Neuralgia occipital: ¿por qué se produce y cómo tratarla?
Escrito y verificado por el médico Diego Pereira
La neuralgia occipital se caracteriza por fuertes dolores en la parte posterior de la cabeza. En la mayoría de los casos, tiene su origen en enfermedades subyacentes que inflaman o comprimen el nervio.
Según un artículo publicado en National Center for Biotechnology Information, esta condición representa un 8,3 % de los casos de dolor facial. Además, se estima que su incidencia es de 3,2 por cada 100 000 personas. ¿Quieres saber más al respecto? ¡Sigue leyendo!
Síntomas de la neuralgia occipital
La neuralgia occipital se caracteriza por un dolor de tipo lancinante o punzante, de fuerte intensidad, que puede presentarse de forma continua o intermitente. Por supuesto, se ubica en la porción posterior del cráneo, denominada «región occipital».
La sensación sigue el recorrido de este nervio, el cual se origina a nivel cervical y asciende atravesando el músculo trapecio. Luego de esto, se vuelve un poco más superficial y extiende sus ramas a lo largo de toda la región.
En ocasiones, a pesar de que el dolor se encuentre bien delimitado, puede irradiarse a cualquier otra porción de la cabeza. Suele acompañarse de sensaciones anormales como hormigueos, lo que se conoce desde un punto de vista médico como «parestesias».
Los síntomas pueden empeorar si se realiza presión sobre el punto exacto en el cual emerge el nervio a través del músculo trapecio (punto de Arnold). Esta se considera una «zona gatillo», presente en varias patologías que se caracterizan por dolor neuromuscular.
Se presenta con mayor frecuencia en las mujeres y tiende a ser unilateral, es decir, que se siente solo a un lado del cuerpo. La edad media es de 54,1 años, aunque puede ocurrir antes.
Descubre más: ¿Cuáles son las causas y síntomas del dolor crónico?
Causas de la neuralgia occipital
La neuralgia occipital tiende a ser, en la mayoría de los casos, una patología secundaria. Esto quiere decir que existen otras condiciones o enfermedades de base que alteraron el adecuado funcionamiento del nervio. Por otro lado, los casos primarios, dados por defectos intrínsecos al nervio occipital, son casi inexistentes.
Existe una amplia variedad de condiciones que pueden generar el cuadro clínico. Estas son capaces de lesionar o comprimir al nervio en cualquier parte de su trayectoria, lo que se denomina dolor de origen neuropático. Esto, a su vez, suele originarse por las características anatómicas tan particulares del nervio occipital.
En particular, esta enfermedad puede ser causada por lo siguiente:
- Contracturas musculares, en especial del músculo trapecio y el esternocleidomastoideo.
- Traumatismos craneoencefálicos.
- Esguinces cervicales.
- Hiperextensión cervical.
- Infección por el virus del herpes simple.
- Neuropatía diabética.
- Esclerosis múltiple.
Son condiciones muy diversas que, como verás más adelante, requieren su propio tratamiento para evitar el avance de la enfermedad. De este grupo, destacaremos la infección por el virus del herpes simple y la esclerosis múltiple.
La primera origina un cuadro conocido como neuralgia postherpética. El virus herpes, luego de producir la infección primaria, puede quedar dentro de algunos nervios sin ocasionar daño. Después de muchos años, ante eventos estresantes o inmunosupresores (como recibir tratamiento con esteroides), el virus puede reactivarse y ocasionar fuertes dolores.
En el caso de la esclerosis múltiple, es una enfermedad autoinmune, inflamatoria y crónica, caracterizada por la destrucción progresiva de la capa que recubre a los nervios, llamada vaina de mielina. Esta es necesaria para una adecuada conducción de los impulsos eléctricos, y si se destruye, puede afectar de forma irreversible a algunas neuronas.
Descubre más: Tipos de herpes
¿Cuándo ir al médico?
Si los síntomas se presentan de forma abrupta y comprometen mucho la calidad de vida, es recomendable acudir a un servicio de urgencias, en donde se indicará un tratamiento sintomático y se realizarán los primeros estudios pertinentes.
También es probable que los síntomas no sean demasiado molestos, pero que se presenten con relativa frecuencia. En ese caso, es recomendable planificar una consulta con el médico lo antes posible, quien podría referir a otro especialista si lo considera necesario.
En todo caso, lo idóneo es buscar ayuda profesional en cualquier momento de la enfermedad. Son pocos los casos en los que los síntomas mejoran de forma espontánea, y en caso de suceder, pueden presentarse recidivas de la misma enfermedad.
¿Cómo se diagnostica?
Los médicos, en especial los neurólogos, cuentan con escalas de valoración clínica para determinar con cierto grado de certeza el diagnóstico de neuralgia occipital. Para ello, suelen tomar en cuenta los siguientes criterios clínicos, según la International Headache Society:
- Las características del dolor antes mencionadas, incluyendo la distribución unilateral de los nervios occipitales.
- Problemas sensitivos, como el dolor desencadenado al tocar de forma suave el cuero cabelludo.
- La presencia de «zonas gatillo», como el punto de Arnold.
- La mejoría parcial o total con los bloqueos anestésicos de los nervios occipitales.
Por lo tanto, no suelen requerirse estudios complementarios para llegar a un diagnóstico preciso. En casos muy específicos, el médico podría indicar los siguientes estudios para determinar las causas de la enfermedad:
- Biometría hemática completa.
- Química sanguínea, destacando los niveles de glicemia y hemoglobina glicosilada.
- Tomografía computarizada.
- Resonancia magnética nuclear.
Tratamientos
Es preferible empezar con tratamientos farmacológicos capaces de disminuir los síntomas. En casos refractarios, las intervenciones quirúrgicas son opciones válidas y con excelentes resultados.
No quirúrgico
A pesar de que los analgésicos de uso habitual como el ibuprofeno (dentro del grupo de los antiinflamatorios no esteroideos) pueden resultar efectivos, no son los fármacos de elección. Existe un grupo de medicamentos específicos para este tipo de dolor, que abarcan las siguientes opciones:
- Pregabalina.
- Gabapentina.
- Garbamazepina (fármaco anticonvulsivante).
Tienen buenos efectos terapéuticos, a pesar de que la frecuencia de reacciones adversas puede ser elevada. La pregabalina, por ejemplo, puede provocar somnolencia, trastornos gastrointestinales y disminución de la capacidad de reacción.
La inyección de anestésicos locales, como la lidocaína, puede aliviar la neuralgia occipital de forma mucho más rápida y sin efectos adversos, siempre y cuando exista una buena técnica. Es una solución más económica que otras alternativas quirúrgicas, y se realiza de forma ambulatoria.
Quirúrgico
En casos refractarios, existen algunas terapias alternativas, como las siguientes:
- Termorregulación por radiofrecuencia. Mediante la emisión de ondas electromagnéticas, es posible disminuir la sensación de dolor mediante un proceso mínimamente invasivo. Es fácil de realizar y tiene pocas complicaciones asociadas.
- Descompresión quirúrgica del nervio. Aquí, el objetivo es separarlo de cualquier estructura que pudiese estar lesionándolo en todo su trayecto.
Prevención de la neuralgia occipital
La mejor manera de evitar un caso de neuralgia occipital es evitar los factores de riesgo asociados. En pacientes con tendencia a las contracturas musculares, podría ser útil recurrir a técnicas de relajación y a relajantes musculares cuando se presente dolor localizado.
Aquellos sujetos que sufren de enfermedades crónicas (como la diabetes mellitus y la esclerosis múltiple), requieren un adecuado control de la enfermedad de base para prevenir la aparición de este tipo de complicaciones.
Es importante buscar atención
En caso de presentar cualquiera de los síntomas mencionados, lo mejor es acudir al médico de atención primaria, quien realizará la valoración inicial. En casos específicos, podría referir a un neurólogo o neurocirujano. De acuerdo a la presentación de los síntomas y su recurrencia, el profesional determinará el tratamiento más adecuado.
Todas las fuentes citadas fueron revisadas a profundidad por nuestro equipo, para asegurar su calidad, confiabilidad, vigencia y validez. La bibliografía de este artículo fue considerada confiable y de precisión académica o científica.
- Djavaherian DM, Guthmiller KB. Occipital Neuralgia. [Updated 2021 Mar 3]. In: StatPearls [Internet]. Treasure Island (FL): StatPearls Publishing; 2021 Jan-. Available from: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/books/NBK538281/
- Cartas U, et al. Neuralgia occipital. A propósito de un caso. Medisur 2016;14(1):77-80.
- Dougherty C. Occipital neuralgia. Curr Pain Headache Rep. 2014;18:411.
- Gaye G, et al. Neuralgia occipital. Tratamiento con infiltración anestésica. Neurol Arg 2013;5(1):34-36.
- López-Soto P, et al. Neuralgia Occipital: un abordaje terapéutico no invasivo. Rev. Latino-Am. Enfermagem 2018;26:e3067.
- Tancredo A, Caputti F. Greater occipital neuralgia and artrosis of C1-C2 lateral joint. Eur J Neurol. 2004;11:573–4.
- Weiss C, et al. Neuralgia occipital (Arnold): reporte de dos casos y revisión de la literatura. Rev Memorizacom. 2009;3:8–16.
Este texto se ofrece únicamente con propósitos informativos y no reemplaza la consulta con un profesional. Ante dudas, consulta a tu especialista.