de los enfermos tienen dificultad para hablar. La voz suele tener un tono nasal y suave.
  • Se afecta el proceso de deglución: movimientos sencillos como masticar o tragar se vuelven débiles y complejos. Esto hace que exista un riesgo de ahogamiento a la hora de comer o beber cualquier alimento.
  • Las expresiones faciales se pierden: los enfermos de miastenia gravis a menudo no pueden sonreír con normalidad.
  • Por otra parte, la debilidad puede aparecer en las extremidades o en el cuello. Cuando esto ocurre, la capacidad para caminar o mantener la cabeza en una posición natural se altera y la cabeza tiende a caer hacia los lados.


¿Cómo se diagnostica?

Para poder diagnosticar la miastenia gravis, en primer lugar, el médico necesita conocer todos los síntomas y todos los aspectos de la historia clínica. Después realizará una exploración física exhaustiva. Además, se suelen necesitar numerosas pruebas complementarias para confirmar el diagnóstico. Por ejemplo, los médicos realizan un examen neurológico para comprobar la fuerza y tono muscular, los reflejos, la coordinación, etcétera.

Los análisis de sangre también aportan información bastante útil para el diagnóstico. Como hemos explicado, se trata de una enfermedad autoinmune, por lo se suelen encontrar anticuerpos específicos en la sangre del enfermo. También se utilizan otras pruebas como son:

  • Prueba de la bolsa de hielo, que sirve cuando el paciente presenta un párpado caído. Se coloca la bolsa sobre el párpado durante unos dos minutos y después se analiza si existe movimiento en esa zona.
  • Estimulación repetitiva de un nervio. Esta prueba permite mandar impulsos a través de los nervios para comprobar si consiguen estimular al músculo.

En conclusión

La miastenia gravis es una enfermedad compleja que consiste en la debilidad muscular; puede afectar a partes diferentes del cuerpo como los ojos, las extremidades o los músculos respiratorios.

Se trata de una patología grave que pone en riesgo la vida de quien la sufre. Además, aún no existe una cura, por lo que es esencial acudir al médico ante cualquier síntoma para que él instaure el tratamiento más adecuado para controlar los síntomas.


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